El 17 de enero, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil aprobó el uso de emergencia de la vacuna CoronaVac y del fármaco de la Universidad de Oxford y AstraZeneca. El país suramericano, sin embargo, no tiene dosis suficientes para vacunar a los ciudadanos pertenecientes a los grupos prioritarios.
Es todavía prematuro hablar de una verdadera campaña nacional de vacunación contra el COVID-19 en Brasil, ya que el país solo tiene a su disposición 12,8 millones de dosis de los medicamentos aprobados. Las vacunas son suficientes para vacunar a poco más de seis millones de personas, el equivalente a un 8% de las 80 millones personas que se encuentran en los grupos de mayor prioridad.
"La única manera de que Brasil tenga un plan amplio de vacunación en el tiempo adecuado es incorporar lo antes posible, como medida de emergencia, todas las vacunas que [...] demuestren ser seguras y mínimamente efectivas", dijo el diputado federal y exministro de Salud, Alexandre Padilha, a Sputnik Brasil.
El político consideró que es necesario que Brasil vacune antes del inicio del otoño austral a estos 80 millones de ciudadanos, entre los cuales se encuentran personas mayores, profesionales de la salud y de la educación, ciudadanos con enfermedades crónicas, población indígena y quilombola —descendientes de esclavos que viven en comunidades rurales— y profesionales de los servicios esenciales.
Durante el invierno, para contener el crecimiento de la pandemia, tendremos que vacunar a 80 millones de personas más y así llegar a 160 millones de brasileños. Esto solo será posible si tenemos todas las vacunas y no solo las vacunas que ya están autorizadas en Brasil", explicó el político.
Padilha, quien ocupó el cargo de ministro de la Salud entre los años de 2011 y 2014 durante el Gobierno de Dilma Rousseff, considera que Brasil debe permitir el uso de emergencia de las vacunas producidas y aprobadas en otros países, entre ellas la vacuna rusa, Sputnik V.
"Es absurdo que Brasil no haya incorporado Sputnik V a su programa de vacunación hasta ahora", lamentó el exministro.
Padilha puso de relieve que, ante el "plan de vacunación lento e insuficiente" organizado por Brasilia, los gobiernos locales están buscando maneras de importar otras vacunas al país, por cuenta propia. De hecho, el pasado 15 de enero, el Gobierno del estado de Bahía presentó una solicitud ante el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil para realizar la compra directa de la vacuna Sputnik V.
El estado solicitó la autorización para administrar fármacos autorizados por agencias extranjeras, sin la necesidad de la aprobación de Anvisa. El exministro señaló, sin embargo, que la acción no pretende menoscabar la autoridad del órgano federal, sino simplemente adaptar el rito de aprobación a una "situación excepcional".
La cooperación y la gestión internacional es fundamental en Salud. Brasil siempre ha sido muy respetado por tener una colaboración y un intercambio permanente con otros países en esta área", puso de relieve el político.
Padilha lamentó la posición del actual Gobierno con relación al campo de la Salud, la cual consideró "incluso prejuiciosa y, a veces, xenófoba". El actual mandatario, Jair Bolsonaro, deshizo los lazos con países con los cuales el país siempre ha mantenido relaciones, "lo que deja a Brasil en una situación muy compleja".
"El año pasado, Bolsonaro desdeñó la vacuna Sputnik V [...] desdeñó la vacuna Pfizer, desdeñó otras asociaciones y creó obstáculos todo el tiempo para la vacuna de cooperación del Instituto Butantan con China", dijo Padilha.
Para el exministro de Salud, Brasil tiene ahora un "problema diplomático gravísimo" a raíz de la posición de Bolsonaro.
Asegurar que el Gobierno Federal lleve a cabo una amplia campaña de vacunación requerirá "lucha social política e institucional", dijo Padilha.
El 20 de enero, el Gobierno Federal de Brasil inició la campaña de vacunación contra el COVID-19, luego de que Anvisa aprobara el uso de emergencia de dos fármacos: CoronaVac, producido a través de una colaboración del laboratorio chino Sinovac y el Instituto Butantan en Sao Paulo, y la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca.
Según diferentes estimativas, el número de vacunados en Brasil a día de hoy es de entre 500.000 y 700.000 personas. La población estimada del país es de más de 212 millones de personas.
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