El ministro de Finanzas chino, Lou Jiwei (derecha), y varios invitados en la presentación del banco el pasado octubre en Pekín. / T. YAJIMA (REUTERS) |
España ha decidido seguir la estela de otros países europeos y sumarse a los fundadores del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII). Era el único de los grandes países de la Unión Europea que no había tomado una decisión al respecto y a última hora ha llamado a la puerta del Gobierno chino para no quedarse fuera. Reino Unido, Alemania, Francia e Italia ya habían anunciado en las últimas semanas su decisión de sumarse al proyecto promovido por Pekín.
La adhesión de esos países europeos supuso todo un triunfo para China, que promueve la iniciativa como alternativa a las instituciones multilaterales actuales. El BAII es, junto con el Nuevo Banco de Desarrollo o banco de los BRICS, la iniciativa más importante al respecto. Por esa misma razón, la adhesión de Reino Unido, Alemania, Francia e Italia generó inquietud en Estados Unidos, que ve cómo China atrae a grandes socios y extiende su influencia no solo en su región sino también en Europa.
El banco, lanzado en octubre pasado, contará con un capital inicial de 50.000 millones de dólares (uno 46.000 millones de euros al tipo de cambio actual) y uno autorizado de 100.000 millones. Con sede en Pekín, está previsto que comience a funcionar este año y tendrá como misión financiar proyectos de infraestructuras en Asia, un sector donde se calcula que las inversiones necesarias en la próxima década rondarán los ocho billones de dólares. La iniciativa fue lanzada en octubre pasado por China y otros 20 países asiáticos mediante la firma de un memorando.
El primer gran anuncio europeo de incorporación al proyecto fue realizado por el Reino Unido. Después, Alemania, Italia y Francia anunciaron de forma simultánea que se unían a la iniciativa. Otros países europeos como Suiza o Luxemburgo se sumaron, mientras España seguía sin tomar una decisión.
Solicitud a Pekín
Finalmente, el Gobierno español ha decidido moverse para no quedarse al margen. El Ministerio de Economía anunció ayer que ha manifestado su interés al Gobierno chino por participar. El Gobierno español ya ha remitido una carta a Pekín “manifestando su intención de involucrarse”, según una nota difundida ayer. La participación financiera de España se decidirá tras la aprobación del Convenio Constitutivo, en el momento de su ingreso efectivo en la institución.
El objetivo del BAII es promover el desarrollo sostenible de Asia, concentrándose en la financiación de infraestructuras de energía, transporte y telecomunicaciones, así como en la financiación de proyectos para el desarrollo urbano y rural y la conservación del medioambiente en la región. Según el Ministerio de Economía español, el BAII funcionará en estrecha colaboración con otros bancos de desarrollo multilaterales existentes como el Banco Asiático de Desarrollo o el Banco Mundial. FUENTE
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