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viernes, 28 de agosto de 2015

"Ha llegado la hora": ¿Es posible que nos paguen sin trabajar?




Nos hemos acostumbrados a la idea de que, para tener una vida digna, necesitamos un empleo. De hecho, es uno de los principios básicos sobre los cuales se construye nuestra sociedad. Sin embargo, existe un concepto que supone olvidarse del trabajo en el sentido habitual de la palabra y disfrutar de una asignación monetaria pública incondicional.

Se trata de la renta básica universal, un tipo de ingreso ciudadano en el que el Estado paga a sus residentes incluso si no quieren trabajar de forma remunerada.

Hoy en día el concepto de la renta básica universal no está generalizado. La humanidad solo lo está probando, por lo general en forma de experimento.

Mientras esta idea es percibida por muchos expertos como una de las mejores formas para erradicar la pobreza, también tiene apasionados detractores que critican ese tipo de subsidio social.

A continuación, abordamos paso a paso los aspectos principales de la renta básica universal, sus ventajas y desventajas, los experimentos sociales que ya se han llevado a cabo y los que están por realizarse; todo ello para intentar contestar a la gran pregunta que preocupa a muchos expertos: Puede esta iniciativa ser una panacea para erradicar la pobreza o no es más que una fantasía utópica?




¿Qué es la renta básica universal?

La renta básica universal es un proyecto social que prevé el reparto regular de dinero a los ciudadanos de un país o de un área en particular, independientemente de su condición y posición social. Los pagos se efectúan por el Estado o por alguna otra institución sin necesidad de cumplir ningún trabajo.

Esta ayuda financiera debe garantizar las necesidades básicas de la población, como comida, refugio y educación.

El portal la Red Renta Básica define este concepto como "un ingreso pagado por el Estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente de la sociedad incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser sus otras posibles fuentes de renta y sin importar con quien conviva" o, en menos palabras, se trataría de "una asignación monetaria pública incondicional para toda la población".

La idea de 'dinero para todos' no es nueva. Fue promovida por algunas de las mentes más brillantes de la historia, como el escritor, político y filósofo estadounidense de origen inglés Thomas Paine, que describió un concepto similar en su obra 'Justicia Agraria' ('Agrarian Justice', 1795-1796).

Asimismo, esta idea fue tratada por personalidades tan diferentes como el activista de derechos humanos Martin Luther King, el economista del mercado libre Milton Friedman, el escritor y ganador del Premio Nobel de literatura George Bernard Shaw y otros economistas y filósofos.

¿Cómo se financia?

Una de las primeras preguntas que surgen respecto a la renta básica universal es cómo se financiaría. En este sentido, existen propuestas y visiones diferentes.

Según la mayoría de ellas, la renta básica absorbe ayudas sociales y subsidios ya existentes, incluidas las prestaciones por desempleo, el salario mínimo, la ayuda financiera a los pobres y muchos otros programas.

En segundo lugar, los defensores de la idea argumentan que con la introducción de la renta básica universal, el sistema burocrático —que hoy en día es necesario para decidir a quién otorgar la ayuda estatal y a quién no— dejaría de existir, lo que liberaría recursos adicionales. No habría que pagar los sueldos de los funcionarios o perder dinero por culpa de la corrupción.

Además, las necesidades de la RB se costearían a partir del presupuesto estatal, es decir, de los impuestos que recaude el Gobierno.

¿Para qué sirve?

Muchos expertos consideran la renta básica como la manera más eficaz para hacer frente a la pobreza. Entregando dinero directamente a la gente, el Gobierno elimina la necesidad de una burocracia masiva y ya no hace falta desarrollar programas sociales y de redistribución de las finanzas para los ciudadanos.

Por otra parte, esto debería resolver el problema del desempleo tecnológico, una situación en la que, debido al desarrollo de las tecnologías de automatización, se disminuye el número de puestos de trabajo.

Además, según los partidarios de la renta básica universal, esa idea ayudaría a superar las disparidades económicas y aumentar el poder adquisitivo de los ciudadanos. También sostienen que la RB volvería más atractivos trabajos poco populares y mal pagados.





"Las normativas actuales para las prestaciones sociales son burocráticas y están basadas en la desconfianza"
Jacqueline Hartogs, concejala de Trabajo del Ayuntamiento de Utrecht.



Según los defensores de la idea, un mínimo mensual garantizado no privará a la gente del deseo de trabajar, ya que la mayoría trabaja porque considera importante lo que está haciendo y siente que la sociedad valora positivamente su labor.

Es más, acentúan que la RB aumentaría la productividad, ya que todo el mundo se dedicaría al trabajo que realmente le gusta, dejando aparte las prioridades materiales: no tendría miedo de cambiar de trabajo y de experimentar. Además, la gente tendría más tiempo para educar a sus hijos y prestar asistencia a los familiares enfermos.





En 2010, los investigadores del centro de estudios Brooks World Poverty Institute presentaron el informe 'Just Give Money to the Poor' ('Simplemente den dinero a los pobres'), donde ponían numerosos ejemplos sobre cómo el 'dinero gratuito' ayuda a la sociedad.

Los investigadores resumieron los logros de estos programas de subvenciones en una serie de puntos:
los beneficiarios hacen un buen uso del dinero;
la pobreza disminuye;
hay notables beneficios a largo plazo en el campo de los ingresos de la población, la salud y los ingresos tributarios;
no hay ningún efecto negativo sobre la oferta de trabajo; los destinatarios no trabajan menos;
los programas ayudan a ahorrar dinero.

Sin embargo, cuanta más atención atrae la idea, más se expone a la crítica.

Así, quienes se oponen a la renta básica universal señalan que al poner en marcha este concepto de subsidios la gente simplemente dejaría de trabajar.

Y eso, según ellos, generaría otras consecuencias, como el descenso de la producción en la economía, al trabajar menos personas y, en consecuencia, un colapso.

Entre otras preocupaciones, los críticos de la iniciativa apuntan que la renta básica podría poner en peligro el prestigio de la educación y el esfuerzo, aumentar la dependencia de los individuos del Estado, debilitar las instituciones democráticas, así como discriminar a las personas que no tengan la ciudadanía o, en el caso de que ser ciudadano no fuera necesario para recibir la renta básica, atraería a inmigrantes que abusarían del sistema.

Además, hacen hincapié en que la introducción del concepto de la renta básica universal requeriría un gasto que, de otra forma, podría ser destinado a otros programas importantes, como la educación pública o la creación de empleos, o bien ser utilizado para atraer inversiones.





Aunque el concepto de la renta básica universal aún no está generalizado, han tenido lugar varios experimentos para probar sus efectos en la sociedad y la economía.

Así, en el Estado de Alaska, EE.UU., existe un fondo que paga anualmente a los residentes. La cantidad de pagos depende del nivel de éxito de la política de inversión de ese fondo. El mismo fue fundado por el estado en 1976 para que Alaska se beneficiara de la venta de petróleo en su territorio.

En Namibia, África, en una aldea con una población de alrededor de 1.000 personas, una coalición de organizaciones de caridad han puesto en marcha un proyecto piloto en el que durante un año han pagado mensualmente a cada habitante alrededor de 100 dólares namibios (unos 9 euros). Como señalan los expertos, los resultados fueron muy positivos.

Un experimento similar realizado en los años 70 en Manitoba (Canadá) permitió disminuir el nivel del crimen y las visitas a los hospitales en esta provincia canadiense.

Por su parte, la ciudad holandesa de Utrecht llevará a cabo a partir del próximo otoño y durante un año un ambicioso experimento consistente en conceder, sin ninguna condición, una renta básica a numerosos ciudadanos que ya reciben ayudas gubernamentales.

Para realizar el experimento las 250 personas que percibirán la renta básica se dividirán en cinco grupos: uno que se regirá bajo las leyes actuales, tres grupos sujetos a normativas más laxas y un grupo que recibirá ayudas económicas de manera incondicional.

El objetivo de este experimento científico consiste en averiguar si las personas siguen esforzándose cuando perciben ayudas económicas sin estar sujetas a ninguna obligación a cambio.

"Las normativas actuales para las prestaciones sociales son burocráticas y están basadas en la desconfianza", sostiene Jacqueline Hartogs, concejala de Trabajo del Ayuntamiento de Utrecht. Como muestra de esta desconfianza señala que en esta ciudad las personas que reciben ayudas dejan de percibirlas si no logran encontrar trabajo.





"Quizás el modo más eficiente de gastar dinero en personas sin hogar sea dárselo a ellos"
'The Economist'.



El plan puede ser utópico, pero está en sintonía con el espíritu de que la vida es un derecho y no algo que uno deba merecer.

Aparte de Utrecht, otras 40 poblaciones de Holanda están poniendo en marcha "experimentos vinculados a la renta básica", de los que ocho son "bastante prometedores" y están "en proceso de concretarse", según explica a Efe el econometrista y experto en renta básica holandés Sjir Hoeijmakers.

Mientras tanto, en Suiza está previsto que en 2016 se vote en referéndum la introducción de una renta básica.

Cabe destacar que en las localidades donde ya introdujeron el proyecto piloto de la renta básica los expertos registraron un aumento del nivel de salud y de la alimentación, las personas se hicieron mucho más activas económicamente, mejoró la condición de la vivienda, los alimentos y la asistencia escolar.




"Tendemos a pensar que simplemente dar dinero a la gente la hace perezosa. Sin embargo, una gran cantidad de investigaciones científicas demuestran lo contrario: el dinero gratuito ayuda", señala el periodista, historiador y analista holandés Rutger Bregman, del portal De Correspondent.

De acuerdo con el experto, en los últimos años varios estudios de todo el mundo han demostrado que existen importantes correlaciones entre el dinero gratuito y la reducción del crimen, la desigualdad, la malnutrición, la mortalidad infantil, la tasas de embarazo adolescente y el absentismo escolar, y un mayor crecimiento económico, etc.

En este sentido, el periodista recuerda las palabras del economista Charles Kenny, según el cual "la gran razón por la que los pobres son pobres es porque no tienen suficiente dinero". "No debería ser una gran sorpresa que darles dinero sea una gran manera de reducir ese problema", agrega el economista.





Puede que suene a una "fantasía utópica, a algo que nunca será realidad, sobre todo en nuestro tiempo, pero les recuerdo de antemano que las utopías tienden a convertirse en realidad", señaló Bregman en un discurso en la plataforma TED, en el que recordó que los grandes ideales, como "el fin de al esclavitud, la igualdad de género o la democracia", alguna vez fueron considerados imposibles.

Según Bregman, "el ingreso básico quizá no se implemente en los próximos tres o cuatro años, pero quizá sí, en los próximos 30 o 40 años".

"Las ideas pueden cambiar y cambian el mundo", afirma el experto, al tiempo que cita al escritor irlandés Oscar Wilde: "Más fuerte que miles de ejércitos, es una idea a la que le ha llegado la hora".




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