Recuerdan que les dije hace tres años que antes de comenzar la destrucción del Dolar estadounidense, China necesariamente tenia que deshacerse de la mayor cantidad posible de los bonos del tesoro estadounidense y demás papeles financieros denominados en Dolares americanos que tenia en su posesión?. Claro, lo necesita hacer antes de que la moneda estadounidense se desplome, pues de otro modo perdería una gran fortuna, ademas, la misma liquidación de esos bonos en poder del gobierno chino contribuirá al colapso del Dolar.
Guillermo
Según el portal del Tesoro, al cierre de junio China era el mayor tenedor de estos títulos, con 1.27 billones de dólares.
Para nadie es un secreto que a pesar de ser socios comerciales, entre China y Estados Unidos hay una fuerte rivalidad. En el más reciente episodio de este conflicto, fuentes de Bloomberg informaron que el “dragón” asiático ha recortado sus tenencias oficiales de bonos del Tesoro estadounidense este mes, para dar soporte al yuan. Su divisa se ha visto afectada por la huida masiva de capitales que ha sufrido desde hace más de un año y que ya comentamos en este espacio.
Según el reporte, autoridades chinas se han comunicado con sus homólogas estadounidenses para informar de las ventas, aunque no se han revelado aún los montos. Según el portal del Tesoro, al cierre de junio China era el mayor tenedor de estos títulos, con 1.27 billones de dólares.
Y aunque este es el inicio público y formal de dichas ventas, la realidad es que ya lo venían haciendo desde hace un año. Como lo ha documentado Zerohedge, desde 2013 los chinos usaron a Bélgica como su pantalla y custodio para disfrazar sus movimientos en los papeles de deuda estadounidenses. El país europeo disparó así sus niveles habituales de reservas en treasuries –entre 170,000 y 180,000 mdd–, a 380,000 mdd en marzo de 2014. En sólo cinco meses más que las duplicó cortesía de Beijing.
En contraste, este año inició una espectacular liquidación, gracias a la cual “Bélgica” pasó de tener 354,000 mdd en bonos estadounidenses en enero a sólo 207,000 mdd, según la cifra más actualizada de junio, una caída de 147,000 mdd. En este mismo periodo, el país asiático aumentó su posición en 32,000 mdd, lo que nos dauna diminución neta en sus tenencias de treasuries de 115,000 mdd.
Pero esa enorme cifra queda opacada por la velocidad con la que habrían vendido, tan sólo durante las pasadas dos semanas, al menos 106,000 mdd de sus reservas –en su gran mayoría bonos de Tesoro– según cálculos de Société Générale. Esto, para la inyección de liquidez que pretende hacer con el propósito de apuntalar su sistema financiero. Para dimensionarlo, vendieron el equivalente al 56% del total de reservas del Banco de México en sólo dos semanas.
China, pues, se embarcó en una “defensa” del yuan –al estilo de la Comisión de Cambios mexicana con el peso pero con muchos “esteroides”– para aligerar las presiones sobre su tipo de cambio. Aun así, la huida de capitales fue tan grande que los doblegó y llegó la devaluación de este mes.
¿Qué quiere decir lo anterior? Todo apunta a que una vez que los chinos casi agotaron los valores que tenían en custodia en Bélgica, no les ha quedado de otra que comenzar a vender abiertamente sus treasuries. Ya no lo pueden esconder.
En este contexto, ayer aparecieron las palabras de Yao Yudong, titular del Instituto de Investigaciones de Finanzas y Banca del Banco Popular de China (banco central), quien dijo a Reuters que las caídas bursátiles de las últimas semanas no han sido culpa de su devaluación, sino de las preocupaciones por una eventual elevación de tasas por parte de la Fed.
De manera que la liquidación masiva de treasuries ordenada por el gobierno debe ser vista como un “contraataque”. Gracias a éste, Beijing presionará a la Fed para que suba los tipos.
Dicho de otro modo, en esta guerra de divisas que inició Estados Unidos con la flexibilización cuantitativa (QE), China ha contraatacado con la venta masiva de bonos de la que puede salir más perjudicado que beneficiado. Toda “defensa” de una moneda implica deshacerse de activos de reserva que, aunque parezcan abundantes, siempre serán limitados. No podrán vender bonos del Tesoro por siempre, y menos al ritmo actual. Alguien tiene que ceder. Lo más probable es que, lejos de aminorar la fuga de capitales con esa “defensa” del yuan, la sangría se acentúe ante la previsión de los inversores de un mayor colapso de esa divisa.
Si China “gana” y la Fed no sube las tasas por ahora, será a un costo muy alto. Si pierden y la Fed sube las tasas, la fortaleza del dólar presionaría al resto de países emergentes a liquidar sus reservas. Citi estima que por cada 500,000 mdd que liquidaran los mercados emergentes, la tasa de rendimiento del bono estadounidense a 10 años se dispararía 108 puntos base. Ésta debe ser la apuesta de Beijing: que los demás lo sigan. Y es que si se disparan dichas tasas de rendimiento se pondría en peligro al mercado inmobiliario estadounidense.
De este modo, sería cuestión de tiempo para que la Fed lanzara la cuarta fase de flexibilización cuantitativa (QE4) –que la mayoría descarta– como “comprador de última instancia” para bajar los tipos.
En ambos escenarios es previsible un nuevo “respiro” temporal para mercados emergentes, sus divisas y materias primas. Más pronto llegaría si la Fed no sube los tipos en septiembre, y más tarde si lo hace, cortesía del QE4.
Eso sí, que nadie se vaya a creer los discursos políticos respecto a que las cosas se habrán calmado. Esa calma será la que presagie una nueva tormenta, pues como aquí hemos reiterado: una nueva recesión global, con o sin alza de tasas, se sigue “cocinando”.
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