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viernes, 25 de diciembre de 2020

Irán dará a EEUU “dos bofetadas más” por asesinato de Soleimani

La Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán asevera que EE.UU. recibirá otras dos bofetadas por el asesinato del general Soleimani.

El subcomandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, el general de brigada Seyed Mohamad Heyazi, ha señalado este viernes las medidas previstas para derrotar al “gran satán”—refiriéndose al Gobierno imperialista de EE.UU.— en la región de Asia Occidental y también, vengar la sangre derramada del teniente general Qasem Soleimani, comandante de Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, quien cayó mártir en una operación terrorista realizada por EE.UU. en Bagdad, capital iraquí.

“Quedan otras dos bofetadas a EE.UU. La primera es la derrota de EE.UU. en la guerra blanda en la región, algo que está sucediendo”, ha enfatizado el funcionario de alto rango militar iraní aduciendo que los países de la zona ya no actúan a favor de los intereses de Washington y esto significa el fracaso estadounidense en la guerra blanda, sin gastar nada.

La última bofetada, ha agregado, es la expulsión de los estadounidenses de la región. “Por supuesto, estos son solo bofetadas y todavía queda la dura venganza que se hará en el momento y en forma adecuada”, ha dejado claro el general Heyazi.

Soleimani cayó mártir el 3 de enero en un atentado terrorista estadounidense contra dos vehículos de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak. El subcomandante de esa milicia iraquí, Abu Mahdi al-Muhandis, también perdió la vida.

Conforme al Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, la participación de millones de personas en las ceremonias fúnebres del general Soleimani y Al-Muhandis “fue la primera bofetada severa” a los estadounidenses.

Otra bofetada, según el Líder, fue el ataque con misiles de Irán contra la base estadounidense Ain Al-Asad en Al-Anbar, en el oeste de Irak, que se realizó días después del asesinato del comandante persa.

La República Islámica de Irán reivindica su derecho a tomar las medidas necesarias para defenderse e insiste en que Washington debe rendir cuentas por su crimen.

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