Los observadores internacionales han informado de un creciente pánico en Kiev en relación con la exitosa contraofensiva de la milicia cerca de Donetsk.
En la última semana las milicias de Novorrusia comenzaron una ofensiva contra las tropas ucranianas por toda la línea del frente. El Ejército de Ucrania en Donbass sufrió enormes pérdidas, los soldados están desmoralizados, los comandantes están confundidos y no pueden poner la situación bajo control.
El mando militar teme seriamente la posibilidad de un nuevo cerco en las proximidades de Debáltsevo, así como en otras zonas.
La situación se complica por el hecho de que las reservas del Ejército y la Guardia Nacional se agotan, “tapar huecos” en la defensa con unidades pequeñas no puede estabilizar el frente. Además, las fuerzas de seguridad ucranianas se quedan sin municiones, alimentos y medicinas.
A su vez, los comandantes de las milicias declaran que son 752 soldados ucranianos muertos, 59 tanques destruidos y un gran número de prisioneros. En el contexto de los éxitos militares la milicia rechaza nuevas negociaciones en el marco de los Acuerdos de Minsk y amenazan con continuar la ofensiva.
En este sentido, las autoridades locales de las zonas fronterizas han informado que los soldados ucranianos suelen abandonar la línea del frente con armas y dedicarse a saqueos en la retaguardia.
En una situación crítica los militares tienen miedo de informar al Presidente Poroshenko sobre la situación real en el sur-este del país y ocultan la magnitud de la catástrofe.
El Jefe del Estado aún confía que la situación esté bajo control, y espera que en el caso de una amenaza real de derrota militar existe siempre la posibilidad de pedir protección a Occidente.
En la última semana las milicias de Novorrusia comenzaron una ofensiva contra las tropas ucranianas por toda la línea del frente. El Ejército de Ucrania en Donbass sufrió enormes pérdidas, los soldados están desmoralizados, los comandantes están confundidos y no pueden poner la situación bajo control.
El mando militar teme seriamente la posibilidad de un nuevo cerco en las proximidades de Debáltsevo, así como en otras zonas.
La situación se complica por el hecho de que las reservas del Ejército y la Guardia Nacional se agotan, “tapar huecos” en la defensa con unidades pequeñas no puede estabilizar el frente. Además, las fuerzas de seguridad ucranianas se quedan sin municiones, alimentos y medicinas.
A su vez, los comandantes de las milicias declaran que son 752 soldados ucranianos muertos, 59 tanques destruidos y un gran número de prisioneros. En el contexto de los éxitos militares la milicia rechaza nuevas negociaciones en el marco de los Acuerdos de Minsk y amenazan con continuar la ofensiva.
En este sentido, las autoridades locales de las zonas fronterizas han informado que los soldados ucranianos suelen abandonar la línea del frente con armas y dedicarse a saqueos en la retaguardia.
En una situación crítica los militares tienen miedo de informar al Presidente Poroshenko sobre la situación real en el sur-este del país y ocultan la magnitud de la catástrofe.
El Jefe del Estado aún confía que la situación esté bajo control, y espera que en el caso de una amenaza real de derrota militar existe siempre la posibilidad de pedir protección a Occidente.
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