Venezuela vive hoy un momento dificilísimo, desde que la Revolución Bolivariana tomará el poder en febrero del año 1999 de la mano del fallecido Hugo Chávez.
Hoy se viven días de intensas presiones, que han llevado incluso a generar, por parte de la oposición, la auto designación como presidente de un diputado suplente de la declarada en rebeldía Asamblea Nacional, el militante del extremista Partido de ultraderecha Voluntad Popular, Juan Guaidó, como Presidente Interino, Encargado, Provisional u otras denominaciones que salgan a la luz en este acto espurio y absurdo de una oposición que no da pié con bola. Ello en un acto a mano alzada al estilo de las elecciones de un equipo de football en un club de barrio.
Usurpar el poder en nombre de la democracia
Guaidó, el novel diputado suplente salió a la luz teniendo detrás las figuras en fuga de toda la pléyade de golpistas de partidos de ultraderecha, que usan esta nueva estrategia conscientes que la población venezolana desconfíaabsolutamente de personajes como Antonio Ledezma, María Corina Machado, Juan Requesens, HenryRamos Allup y cuya imagen más patética es la del ex Diputado Julio Borges —acusado de intento de magnicidio —quien goza del dinero mal habido en su lujoso retiro. Ello, en una mansión proporcionada por el gobierno colombiano en Bogotá, la capital de este país vecino a Venezuela y donde se suelen tejer las acciones desestabilizadoras en terreno, las operaciones de contrabando y el ingreso de paramilitares y narcotraficantes que aprovechan la protección gubernamental de la administración de Iván Duque.
Hablo de una oposición que pretende usurpar el poder por vías no democráticas, que ha decidido llegar al gobierno sin usar los propios mecanismos democráticos, que no han podido superar pues han sido derrotados una y otra vez por el chavismo. Una oposición que actúa bajo un marco de impunidad pues cuenta con el apoyo decidido del gobierno estadounidense y cómplices regionales como los gobiernos de Colombia, Argentina y Chile, que no han dudado en vender su dignidad en aras de complacer los deseos de la administración Trump, para desestabilizar a Venezuela. Usando para ello a medios de información despojados de todo decoro, independencia y ética periodística. El tema no es defender o no al Presidente de un país —bien saben hacerlo en el chavismo y sus dirigentes— pero sí debemos exigir que las posiciones del gobierno venezolano, las imágenes de su multitudinarias movilizaciones, sus declaraciones desmintiendo los llamados “fake news” opositores, tengan cabida en medios radiales, televisivos, escritos. Medios que han estrechado filas con el golpismo en forma desvergonzada. Debemos ser capaces de exigir a nuestrosgobiernos que respeten la no injerencia en los asuntos internos de los países y que trabajen más por lograr la paz que la destrucción. Actuar como mediadores y no como verdugos.
Uso este superlativode dificilísimo,pues el gobierno y la sociedad venezolana se encuentran sometidas a fortísimas presiones políticas, diplomáticas, económicas y militares, lideradas principalmente por Estados Unidos y secundadas por un conjunto de gobiernos latinoamericanos que actúan como espantajos de Washington, bajo la denominación de Grupo de Lima y donde el pandero de la intervención ilegal, en los asuntos internos de los países, lo lleva la Organización de Estados Americanos –OEA– presidida por el uruguayo y ex militante del Frente Amplio de ese país (expulsado deshonrosamente) Luís Almagro. Recordemos que la expulsión de este personaje se fundamentó “por la lectura que hace el FA sobre el hostigamiento [que ha llevado a cabo Almagro] sobre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. Hostigamiento que llegó al grado de haberse posicionado sobre no descartar una intervención militar como forma de solucionar los problemas políticos que tiene Venezuela, lo que determinó la expulsión" según afirmó José Bayardi, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales del Frente Amplio.
El Grupo de Lima al que hago referencia está conformado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana, Santa Lucía. Creada en agosto del año 2017, tras el fracaso de gobiernos como Paraguay, Chile, Colombia y Argentina de activar en la OEA, con la complicidad de Almagro, la llamada Carta Democrática Interamericana, bajo la acusación que Venezuela había roto el orden constitucional. Desde esa fecha hasta ahora este Grupo se ha comportado como una asociación creada para delinquir – donde México bajo su nuevo gobierno presidido por Andrés Manuel López Obrador ha ido poco a poco saliendo de esta cofradíavociferante, sumándose al coro y las acciones golpistas de Washington, que financia generosamente con millones de dólares a los partidos opositores venezolanos y que con la autoproclamación ilegal y golpista de Juan Guaidó pretender usurpar los fondos y reservas financieras del pueblo venezolano para sostener este Golpe que se desarrolla a vista y paciencia de organismo como la Organización de Naciones Unidas, la OEA, la Unión Europea, que avalan con sus declaraciones y decisiones injerencistas la violación de los principios de la Carta de la propia ONU, es el doble rasero llevado al máximo.
El fracaso de las tentativas golpistas de gobiernos latinoamericanos, ha ido acompañada de otras iniciativas, como la pretensión de suspender a Venezuela de la propia OEA llevada a cabo por Washington y sus cómplices regionales, que tampoco resultó por la falta de votos suficientes, ya que sólo se obtuvieron 19 de los necesarios 24 votos para proceder a esta medida. El gobierno venezolano decidió, el 27 de abril del 2017, solicitar su salida voluntaria del organismo regional. Una petición que concluirá el mismo día pero del 2019, una jornada que el propio Presidente Maduro señaló sería un día festivo “el 27 de abril del 2019 lo declaro día festivo para el pueblo de Venezuela (...), desde ya día de movilización y fiesta popular. Nos vamos de la OEA por decisión propia”, apuntó el mandatario venezolano.
El día sábado 26 de enero pasado, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), a petición de Washington celebró una reunión de urgencia para discutir la situación en Venezuela y presentar vía Argentina una resolución destinada a otorgar “pleno apoyo al golpista Juan Guaidó”. Rusia y China, como miembros con derecho a veto bloquearon la mencionada idea. “En el debate, Rusia ha denunciado una injerencia flagrante de Washington en Venezuela que solo busca “un cambio de poder” en el país. También, ha acusado a EE.UU. de querer “orquestar un golpe de Estado”. China, por su parte, ha dejado claro que sigue considerando a Nicolás Maduro como el presidente legítimo de Venezuela y ha abogado por el diálogo. Discusión que se ha dado en la abierta hostilidad entre Venezuela y Estados Unidos que significó el rompimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países determinado por el presidente Maduro y la expulsión de la representación diplomática estadounidense. Decisión que parecematizarse en orden a crear una Oficina de Intereses Económicos entre ambos países, visto los vínculos de compra y venta de petróleo. Una Oficina del estilo de la que tuvo por casi cinco décadas Washington y La Habana, tras el bloqueo impuesto por Estados Unidos contra la Isla.
Atacar a Venezuela por todos los frentes
Venezuela resiste, tanto los embates externos, como aquellos derivados de las propias dificultades de un país sometido a medidas, que afectan a la población y su vida cotidiana en el plano alimenticio y sanitario, fundamentalmente. Pero, donde la amenaza militar está igualmente latente a través de declaraciones indirectas de intervención desde Washington —bajo la idea que ninguna opción está descartada— y repetidas solapadamente por personajes como el nuevo Presidente brasileño Jair Bolsonaro y la propia disposición del gobierno colombiano de prestarse para una agresión a Venezuela. Así podría cumplir su ansiado sueño de salir al Caribe vía territorio venezolano vía el Lago Maracaiboy teniendo en mente las riquezas de la Faja del Orinoco, considerando en esto el pronto término de las reservas petroleras de Colombia.
El elemento territorial ha estado presente en los 200 años de vida independiente de ambos países, porque involucra recursos, apropiarse de plataformas de reservas de petróleo y de gas como el caso del Golfo de Venezuela. Yldefonso Finol, historiador e investigador zuliano nos amplia lo señalado anteriormente al sostener “en el caso colombiano, la presencia de 7 bases militares de Estados Unidos en el territorio colombiano, el control casi absoluto del imperio norteamericano de la formación de la alta esfera colombiana y la intervención silente, invisible del sionismo de Israel con eso combina un cóctel mortífero en territorio colombiano contra Venezuela y ellos van a tratar de buscar cualquier forma de conflicto para sembrar el odio, la intriga entre países que deberían actuar por lo menos como buenos vecinos”.
Los problemas que afectan hoy a Venezuela en los planos donde en general la sociedad lo siente con mayor profundidades una realidad que indudablemente genera efectos indeseables, molestias, reclamos, pero que requiere la lectura y la visión, más allá de los estereotipos y dardos lanzados contra un gobierno, que ha hecho todo lo que está de su mano, para aliviar las estrecheces económicas, mediante medidas que muestran, no sólo iniciativa, sino también la firme decisión de enfrentar al enemigo en amplísimos frentes que se le han colocado, incluyendo la guerra mediática donde el bombardeo de noticias falsas, la tergiversación, la manipulación y desinformación están a la orden del día.
Una de esas tergiversaciones, manipulación y desinformación se refiere al uso abusivo y falaz del Artículo Nº 233 de la constitución bolivariana, repetido hasta el hartazgo por los medios de información contrarios a Venezuela y que no han sido capaces, con un mínimo de ética de desmenuzarlo para dar cuenta que lo argumentado por la oposición para sostener que el Diputado suplente de la Asamblea nacional en desacato, Juan Guaidó es el presidente Interino, es absolutamente falso. ¿Qué dice este artículo? “Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional, el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato”. Ninguno de estos puntos concurren para sostener que el Presidente Nicolás Maduro no pueda seguir siendo presidente.
El gobierno español, presidido por el que se dice llamar Presidente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se ha sumado al coro desestabilizador de gobiernos como el del derechista Sebastián Piñera de Chile, el también derechista Mauricio Macri de Argentina, el ultraderechista Iván Duque de Colombia, lo propio con el ex militar y partidario de la dictadura militar brasileña Jair Bolsonaro. Todos ellos repitiendo y avalando hechos falsos y decisiones claramente partes de un Golpe de Estado, fraguado en las reuniones con el gobierno estadounidense, en las oficinas de la OEA y en esos encuentros de la asociación delictiva llamada Grupo de Lima.
España, la de Pedro Sánchez, que entierra con sus amenazas todo vínculo con la esencia democrática de su partido que de obrero y socialista ya no tiene nada. Este Pedro Sánchez, ciudadano de una potencia de medio pelo, subordinado a lo que decide en París y Berlín cuando se refiere a Europa y a Washington, junto a Repsol, Banco Santander y otras transnacionales con sede en España cuando el tema atañe a Latinoamérica. Este Pedro Sánchez ciudadano de un país que traicionó al pueblo Saharaui en sus anhelos de autodeterminación, la que no supera sus complejos, la España Borbónica corrupta, represora de anhelos independentista de parte de sus comunidades. Esa España le exige a Maduro hacer elecciones o reconocerá a Guaidó, el diputado suplente como mandatario. Maduro contestó que si España quiere elecciones entonces que la haga en su país. Y esa opinión está dotada de toda lógica pues en España existe una Monarquía, acusada de corrupción, nombrada en su origen tras la dictadura por el propio Francisco Franco. ¿Esta España pretende dar lecciones de Democracia a Venezuela?
El gobierno chileno presidio por un presidente multimillonario implicado en operaciones financieras y comerciales, que han merecido sentencias judiciales. Un Chile sometido al poder del dinero, que compra voluntades políticas y maneja a su antojo al país, dotado de un sistema de pensiones que condena a la miseria a gran parte de su población jubilada. Con un sistema sanitario donde si no tienes dinero te mueres en eternas listas de espera. Un Chile donde la Policía Uniformada y el Ejército llevan largos años robando al Estado sin castigo alguno. Un Chile donde el contubernio político entre la ultraderecha, la derecha autodenominada liberal, la democracia cristiana, pepedeistas, radicales, socialistas y una parte de los noveles frenteamplistas trasmiten el mismo coro antichavista y de esa manera desvían la atención sobre los graves problemas internos que nos aquejan.
Sumemos a esta descripción a una Colombia donde el narcotráfico es parte del ADN del estado, donde sólo en el primer semestre del gobierno e Iván Duque se han asesinado a 250 líderes sociales, que aún sufre los embates de la lucha contra el terrorismo, donde aún existen miles de paramilitares alzados en armas y el narcotráfico está enquistado en las instituciones del Estado. ¿Ese Chile y esa Colombia pretenden dar lecciones de democracia a Venezuela?. Esa conducta de doble moral deja al descubierto los verdaderos objetivos de Washington y aquellos gobiernos títeres regionales como Colombia, Chile, Paraguay, Brasil entre otros que se suman al corro desestabilizador europeo comandado por una España que no se resigna a la pérdida de sus apetitos por volver a tener presencia en la industria petrolera venezolana.
Venezuela está en una batalla épica, qué duda cabe. Una lucha contra los grandes poderes del imperialismo y sus acólitos, que día a día le clavan sus navajas filosas, cada día lanzan dardos que pretender hacerla sucumbir en el plano económico. Aislarla, dividir a su población, abrir las puertas a atentados reales y de falsa bandera, alentar la sedición de las Fuerzas Armadas, comprar lealtades, y con una lluvia de declaraciones, con declaraciones que a su vez muestran la enorme hipocresía de aquellos que se muestran soberbios, arrogantes, belicosos cuando se trata de Venezuela pero callan obsequiosos y genuflexos si se trata de verdaderos violadores del derecho internacional, de los derechos humanos de millones de seres humanos, criminales de guerra y culpables de crímenes de lesa humanidad como son dos casos emblemáticos: la entidad sionista y la Monarquías Saudí. Con ellos no hay bloqueos, embargos, operaciones mediáticas, uso de recursos entregados por el gobierno estadounidense para financiar la oposición. Con ellos hay venta de armas, palmoteos de espalda, silencio, ceguera, mudez.
Pero, hasta ahora nada de lo que hagan estos grupos, organizaciones e instituciones golpistas ha podido mellar dos conceptos fundamentales cuando se enfrenta la hipocresía, al bandidismo político, al golpismo y el sometimiento: la soberanía y la dignidad. Conceptos de lo cual carecen personajes como Piñera, Duque, Ampuero, Bolsonaro, Lenin Moreno, Mauricio Macri, Luis Almagro entre otros esperpentos políticos. Por ello, consciente de los problemas que enfrenta Venezuela, las dificultadesfinancieras, económicas, las propias pugnas que frenan en ocasiones las decisiones que hay que tomar, los intentos de sedición de aquellos que han traicionado su patria, las propias intríngulis políticas y administrativas, a pesar de ello el llamado es a reforzar el compromiso de una sociedad que resiste día a día, de aquellos que viviendo fuera de Venezuela estamos llamados a ampliar la solidaridad bajo conceptos de respeto a la autodeterminación de los pueblos y la búsqueda de caminos de entendimiento, de diálogo, pues en el enfrentamiento entre hermanos, los únicos favorecidos son los señores de la guerra, el complejo militar-industrial de los mismos países que hablan de democracia y las transnacionales que a rio revuelto lanzan sus inmundas redes.
Trabajar por el rechazo a la amenaza o el uso de la fuerza en cualquiera de las formas, incompatibles con los propósitos y principios de la carta de las naciones Unidas. Carta en la cual, queda explicitado que los países deben apoyar la solución de controversias por medios pacíficos y de conformidad con los principios de la justicia y el derecho internacional y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados. Por ello, más que dedicarse a desestabilizar a Venezuela, tratar de expulsarla de organismos regionales, bloquearla, tratar de asfixiarla deberían intentar avanzar por el camino de mediar, llamar al diálogo, a mediar en función de lograr la paz social y no la destrucción de los países. El objetivo debe estar siempre en el bienestar de nuestras sociedades, no de los grupos económicos, ni las transnacionales, ni el sometimiento a los poderes hegemónicos.
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