Doce miembros de la Guardia Nacional de EE.UU. fueron retirados el martes del contingente encargado de la seguridad de la investidura presidencial de Joe Biden, informaron funcionarios federales.
Al menos dos soldados habrían sido suspendidos por vínculos con milicias ultraderechistas, según las fuentes, mientras que, una decena más fueron “relevados de sus deberes” como medida de precaución tras el proceso de revisión de antecedentes criminales y otros factores. Hasta ahora, no está claro si estos miembros de la Guardia Nacional enfrentarán alguna acción disciplinaria o una investigación más profunda.
Sobre los dos guardias suspendidos por presuntos lazos con extremistas, los funcionarios que hablaron con la agencia estadounidense Associated Press (AP) bajo condición de anonimato no especificaron a qué grupo pertenecían los miembros ni en qué unidad servían. El Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) confirmó que ya no hay amenaza alguna contra Biden.
La decisión surge en momentos en que el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) está verificando los antecedentes de todos los 25 MIL efectivos de la Guardia Nacional que protegerán la ceremonia del miércoles. Las autoridades estadounidenses han mencionado la posibilidad de una amenaza interna, luego del asalto al Capitolio lanzado el 6 de enero por fanáticos seguidores del presidente saliente, Donald Trump.
“Queremos asegurarnos de que tendremos buenas personas en el seno del círculo” para proteger a Biden y a su vicepresidenta Kamala Harris, aseveró el general William Walker, jefe de la Guardia Nacional en Washington.
Los 25 mil miembros de la Guardia Nacional que están desplegados en la capital son más del doble de la cantidad de agentes que estuvieron en las dos últimas tomas de posesión de los presidentes Barack Obama, con 6000 efectivos en el 2013, y la de Donald Trump, con 9300 en el 2016.
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