Al comentar la decisión correspondiente tomada el 1 de febrero por los líderes del bloque comunitario, la Cancillería indicó que la postura de Rusia respecto a la congelación de sus activos en el extranjero se mantiene sin cambios.
"Consideramos que cualquier medida de este tipo, incluida la llamada congelación de activos de Rusia, de nuestros ciudadanos y de nuestras empresas, es un bandidismo económico por parte del Occidente colectivo", señalaron desde el Ministerio a esta agencia.
Nuevos intentos de los países occidentales de confiscar las reservas soberanas, añade el texto, constituirían "otra grave violación del derecho internacional". La Cancillería indicó que la Unión Europea busca utilizar los activos rusos para apoyar a Kiev, dado que la deuda del bloque ya es enorme.
"En la situación actual, los países de la Unión Europea claramente no quieren seguir dando dinero de sus propias billeteras al 'proyecto ucraniano' condenado al fracaso. Por eso se sienten tan tentados por la idea de gastar fondos robados de nuestro país para apoyar al régimen de [el presidente de Ucrania, Volodímir] Zelenski", subraya el comunicado.
Alrededor de 300.000 millones de euros, o casi la mitad de las reservas monetarias del Banco de Rusia, fueron inmovilizadas en la Unión Europea y en los países del G7 tras el lanzamiento de la operación militar rusa en Ucrania. El Kremlin ha puntualizado en más de una ocasión que esa confiscación violaría todas las normas del derecho internacional.
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