Publicado: 2 jul 2012 | 16:38 GMT
La
República de Paraguay es un país mediterráneo sudamericano con una
población de poco más de 6 millones de habitantes que acaba de sufrir un
vergonzoso golpe de Estado orquestado por una pequeña pero poderosa
minoría local, aliada de los intereses y objetivos de los Dueños del
Poder Mundial. Pareciera que las políticas de izquierda del presidente
Fernando Lugo, un político socialista y ex-clérigo católico, fueron
demasiado para ellos, de manera que, tras un 'juicio político', sumario
que duró apenas 24 horas, lo despacharon del cargo.
Fernando Lugo, del partido Alianza por el Cambio, fue elegido
presidente de Paraguay en abril de 2008, siendo la primera vez en
sesenta años que el pro-estadounidense Partido Colorado quedó desplazado
del poder político formal.
Las políticas de Lugo se orientaron hacia un mayor equilibrio en la
distribución de la riqueza nacional y a otorgar mayores derechos a las
poblaciones más empobrecidas. En lo ideológico, Lugo se ubica en el
mismo campo socialista que los presidentes Hugo Chávez de Venezuela, Evo
Morales de Bolivia, y Rafael Correa de Ecuador.
Un 'Cambio de Régimen' al estilo Monsanto…
La presidencia de Lugo no ha sido fácil: abarcó escándalos por haber
tenido un hijo fuera de matrimonio, una lucha contra el cáncer en 2010, y
ahora un episodio muy violento de represión policial para desalojar a
campesinos que ocupaban tierras en la localidad de Curuguaty, en la
frontera con el Brasil. El viernes 15 de junio ese episodio se
transformó en una batalla campal que dejó 6 policías y 11 campesinos
muertos, así como decenas de heridos.
Rápidamente, la oposición a Lugo maniobró políticamente sobre el
Congreso a través de los medios, notablemente el multimedios ABC Color
propiedad del Grupo Zuccolilli, socios también de la corporación
agroindustrial Gargill, Inc. El proceso de juicio político se impuso en
un tiempo record de 24 horas, transcurrido el cual Lugo fue relevado y
reemplazado por su vicepresidente y miembro del Partido Liberal Radical
Auténtico (PLRA), Federico Franco.
La mayor parte de las naciones sudamericanas rechazaron este golpe:
Venezuela, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Argentina, Brasil, incluso Chile y
Colombia. Sin embargo, Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea
no se mostraron demasiado afligidos por este hecho, pues pareciera que
para ellos es parte del "negocio de la democracia".
Las raíces del golpe en Paraguay, aunque ignoradas por los grandes
medios de prensa occidentales, son, sin embargo, bastante simples.
Resulta que a finales de octubre de 2011 el liberal Enzo Cardoso,
ministro de agricultura y ganadería de Paraguay, aprobó de manera ilegal
una nueva semilla de algodón transgénica denominada 'Bollgard BT'
desarrollada por el gigante norteamericano de la biotecnología,
Monsanto, para su uso masivo en cultivos en todo Paraguay.
Eso fue lo que inmediatamente disparó amplias protestas entre grupos campesinos y medioambientalistas que advierten que este producto es muy peligroso, pues su gen está mezclado con el gen Bacillus Thurigensis, una bacteria tóxica que mata a las plagas de algodón pero también causa importantes daños al medioambiente.
Eso fue lo que inmediatamente disparó amplias protestas entre grupos campesinos y medioambientalistas que advierten que este producto es muy peligroso, pues su gen está mezclado con el gen Bacillus Thurigensis, una bacteria tóxica que mata a las plagas de algodón pero también causa importantes daños al medioambiente.
Surgió una ruptura interna ya que el Servicio Nacional de Calidad y
Sanidad Vegetal y de Semillas – SENAVE – dirigida por Miguel Lovera,
hombre leal a Lugo, rehusó aprobar esta 'semilla milagrosa' de Monsanto,
puesto que no contaba con las correspondientes aprobaciones de los
ministerios de salud y de medioambiente requeridas por ley.
Inmediatamente, la prensa local liderada por ABC Color del grupo
Zuccolillo y otros medios opositores y pro-EE.UU., junto a políticos,
ONGs, agencias extranjeras e intereses corporativos, lanzaron una
campaña sucia contra Lovera, la ministra de salud Esperanza Martinez, y
el ministro de medioambiente Oscar Rivas que, tras los sucesos de
Curuguaty, llegó a costarle la presidencia a Lugo.
Nadie sabe cómo empezó el tiroteo que condujo a la masacre de
Curuguaty. Algunos hablan de sabotaje dentro de la inteligencia
policial, especialmente entre las filas del Grupo de Operaciones
Especiales, que habrían tenido la misión de reprimir a los campesinos,
muchos de cuyos oficiales fueron entrenados en contrainsurgencia en
Colombia durante el gobierno 'paramilitar' de Álvaro Uribe. También se
sospecha de la oficina del Fiscal General que recibiera 'apoyo' de la
agencia estadounidense USAID – United States Agency for International
Development…
La masacre de Curuguaty también le costó el puesto al ministro del
interior Carlos Filizzola, que fue inmediatamente reemplazado por Ruben
Candía Amarilla, del opositor Partido Colorado. En 2005 Candía Amarilla
había sido nombrado Fiscal General con el total apoyo del embajador de
EE.UU. John F Keen, lo que le dio a USAID un mayor protagonismo en el
ministerio público. Candía ya había sido acusado por el presidente Lugo
algunos años atrás de conspirar para derrocarlo.
La Ecuación Brasilera
Pero todo esto no se refiere tan sólo a Paraguay que, a pesar de ser
una nación pequeña, se encuentra ubicada en el corazón geopolítico y
geoestratégico del continente sudamericano, algo ya observado por
estrategas brasileños del siglo pasado. El control estadounidense sobre
Paraguay conforma un factor clave para la hegemonía regional de EE.UU.
que tiene como meta clave frenar el creciente peso en los asuntos
mundiales del Brasil, país integrante del así llamado grupo BRIC junto a
Rusia, China y la India.
Brasil recientemente descubrió enormes reservas petrolíferas cerca de
sus costas atlánticas, lo que la llevó a mejorar y reforzar sus fuerzas
navales y aéreas, especialmente desde que EE.UU. reactivara la Cuarta
Flota del Atlántico Sur, originalmente creada durante la Segunda Guerra
Mundial, desactivada en 1953, y reflotada bajo el gobierno de George W.
Bush.
Ello significa que la creciente alianza de Brasil con Rusia, China y la
India necesita despejar buenas rutas a través del Pacífico, alejadas
del Océano Atlántico bajo el dominio de la OTAN. El control político y
militar norteamericano sobre Paraguay decididamente actuará como una
barrera contra esa necesidad brasileña, y conforma un paso preliminar en
los planes estadounidenses de erigir un bloque comercial con países
aliados en Latinoamérica, notablemente México, Panamá con su Canal,
Colombia, Perú, Chile y, ahora, Paraguay. Se trataría de un verdadero
'muro del Pacífico' que a Brasil no le será fácil sortear.
El tipo de 'democracia' que EEUU quiere ver…
A lo largo del siglo XX, Latinoamérica debió vérselas con la
orquestación de golpes de Estado –militares y civiles– por parte de
EE.UU., Reino Unido y sus agencias de inteligencia CIA y MI6 que,
sistemáticamente, orquestaron, financiaron, armaron y promovieron
'cambios de régimen' en diversos países que se resistían a sus
imposiciones.
Así, instalaron en el poder a gobiernos pro-norteamericanos que duraron
décadas y que tuvieron a figuras emblemáticas como el general Augusto
Pinochet en Chile, Anastasio Somoza en Nicaragua, los generales
Aramburu, Onganía y Videla en Argentina, Carlos Andrés Perez en
Venezuela, Fulgencio Batista en Cuba, y el general Alfredo Stroessner en
Paraguay, entre muchos otros.
Divide y Reinarás (¡y también debilitarás!). Esa parece ser la pauta
fundamental de la venidera 'Primavera Latinoamericana', tal como hoy lo
es para la nefasta 'Primavera Árabe'.
De manera que, ¡estemos alertas! Hay muchas más novedades por venir…
Adrian Salbuchi para RT
Adrian Salbuchi es analista político, autor, conferencista y comentarista de radio y televisión en Argentina. www.asalbuchi.com.ar
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