Se está desarrollando una situación diplomática compleja entre Estados Unidos y Turquía en medio de una disputa en curso sobre el destino de los aviones de combate F-35, que Ankara pagó pero nunca recibió debido a la adquisición del sistema de defensa aérea S-400 de Rusia. El periódico Aydınlık informó que Washington exige que Turquía pague el mantenimiento de seis aviones de combate F-35A Lightning II, que han estado en el hangar durante seis años y se someten a un mantenimiento regular para mantenerlos listos para operar.
El coordinador de comunicaciones estratégicas de la Casa Blanca, John Kirby, expresó la disposición de Estados Unidos a considerar la posibilidad de que Turquía regrese al programa de suministro del F-35, sujeto a la resolución de las preocupaciones causadas por la presencia de Ankara de los sistemas de defensa aérea rusos. Al mismo tiempo, Turquía insiste en la devolución de los 1,4 millones de dólares invertidos en el proyecto no realizado, así como en la compensación por las pérdidas sufridas por las empresas turcas debido a su exclusión del programa.
Para empeorar las cosas, Estados Unidos excluyó a Turquía del programa F-35 e impuso sanciones a la industria de defensa turca tras la adquisición por parte de Ankara de los sistemas rusos S-400, lo que provocó tensiones entre los dos países. En este contexto, el Pentágono recibió permiso del Congreso de Estados Unidos para gastar hasta 30 millones de dólares en el transporte de seis F-35 turcos a una instalación de almacenamiento temporal hasta que se desarrolle un plan para su uso posterior.
El coordinador de comunicaciones estratégicas de la Casa Blanca, John Kirby, expresó la disposición de Estados Unidos a considerar la posibilidad de que Turquía regrese al programa de suministro del F-35, sujeto a la resolución de las preocupaciones causadas por la presencia de Ankara de los sistemas de defensa aérea rusos. Al mismo tiempo, Turquía insiste en la devolución de los 1,4 millones de dólares invertidos en el proyecto no realizado, así como en la compensación por las pérdidas sufridas por las empresas turcas debido a su exclusión del programa.
Para empeorar las cosas, Estados Unidos excluyó a Turquía del programa F-35 e impuso sanciones a la industria de defensa turca tras la adquisición por parte de Ankara de los sistemas rusos S-400, lo que provocó tensiones entre los dos países. En este contexto, el Pentágono recibió permiso del Congreso de Estados Unidos para gastar hasta 30 millones de dólares en el transporte de seis F-35 turcos a una instalación de almacenamiento temporal hasta que se desarrolle un plan para su uso posterior.
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