El Gobierno del expresidente Donald Trump pidió al Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) que minimice y retrase los informes de lesiones cerebrales sufridas por las tropas estadounidenses a causa de un ataque con misiles de Irán a la base militar estadounidense de Ain Al-Asad, en Irak en 2020, según revela una exportavoz de Defensa durante una entrevista recogida este jueves por el diario británico The Guardian.
Alyssa Farah narró cómo ha enfrentado la presión de la Casa Blanca que se produjo después de que Trump afirmara por primera vez que no había víctimas y luego descartó las lesiones como “dolores de cabeza” y “no muy graves”.
En última instancia, se observó que más de 100 soldados estadounidenses habían sufrido lesiones cerebrales traumáticas en el ataque con misiles lanzado por Teherán el 8 de enero de 2020 contra dos bases en Irak que albergaban tropas estadounidenses en represalia por el asesinato con aviones no tripulados estadounidenses del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, el teniente general Qasem Soleimani y sus compañeros, cinco días antes.
Farah describió el ataque como las “horas más duras” de su vida y manifestó que “las cosas se pusieron inestables” cuando “la Casa Blanca hizo un esfuerzo por querer decir que esto no tuvo éxito, que los iraníes no tuvieron éxito en dañar a nuestros objetivos. Y creo que fue demasiado lejos”.
Explicó que era política del Pentágono dar a conocer los hechos a medida que llegaban y eran verificados, y como resultado, el número total de víctimas reportadas aumentó a lo largo de enero de 2020, irritando a la Casa Blanca.
“Recibimos un rechazo de la Casa Blanca. ‘¿Pueden informar esto de manera diferente? ¿Puede ser cada 10 días o dos semanas, o hacemos una recapitulación después del hecho?’”, así Farah ha hecho alusión a las declaraciones del Gobierno de Trump, agregando que la Casa Blanca preferiría que no proporcionáramos actualizaciones periódicas al respecto y que las malas noticias se divulgaran poco a poco.
EE.UU., que negó en un principio la existencia de víctimas entre sus soldados, confirmó el 16 de enero de 2020 que 11 habían sufrido lesiones cerebrales traumáticas. No explicaron la razón, pero la cifra se elevó gradualmente a 34 y 50, 64 y 109 y luego a 110.
Las autoridades persas aseveran que el ataque de Irán a Ain Al-Asad puso de manifiesto la alta vulnerabilidad de sistemas de defensa estadounidenses, pues, con todo su poderío militar, EE.UU. no pudo evitar que los misiles golpeen su base, recalcan.
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