Ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Linda Thomas-Greenfield, elegida por el presidente Joe Biden para el puesto de embajadora de Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), aseguró el miércoles que su “máxima prioridad” será evitar la influencia de China en el mundo.
“China está trabajando en todo el sistema de la ONU para impulsar una agenda autoritaria que se opone a los valores fundamentales de la institución: los valores estadounidenses. Su éxito depende de nuestra continua retirada [de instancias internacionales]. Eso no sucederá bajo mi supervisión”, aseveró la diplomática en la audiencia legislativa para la confirmación del cargo.
El expresidente de EE.UU. Donald Trump (2016-2020), desde comienzo de su mandato, tachó de obsoleta a la ONU y retiró a Estados Unidos de un número importante de tratados mundiales, como el Acuerdo de París, e incluso agencias de este organismo internacional, entre ellas la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), así como el Consejo de Derechos Humanos.
En sus cuatro años de mandato, Trump adoptó una línea dura respecto a China sobre varios asuntos, como el comercio, la competencia tecnológica, la pandemia del coronavirus, asuntos relacionados con Taiwán, y Hong Kong, entre otros. De hecho, antes de dejar la Casa Blanca, el mandatario prohibió a empresas o inversores estadounidenses participar en compañías con sede en este país asiático.
Conforme a analistas, las medidas del mandatario republicano buscaban dificultar el camino de Biden, sobre todo, por haber impuesto sanciones contra el gigante asiático a solo días de dejar la Casa Blanca.
Ante ello, el presidente chino, Xi Jinping, a advertir a su nuevo homólogo de EE.UU. de no iniciar una “nueva guerra fría”, ya que no solo podría provocar el aislamiento o el estrangulamiento económico del país norteamericano sino una confrontación.
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