Con la llegada de Putin al Kremlin, Rusia trata de recuperar su estatus de actor global y, en este marco, trabaja para ampliar sus relaciones con América Latina.
En un análisis para la cadena británica BBC Mundo, dos expertos explican qué ha llevado al presidente ruso, Vladimir Putin, a fortalecer vínculos e incrementar su presencia con los países de América Latina.
La estrategia de Putin en la región latinoamericana se enmarca, afirman los analistas, en su visión global de política exterior, que persigue, básicamente, diversificar sus relaciones exteriores, contrarrestar el poder de Estados Unidos y crear un orden internacional multipolar y, que, en ese nuevo contexto, Rusia recupere su estatus de actor global.
“Dentro de esta estrategia internacional, América Latina ocupa un lugar importante por los lazos históricos de la Unión Soviética y sobre todo por la cercanía geográfica con Estados Unidos”, asegura Mira Milosevich, investigadora del Real Instituto Elcano, think-tank de estudios internacionales con sede en Madrid.
Según la experta, la Rusia de Putin trata de aprovechar los lazos históricos que había forjado la antigua URSS. “Putin ve que el mundo ha cambiado y cree que es mejor una estrategia práctica, sin abandonar objetivos geopolíticos, pero sobre todo usando instrumentos económicos y potenciando las relaciones bilaterales económicas como el primer paso del nuevo acercamiento”, añade.
Para Jacaranda Guillén Ayala, analista del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado de México, Putin apuesta por un mundo multipolar, tal como lo dejó claro en 2007 cuando en una conferencia internacional cuestionó la existencia de un mundo unipolar, con Estados Unidos y Europa a la cabeza, “se ha reconfigurado el lugar de América Latina como un objetivo central” del Kremlin.
Además, tras las sanciones económicas de EE.UU. y la Unión Europea contra Rusia, Moscú considera necesario tener nuevos aliados y apoyos, “Entonces América Latina contribuye a esas aspiraciones de reinserción como actor global”, dice Guillén.
Ambos expertos coinciden en que Moscú usa sus vínculos en la región como un mensaje de que es capaz de desafiar a Estados Unidos. “Usa lo que muchos llaman el ‘patio trasero’ de EE.UU. para mandar un mensaje de ‘aquí estamos’, a la vez que acusa a Washington de hacer lo mismo en el espacio postsoviético”, le dice Milosevich a BBC Mundo.
Otro punto es la influencia de China y Rusia en América Latina. De acuerdo con Milosevich y Guillén, Pekín y Moscú son competidores en lo económico, pero socios en lo político.
En este sentido, Milosevich destaca el derecho a veto de China y Rusia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como “un gran instrumento de la influencia política en contra de Estados Unidos”.
Además, la venta de armas y los negocios en el sector energético han sido las bases principales del regreso de Moscú a la región, dicen los expertos. “Ese es un paradigma de Rusia: primero empieza a vender armas, luego introduce otros productos económicos, y luego empieza a intentar ejercer influencia política a través de los medios de comunicación y obviamente a través de contactos a nivel diplomático”, precisa la experta.
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