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jueves, 29 de enero de 2015

Caso AMIA Argentina: la verdad sobre la muerte del Fiscal Nisman

  ¡Claramente, la “guerra global contra el terrorismo” librada por las potencias occidentales comenzó el 2015 con gran ímpetu!

Episodios de alto perfil cargados de circunstancias “inexplicadas e inexplicables” empezaron el 7 de enero con el Evento Charlie Hebdo en París. 11 días después, un fiscal argentino, Alberto Nisman, a cargo desde hace una década de la investigación del ataque terrorista del julio 1994 contra la sede de la mutual judía AMIA en Buenos Aires, fue suicidado/asesinado justo cuando estaba a punto de hacer pública su altamente mediática acusación contra la presidente Cristina Kirchner y su canciller Héctor Timerman, por supuesto encubrimiento a favor de Irán.

Espía versus espía versus espía…

El edificio de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) también albergaba – entonces y ahora – a la sede de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), el poderoso lobby judío local que opera a favor del Estado de Israel en la República Argentina.

Tras 21 años, la investigación judicial de este atentado se ha convertido en uno de los episodios más corruptos de la historia del país, con la intrusión obscena del Mossad israelí y la CIA y FBI de los Estados Unidos, que incluyó: plantar falsa evidencia de un supuesto coche-bomba, la censura de otras pistas mucho más verosímiles, y el pago de sobornos a testigos falsos para que incriminaran a Hezbollah, sea a través de una supuesta pista siria (en una primera instancia), o iraní (desde el 2006 hasta hoy).

Los poderosos medios de prensa – tanto argentinos como internacionales – han mantenido secuestrada a la opinión pública a través de la confusión ingenierizada, las mentiras flagrantes y el abuso de la sensibilidad de la población sobre este atentado terrorista que costó la vida a 85 civiles. Los verdaderos operadores detrás del telón, sin embargo, han quedado siempre convenientemente protegidos.

Uno de esos operadores poderosos es un agente de inteligencia del SI (Servicio de Inteligencia) argentino de nombre Jaime Stiusso, quién desde hace una década ha promovido sistemáticamente la versión estadounidense-israelí sobre el atentado, que hizo que la Argentina acusara falsamente a Irán de ser culpable de este espantoso crimen. Contando con el apoyo y la protección irrestrictos de la CIA, el Mossad y el MI6 británico, Stiusso se transformó en el mentor del fiscal Nisman, mientras éste acusaba sistemática y airadamente a Irán desde que quedó a cargo de la investigación en 2004.

El mito de la “culpabilidad iraní” cobró gran fuerza bajo la administración del presidente George W. Bush, como parte de su estrategia de ataque generalizado contra las naciones musulmanas de Medio Oriente luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y, muy especialmente, luego de la invasión y bombardeo israelí contra el sur del Líbano en 2006. Entonces, Hezbollah, entrenada y armada por Irán, le propinó una amarga derrota a Israel dejando a una de sus divisiones de tanques fuera de combate.



¿La Pista Iraní?

Poco más de dos meses después de la incursión israelí en el Líbano, el 22 de septiembre de 2006 se llevó a cabo una reunión privada en el lujoso hotel neoyorquino Waldorf-Astoria de la que participaron: el presidente argentino Néstor Kirchner, su primera dama la entonces senadora nacional (y pronto a convertirse en presidente) Cristina Kirchner, y el canciller Jorge Taiana, junto a representantes de las más poderosas organizaciones judías sionistas, incluyendo el Comité Judío Norteamericano, el Congreso Mundial Judío, la logia B’Nai B’Rith y su brazo militante la Liga Anti-Difamación (ADL).

Durante dicha reunión, se llegó a un acuerdo mediante el cual la Argentina acusaría a Irán por el atentado a la AMIA, para cuyo fin el presidente Kirchner inmediatamente despachó al fiscal Alberto Nisman a los EEUU para “reunir las necesarias pruebas de la culpabilidad de Irán…” “Evidencia” ¡aportada por las agencias de inteligencia CIA y Mossad que claramente deseaban llevar agua a su molino!

Como muestra de la satisfacción de EEUU e Israel con el gobierno argentino, el director político del Congreso Mundial Judío, rabino Israel Singer, expresó públicamente la satisfacción de aquellas organizaciones con la acusación radicada por la Argentina contra Irán, ya que ello probaba que lo acordado en el Waldorf-Astoria estaba siendo ejecutado por el gobierno Kirchner.

Inmediatamente, el Sr Nisman acusó al ex-presidente iraní Ali Rafsanjani y a sus ministros clave de haber sido los mentores detrás del ataque a la AMIA – ¡una acusación que conformaba prácticamente una declaración de guerra!  Sin embargo, Nisman jamás logró reunir pruebas contundentes y serias al respecto.

Luego, Nisman llegó a pedirle a Interpol que detuviera al ex-embajador iraní en la Argentina, Hadi Soleimanpour en Londres, acción que Interpol llevó a cabo entregándolo a las autoridades británicas para su extradición a la Argentina. Pero ello se frustró rápidamente cuando los británicos debieron liberarlo debido a que Nisman no pudo aportar pruebas fehacientes en su contra. Los ingleses, incluso, hicieron que la Argentina pagara 200.000 libras de costas legales que este lamentable episodio generó.

A pesar de ello, a lo largo de la última década, Alberto Nisman se transformó en el niño mimado de las entidades judías y sionistas de EEUU, Israel y Europa, naciones que visitó regularmente para informarles sobre el estado de sus gestiones en el caso AMIA/DAIA. En 2007, Nisman incluso informó sobre el caso a la Corte Suprema… no de la Argentina, ¡sino la de Israel!

Así, Nisman fue cobrando gran notoriedad y presencia en los medios de prensa mundiales, mas seguía teniendo un problema: no lograba reunir la evidencia suficiente y necesaria para su acusación contra Irán. Ello generó creciente preocupación, especialmente entre los neoconservadores republicanos como la congresista-lobista Ileana Ros-Lethinen, y los sucesivos gobiernos ultra-derechistas en Israel.

El caso AMIA/DAIA se sumió en mayor confusión en enero de 2014 cuando el ex embajador israelí en Argentina durante aquél ataque – Yitzhak Aviram – se ufanó públicamente diciendo que “la gente que hizo explotar a la AMIA han sido enviados al otro mundo por nosotros (o sea, Israel)”. Inmediatamente, el gobierno israelí hizo que se callara la boca pues eso daba por tierra con todas las actuaciones de “búsqueda de la verdad”…

En sintonía con el gobierno Kirchner Nisman siguió inculpando a Irán, pero al llega Barack Obama al poder en 2009, EEUU empezó a rever su postura hacia Irán, adoptando una menos agresiva que la de la administración Bush.

Por entonces, la situación en Iraq empeoraba y la resistencia de Rusia y otros países a la belicosidad de EEUU/Reino Unido/OTAN en Medio Oriente iba creciendo. Es así que EEUU optó por una política mucho más moderada hacia Irán y, a través de “canales extraoficiales y discretos” pareciera que le hizo llegar un mensaje a la presidente Kirchner sugiriéndole que posiblemente había llegado la hora de sentarse a charlar con los iraníes.

Así, en enero 2013, la Argentina anuncio que “comenzaría a conversar” con Irán – algo que no hacía desde hacía casi siete años – y rápidamente ambos países suscribieron un “Memorando de Entendimiento” que se transformó en ley en la Argentina en marzo de 2013.

Como parte de ello, se crearía una “Comisión para la Verdad” (¿pero no era que Nisman y sus controladores en el Mossad y la CIA ya sabían la “verdad”, estando en posesión “toda la evidencia que inculpaba a Irán por el ataque?”).

¡Los neoconservadores en EEUU y los sionistas en Israel y el mundo se pusieron furiosos con la presidente Kirchner! Para colmo de males, en diciembre 2014 la presidente argentina echó a toda la cúpula superior de la agencia de inteligencia SI, específicamente a Jaime Stiusso, el operador-agente de EEUU, Israel y Reino Unido.

Se suponía que Nisman se tomaría todo el mes de enero 2015 de vacaciones recorriendo Europa con su hija de 15 años. Sin embargo, repentinamente mientras se encontraba en Ámsterdam, “alguien” parece haberle ordenado que volviera inmediatamente a Argentina. Lo hizo tan apresuradamente que tuvo que pedirle a su esposa que buscara a su hija menor en el aeropuerto de Madrid donde él la depositó para seguir viaje inmediato a Buenos Aires.

A su arribo en Argentina, Nisman produjo como por arte de magia un nutrido dossier de 350 páginas en el que acusaba a la presidente Kirchner y a su canciller (¡judío, por cierto!) Héctor Timerman de “encubrimiento” a favor de Irán. Nisman estaba a punto de hacer pública su denuncia en una sesión de emergencia del Congreso Argentino a las 3 de la tarde del lunes 19 de enero, pero puede que haya tomado amarga conciencia de que su caso estaba muerto antes de empezar y que no tenía posibilidad alguna de éxito.

Sea como sea, Nisman (o “alguien”) convenientemente lo “suicido” en algún momento durante la madrugada del domingo 18 de enero.

La presentación de Nisman y el consiguiente interrogatorio, preguntas y dudas que hubiera disparado, seguramente hubieran tenido el efecto de volver toda la investigación del atentado a la AMIA/DAIA a fojas cero, y por segunda vez pues eso es lo que ya había ocurrido en 2003.

En 2003 se derrumbó la falsa “pista siria” que terminó con el juez Juan Galeano y donde incluso un ex-presidente de la DAIA – Rubén Beraja – terminó siendo procesado por ayudar a sobornar a un oscuro traficante de automóviles de nombre Carlos Telleldin, en un monto de U$S 400,000 a cambio de acusar a la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Se suponía que así se generaría una falsa pista que a su vez conduciría al inexistente “coche-bomba”, que jamás fue hallado salvo por un trozo de metal del motor “encontrado” por un oficial de inteligencia militar israelí que se encontraba “ayudando” entre los escombros del edificio de la AMIA justo después del ataque del 18 de julio de 1994.   “Por suerte”, ese trozo metálico portaba un número permitió identificar al supuesto vehículo…

Suena un poco como el pasaporte intacto del terrorista Mohamed Atta hallado entre los escombros de la Torre Gemelas en 2001, ¿no? O, quizás como el “afortunado hallazgo” del documento de identidad que se le cayó a uno de los terroristas encapuchados cuando el Evento Charlie Hebdo en Paris hace un par de semanas…

Si el caso insostenible elucubrado contra Irán por Nisman y sus controladores externos e internos quedaba desenmascarado, entonces se estaría revolviendo peligrosamente el avispero. Algo muy peligroso para EEUU, Israel y los lobbies sionistas locales e internacionales que vienen luchando para culpar a Irán por este atentado.

Se correría el peligro de que se investigara una pista mucha más plausible: la que conduce directamente a Israel.



¡ La Pista Israelí !

A principios de los años noventa, se desató una sorda guerra intestina dentro del sionismo entre sectores de izquierda y el cada vez más poderoso ala derecha fundamentalista y racista. Los dos puntos clave de esa guerra interna giraban en torno a si se habría de otorgar a los palestinos un Estado soberano, y qué hacer con los asentamientos ilegales de colonos israelíes.

Cando voló el edificio de AMIA/DAIA, Israel era gobernado por el partido laborista del primer ministro Isaac Rabin, que en esos momentos procuraba llegar a una solución duradera con los palestinos. En julio 1994, Rabin llegó a permitir que el jefe de la OLP Yasser Arafat volviera a Palestina luego de largo exilio; apenas 18 días antes de la voladura de la AMIA/DAIA.

En aquellos días hubo otros episodios de violencia que apuntaban a esa guerra intestina que finalmente llegó a su punto culminante 18 meses depuesta del ataque a la AMIA/DAIA cuando en noviembre 1995 el primer ministro Rabin fue asesinado durante una reunión pública en Israel.

¿Quién fue el asesino? ¿Algún terrorista musulmán? No. ¿Algún loco neonazi? Tampoco.

El primer ministro Rabin fue asesinado por un tal Ygal Amir, joven militante sionista de ultra derecha, ligado al servicio de inteligencia Shin Beth (recientemente reestructurado por Rabin) y al movimiento de los colonos ilegales dentro de Israel.

El resultado político para Israel de este magnicidio fue que quienes genuinamente buscaban la paz jamás volvieron al poder en ese país, que desde entonces quedó gobernado por la ultra-derecha de Netanyahu, Ariel Sharon, Olmert, Barak, Lieberman, Livni, Feiglin y otros… Así, los palestinos jamás recibieron su Estado soberano. De Israel sólo siguen recibiendo bombas, ataques, humillaciones y el simpático muro de 8 metros de alto por 800 kilómetros de largo, erigido por Tel-Aviv como “Muro de Auschwitz” en torno a su martirizado país.

Dentro de este marco global, la “lógica” detrás del atentado a la AMIA/DAIA cobra una nueva dimensión: la de una guerra intestina en que la mafia sionista ultra-derechista le hizo al sionismo de izquierda, moderado y más pacifista, “un ofrecimiento al que no pudiera rehusarse”. Probablemente, ingenierizado por grupos clandestinos dentro, o incluso por encima, del Mossad+CIA+MI6+algún ente clandestino de “operaciones negras…”

Como el gran padrino Don Corleone, estos oscuros operadores probablemente le ordenaron a los perpetradores del atentado, que “hagan que parezca que lo hizo algún coche-bomba patrocinado por Hezbollah…” El problema es que las cosas no salieron exactamente como ellos pensaban.

Parece que el inquieto y nervioso Nisman se estaba acercando demasiado al avispero.

Quizás fue esa la razon por la que fue necesario “suicidarlo”. Como lo fue el comisionado de policía francés que investigaba el Evento Charlie Hebdo, “suicidado” la misma noche del ataque; o como el electricista de Subterráneos de Londres Jean Menezes, quien probablemente “vio algo” inconveniente en los días previos a los ataques de Londres de julio 2005 y terminó acribillado a balazos “por error” por la policía londinense pocos días después de aquellos ataques…

Sea como sea, la “guerra contra el terrorismo” ha vuelto a la Argentina… Otra vez.

Al momento de redactar este articulo, los lobbies locales DAIA y AMIA están armando gran batahola mediática, rasgándose las vestiduras y diciendo que “temen que pueda estar por producirse un tercer atentado contra intereses judíos en la Argentina”.

Los medios de prensa alineados le ayudan destacando la “desaparición inexplicable hace unas semanas de un misil anti-tanque del Ejército Argentino”.  ¿Comienzo de la ingenierización de un nuevo “ataque”?

Sea como sea, parece que los sionistas y neoconservadores quieren sangre. El think-tank estadounidense Center for Security Policy acaba de publicar un artículo en el conservador Washington Times pidiendo que Estados Unidos y la Unión Europea impongan “sanciones contra la Argentina” tras la muerte de Nisman.

En este año 2015 en que habrá elecciones presidenciales en la Argentina, prácticamente todos los candidatos favoritos como Sergio Massa, Mauricio Macri, Daniel Scioli y otros sostienen la línea “políticamente correcta”, hecho que resulta muy consistente con sus reiteradas visitas y reportes a la neoyorquina Americas Society de Rockefeller-Negroponte-William Rhodes y, por supuesto, a las permanentes pleitesías que rinden ante el Congreso Mundial Judío, Comité Judío Estadounidense, la DAIA, la AMIA y otros lobbies sionistas.

Por último, para la presidente Cristina Kirchner quedan dos importantes lecciones a aprender:

(1) Cuando sionistas y neoconservadores se pelean entre sí, nunca hay que quedarse en el fuego cruzado; y si se elije a uno de los bandos jamás pasarse al otro a mitad del río;

(2) Roma no paga a traidores.

Adrian Salbuchi, fundador del PSR (Proyecto Segunda República)

Adrian Salbuchi es analista político, autor, conductor del programa de televisión “Segunda República” por el Canal TLV1 de Argentina. Fundador del Proyecto Segunda República (PSR) –

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