Algunas horas después del encuentro tripartito de Teherán, que reunió a los tres ministros de Defensa de Siria, Irán y Rusia, bombarderos rusos reemprendieron sus vuelos y ataques en la provincia de Alepo.
Desde el jueves pasado, la intensidad de los ataques se ha triplicado o incluso cuadruplicado y ellos parecen seguir un ritmo superior incluso al de la “Tempestad de los Sujoi”, como fueron bautizados los primeros ataques rusos en Siria en septiembre de 2015, señaló el periódico libanés As Safir.
Al mismo tiempo, un puente marítimo ruso fue puesto en marcha a fin de transportar centenares de toneladas de equipos militares y de municiones, tal y como sucedió al principio de la intervención rusa.
Al alba del pasado lunes, la rama siria de Al Qaida, el Frente al Nusra, y su aliado, el grupo Nureddin Zankani, tuvieron que evacuar durante varias horas sus posiciones situadas en la parte norte de las granjas Mallah después de que varios ataques rusos mataran a 25 de sus militantes.
Durante la noche, la coalición Yaish al Fateh (Ejército de la Conquista), se retiró también de la localidad de Hamirat, en la provincia de Alepo, bajo los ataques de los Sujoi, antes de regresar al día siguiente.
Antes del retorno a la opción militar, varios signos políticos habían sido ya esbozados por el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, que indicó en la víspera del encuentro tripartito de Teherán que Moscú iba a “continuar apoyando al Ejército sirio para impedir a los terroristas tomar el control de grandes superficies de Alepo y su provincia”.
La dirección rusa ha registrado cientos de violaciones del cese de hostilidades por parte de los grupos terroristas desde el mes de febrero. Esta tregua ha permitido a los grupos terroristas rearmarse y reorganizarse así como recibir más apoyo de Turquía. La provincia ha sido escenario de un incremento de los ataques dirigidos por Turquía, Arabia Saudí y EEUU, que parecen destinados a impedir que las fuerzas regulares sirias la liberen.
En el norte de Siria actúan además las milicias kurdas sirias, cuya acción parece ir dirigida a crear un cantón propio que se extienda desde Hasakah hasta Afrin, pasando por Ain al Arab (Kobani), y donde en la actualidad están estacionadas unidades militares norteamericanas, francesas y alemanas, venidas con el pretexto de prestar ayuda a las Fuerzas Democráticas Sirias, compuestas básicamente por las milicias kurdas (YPG), contra el EI.
Siempre según As Safir, otra de las decisiones tomadas por el encuentro tripartito de Teherán fue acordar dar a los iraníes un rol más importante en el escenario sirio. La prueba es la designación del secretario general del Consejo de Seguridad Nacional de Irán, almirante Ali Shamjani, como coordinador de las operaciones ruso-sirio-iraníes.
Según una fuente política iraní, Shamjani va a supervisar el desarrollo de las operaciones sobre el terreno en Siria. Los rusos parecen haberse convencido de la postura iraní, que sostiene la necesidad de volver a la batalla de Alepo.
Citando fuentes árabes no identificadas, As Safir indica que los tres aliados se han puesto de acuerdo en el despliegue de combatientes del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán en las regiones situadas en el norte de Alepo y no lejos de las zonas de despliegue de las fuerzas norteamericanas alrededor de Manbij y Al Bab. Según fuentes árabes, los iraníes desean permanecer en la proximidad de las regiones donde están desplegadas las fuerzas norteamericanas en el norte de Siria para poder vigilarlas de cerca.
Otra decisión ha sido la de aumentar la capacidad del Ejército sirio y sus aliados en la región del norte de Alepo de mayoría árabe, donde los kurdos no cesan de progresar después de haber franqueado el Éufrates y han comenzado a extenderse en dirección a Afrin.
Además, los iraníes reclaman un papel más importante en el Este de Siria, especialmente en la provincia de Raqqa, con el fin de asegurar su vínculo con Iraq, donde las Fuerzas de Movilización Popular o Hashid al Shaabi están a punto de tomar Faluya y deberán trasladar luego el combate a Mosul. La toma de Raqqa y Faluya permitirá unir el Este de Siria a la ruta de Bagdad.
A este respecto, las tres partes acordaron que los iraníes van a apoyar al Ejército sirio que ha iniciado su progresión en dirección a la base aérea de Al Tabaqa, en Raqqa. Los militares sirios se han detenido a 10 kms de la misma a la espera de refuerzos para proteger sus líneas de retaguardia de los ataques del EI. Se ha dicho que 700 miembros del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución llegaron a Siria para apoyar esta ofensiva contra el EI al día siguiente del encuentro de Teherán.
Desde el jueves pasado, la intensidad de los ataques se ha triplicado o incluso cuadruplicado y ellos parecen seguir un ritmo superior incluso al de la “Tempestad de los Sujoi”, como fueron bautizados los primeros ataques rusos en Siria en septiembre de 2015, señaló el periódico libanés As Safir.
Al mismo tiempo, un puente marítimo ruso fue puesto en marcha a fin de transportar centenares de toneladas de equipos militares y de municiones, tal y como sucedió al principio de la intervención rusa.
Al alba del pasado lunes, la rama siria de Al Qaida, el Frente al Nusra, y su aliado, el grupo Nureddin Zankani, tuvieron que evacuar durante varias horas sus posiciones situadas en la parte norte de las granjas Mallah después de que varios ataques rusos mataran a 25 de sus militantes.
Durante la noche, la coalición Yaish al Fateh (Ejército de la Conquista), se retiró también de la localidad de Hamirat, en la provincia de Alepo, bajo los ataques de los Sujoi, antes de regresar al día siguiente.
Antes del retorno a la opción militar, varios signos políticos habían sido ya esbozados por el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, que indicó en la víspera del encuentro tripartito de Teherán que Moscú iba a “continuar apoyando al Ejército sirio para impedir a los terroristas tomar el control de grandes superficies de Alepo y su provincia”.
La dirección rusa ha registrado cientos de violaciones del cese de hostilidades por parte de los grupos terroristas desde el mes de febrero. Esta tregua ha permitido a los grupos terroristas rearmarse y reorganizarse así como recibir más apoyo de Turquía. La provincia ha sido escenario de un incremento de los ataques dirigidos por Turquía, Arabia Saudí y EEUU, que parecen destinados a impedir que las fuerzas regulares sirias la liberen.
En el norte de Siria actúan además las milicias kurdas sirias, cuya acción parece ir dirigida a crear un cantón propio que se extienda desde Hasakah hasta Afrin, pasando por Ain al Arab (Kobani), y donde en la actualidad están estacionadas unidades militares norteamericanas, francesas y alemanas, venidas con el pretexto de prestar ayuda a las Fuerzas Democráticas Sirias, compuestas básicamente por las milicias kurdas (YPG), contra el EI.
Siempre según As Safir, otra de las decisiones tomadas por el encuentro tripartito de Teherán fue acordar dar a los iraníes un rol más importante en el escenario sirio. La prueba es la designación del secretario general del Consejo de Seguridad Nacional de Irán, almirante Ali Shamjani, como coordinador de las operaciones ruso-sirio-iraníes.
Según una fuente política iraní, Shamjani va a supervisar el desarrollo de las operaciones sobre el terreno en Siria. Los rusos parecen haberse convencido de la postura iraní, que sostiene la necesidad de volver a la batalla de Alepo.
Citando fuentes árabes no identificadas, As Safir indica que los tres aliados se han puesto de acuerdo en el despliegue de combatientes del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán en las regiones situadas en el norte de Alepo y no lejos de las zonas de despliegue de las fuerzas norteamericanas alrededor de Manbij y Al Bab. Según fuentes árabes, los iraníes desean permanecer en la proximidad de las regiones donde están desplegadas las fuerzas norteamericanas en el norte de Siria para poder vigilarlas de cerca.
Otra decisión ha sido la de aumentar la capacidad del Ejército sirio y sus aliados en la región del norte de Alepo de mayoría árabe, donde los kurdos no cesan de progresar después de haber franqueado el Éufrates y han comenzado a extenderse en dirección a Afrin.
Además, los iraníes reclaman un papel más importante en el Este de Siria, especialmente en la provincia de Raqqa, con el fin de asegurar su vínculo con Iraq, donde las Fuerzas de Movilización Popular o Hashid al Shaabi están a punto de tomar Faluya y deberán trasladar luego el combate a Mosul. La toma de Raqqa y Faluya permitirá unir el Este de Siria a la ruta de Bagdad.
A este respecto, las tres partes acordaron que los iraníes van a apoyar al Ejército sirio que ha iniciado su progresión en dirección a la base aérea de Al Tabaqa, en Raqqa. Los militares sirios se han detenido a 10 kms de la misma a la espera de refuerzos para proteger sus líneas de retaguardia de los ataques del EI. Se ha dicho que 700 miembros del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución llegaron a Siria para apoyar esta ofensiva contra el EI al día siguiente del encuentro de Teherán.
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