Estados Unidos vive días tensos y las fuerzas armadas del país se están preparando para otra posible violencia el día de la juramentación del nuevo mandatario.
A tan solo cinco días para que el presidente electo, Joe Biden, entre oficialmente a la Casa Blanca, unos 20 mil miembros de la Guardia Nacional se despliegan en Washington, la capital, donde se encuentra el Capitolio ante las preocupaciones de que se produzca una sublevación por parte de los simpatizantes del mandatario saliente, Donald Trump.Estas medidas tienen raíz en los violentos disturbios registrados el pasado seis de enero en el Capitolio cuando los partidarios del líder republicano asaltaron la sede del Congreso para detener una reunión, donde los legislativos certificaban la victoria del demócrata en las presidenciales del pasado mes de noviembre, un caos nunca visto que dejó al menos cinco muertos.
Sin embargo, el aun inquilino de la Casa Blanca y sus seguidores, insisten en su teoría de conspiración sobre un supuesto fraude electoral. El Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos alerta que los simpatizantes de Trump están organizando nuevas manifestaciones armadas frente a los 50 capitolios estatales, entre el 16 y el 20 de enero, para rechazar el resultado de los comicios.
Trump, más solo que nunca en su carrera profesional
El miércoles, la Cámara de Representes de EE.UU. aprobó la apertura de un segundo impeachment (juicio político) al magnate, con el respaldo de la bancada demócrata y de diez republicanos.
Los miembros acusan a Trump de incitar “deliberadamente” a la violencia en el país, poner en grave peligro la seguridad de EE.UU. y amenazar la integridad del sistema democrático.
El aun mandatario estadounidense, el único presidente de EE.UU. que se enfrenta a un juicio político dos veces, tachó el impeachment en su contra de “absolutamente ridículo” y advirtió que seguirá su lucha, sin éxito, para permanecer en la Casa Blanca.
El propio partido de Trump manifestó en varias ocasiones que las mediadas del magante amenazan la seguridad y la democracia del país. El senador republicano por el estado de Nebraska, Ben Sasse, reveló el 8 de enero que mientras partidarios del presidente saliente asaltaron la sede del Congreso, Trump estaba “feliz” caminando por la Casa Blanca.
Es más, el propio Biden había anunciado que después de anunciar su victoria en las elecciones, varios líderes republicanos lo felicitaron en privado.
Por todo lo sucedido, los líderes de varios partidos de EE.UU., siguen con toda fuerza para destituir a Trump para evitar que se repita un escenario similar en el país. Diferentes naciones del mundo aseveran que después del asalto al Capitolio, el país norteamericano ya no puede hablar de democracia.
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