El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O'Brien, emitió el viernes un comunicado en el que, tras acusar a China de “pesca ilegal” y “acoso” a los barcos de sus vecinos en el Indo-Pacífico, anunció que la Guardia Costera de su país enviará “guardacostas de respuesta rápida significativamente mejorados” al Pacífico occidental.
No obstante, el texto no detalla el número de buques ni dónde estarán basados exactamente, pero afirma que los barcos de patrulla de la clase Sentinel realizarán “misiones de seguridad marítima” y asistencia a los pescadores “en colaboración con los socios de la región que tienen capacidades de vigilancia marítima limitadas”.
“Mejorar la presencia de la Guardia Costera en el Indo-Pacífico garantiza que EE.UU. seguirá siendo el socio marítimo preferido en la región”, precisa el comunicado.
Recordemos que Pekín reclama casi un 90 % del mar del sur de China, también conocido como mar de China Meridional, y critica la militarización de esas aguas por EEUU, que se alinea sistemáticamente con los rivales del gigante asiático en la disputa marítima a fin de tensar la situación y justificar su propia presencia militar en la región.
Dicha región es escenario habitual de tensiones entre el gigante asiático y EEUU. De hecho, aviones y buques de guerra norteamericanos navegan sistemáticamente cerca de los islotes controlados por Pekín so pretexto de defender “la libertad de navegación”, aunque China advierte que, en realidad, se trata de una ‘provocación’.
La actual escalada de tensiones ha conducido a Pekín y a Washington al borde de una nueva guerra fría. Varios analistas advierten que existe un riesgo inminente de que se produzca una “confrontación no planificada” entre ambos países. El gigante asiático ya ha llamado a su rival norteamericano a reconocer la realidad de la “fuerte China”.
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