Un grupo de buques de la Armada rusa está de visita ahora en el puerto iraní de Bandar-e Anzali y próximamente se van a celebrar ejercicios navales conjuntos en el Caspio. También los cuerpos de seguridad iraníes y rusos podrían realizar acciones conjuntas en Irak, Siria y otros países para resolver problemas geopolíticos que son comunes para Teherán y Moscú, indica el periódico.
© AFP 2015/ KAREN BLEIER
La Embajada de Irán confirmó que el canciller Mohamad Yavad Zarif planea visitar Moscú en los próximos días para discutir un amplio abanico de temas bilaterales e internacionales. Hace un mes, Zarif dijo en una entrevista con Canal 1 de la televisión rusa que, además de los vínculos económicos, la materia prioritaria en la cooperación de Irán y Rusia es la lucha contra el terrorismo y el extremismo. "En un sentido amplio, somos socios estratégicos desde el punto de vista político ", subrayó.
Fuentes militares y diplomáticas indican que Moscú y Teherán podrían abordar planes de lucha armada contra grupos específicos del llamado Estado Islámico (EI), así como el plan de Irán para resolver el conflicto en Siria.
El documento todavía no se ha publicado, pero medios árabes e israelíes recogen ciertos detalles de este plan que, de ser aprobado en Damasco y otras capitales, incluida Moscú, sería presentado por Teherán a las Naciones Unidas.
Las fuerzas leales a Bashar Asad y los grupos insurgentes, según la prensa árabe, pactarían un armisticio sin abandonar los territorios que controlan en la actualidad. Teherán propondría un mecanismo para la realización y el seguimiento de las elecciones presidenciales en Siria, así como para adoptar una nueva Constitución. En cuanto a Alepo, por la que el Ejército gubernamental está combatiendo con el EI y otros grupos contrarios al régimen, se sometería a la administración internacional.
Los garantes del arreglo podrían ser fuerzas de paz iraníes y rusas. Conforme al plan de Teherán, las tropas regulares y los rebeldes deberían después del armisticio lanzar una ofensiva contra el EI, desde luego, con la ayuda de Teherán y Moscú.
El periódico recuerda que el mecanismo de ayuda al Ejército regular ya existe. Es un secreto a voces que militares rusos asesoran a las tropas de Bashar Asad; también se han visto en su bando voluntarios iraníes de la Guardia Revolucionaria.
El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, estimó recientemente que Irán habría gastado unos 6.000 millones de dólares anuales en la ayuda al régimen de Asad. Después de levantadas las sanciones, Teherán tendría más oportunidades para prestar asistencia a Damasco. Tanto a Rusia como a Irán les conviene en este momento mantener los regímenes existentes en Siria e Irak.
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Moscú y Teherán se oponen a la secesión del Kurdistán de Irak. También coinciden en muchos puntos a la hora de evaluar la situación en Yemen, lo que disgusta a Washington y Tel Aviv. Es posible que los rumores sobre la supuesta visita a Moscú del general mayor iraní Qasem Soleimani, comandante de la fuerza de élite Quds de la Guardia Revolucionaria, se deban precisamente a los planes conjuntos de Irán y Rusia de combatir al EI y proporcionar ayuda militar a Damasco.
Una fuente en los círculos militares y diplomáticos dijo a Nezavisimaya Gazeta que Moscú difícilmente enviaría tropas regulares a Siria, pero no descartó una ampliación del número de asesores y del volumen de la asistencia técnica militar al Ejército gubernamental.
El interlocutor del periódico declinó responder si tal ayuda estaría coordinada con la parte iraní. Al mismo tiempo precisó que se trata de una cuestión diplomática más que militar, por lo que la decisión incumbe a los líderes políticos de país.
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