Se trata de 30 vehículos militares y camiones con contenedores y otros cargados de cajas selladas que han ingresado al territorio sirio desde Irak a través del cruce fronterizo ilegal de Al-Walid, localizado en el norte de Irak y en el este de la provincia siria de Al-Hasaka (noreste).
Según afirma la agencia siria estatal de noticias SANA, este nuevo convoy fue escoltado por vehículos blindados Hummer mientras unos helicópteros daban una cobertura aérea a la caravana.
Su destino fue las bases ilegales que las tropas norteamericanas tienen en la ciudad de Qamishli, la capital de la provincia de Al-Hasaka, en la localidad de Remelan, donde se encuentran los pozos de petróleo.
SANA informó el sábado del ingreso de otro convoy de vehículos militares que las fuerzas estadounidenses enviaron a la localidad de Ghweiran en Al-Hasaka para reforzar sus posiciones, sus cuarteles generales en las escuelas y los edificios que han ocupado con la ayuda de la milicia kurdo-árabe Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
Esto mientras EE.UU. había trasladado el miércoles al menos 55 vehículos militares a la zona petrolera de Al-Hasaka a través del cruce fronterizo de Al-Walid.
Las fuerzas estadounidenses y sus aliadas las FDS controlan la mayoría de los campos petroleros en las dos provincias de Al-Hasakah y Deir Ezzor que albergan los campos de petróleo y gas más importantes de Siria.
Desde que el presidente de EEUU, Donald Trump, decidiera el pasado noviembre abandonar varias posiciones en Siria y redesplegar tropas para “proteger” el petróleo sirio, varios convoyes militares norteamericanos han entrado ilegalmente en el país árabe desde el vecino Irak.
El Gobierno sirio que ha condenado en reiteradas ocasiones el saqueo de su petróleo por EE.UU. ha asegurado que, una vez se produzca la liberación de la provincia noroccidental de Idlib, considerada el último bastión de los terroristas en el noroeste del país, los miembros del Ejército de Siria acabarán con la ocupación estadounidense.
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