En lugar de poner fin a la crisis de los refugiados por la intermediación de la paz en Siria, el presidente estadounidense Barack Obama se queda en su pista de guerra, y ha llamado al Congreso a autorizar laacción militar en Siria, escribe el escritor estadounidense y activista Shamus Cooke.
Mientras que Rusia ha propuesto una vez más reanudar las conversaciones de paz en Siria con el fin de poner fin a la crisis de refugiados en curso, el presidente estadounidense Barack Obama está "empujando fuerte y rápido" hacia la guerra, señala el autor estadounidense y sindicalista Shamus Cooke.
"La guerra produce refugiados de guerra ... El público exige que "hay que hacer algo" acerca de la crisis de los refugiados. Y ahora este sentimiento está siendo explotado por la Administración Obama, canalizando la energía de nuevo al canal de la guerra que dio a luz el problema", subrayó el escritor en su artículo para Global Research.
Cooke destacó que el público en Estados Unidos es prácticamente inconsciente de los preparativos de Obama para una nueva operación militar en Siria, ya que la cuestión sigue siendo en gran parte desapercibida por los medios de comunicación estadounidenses.
De acuerdo con la nueva resolución del Senado que exige Obama, el Ejército de Estados Unidos obtendrá una "ventana de 90 días" para el ataque a Siria. El Pentágono en ese momento lanzará una campaña en contra tanto del Estado Islámico como del gobierno democráticamente elegido de Bashar al-Assad.
"La marcha hacia la guerra está pasando rápido y en silencio. El aliado de Estados Unidos, Australia anunció que comenzaría el bombardeo en Siria, mientras que los medios de comunicación del Reino Unido también ha reiniciado el debate en cuanto a unirse", enfatizó el activista.
En los últimos años el gobierno de Estados Unidos ha estado involucrado en armar y entrenar a los llamados rebeldes sirios "moderados" y ha hecho la vista gorda ante el hecho de que los donantes privados ricos del Golfo han ido patrocinando descaradamente a los afiliados de al-Qaeda y a los extremistas de Oriente Oriente con el fin de derrocar al gobierno sirio.
"Las sangrientas huellas dactilares del gobierno de Estados Unidos están en todo este conflicto, mientras que los medios de comunicación de Estados Unidos tiene la osadía de afirmar que la 'inacción' era el pecado cardinal de Obama. Estos mismos periodistas no hicieron preguntas difíciles acerca del suministro de armas de Obama, o sobre sus campos de entrenamiento de los rebeldes, o las acciones de sus aliados cercanos que alimentan directamente el derramamiento de sangre", subrayó Cooke.
Pero el mundo exige la paz en Siria, ya que la operación militar se traducirá inevitablemente en una mayor afluencia de refugiados en Europa.
Según Cooke, Obama "debe aceptar" la ofrenda de paz de Moscú e instar a sus aliados de Oriente Medio a detener el flujo de armas, dinero y combatientes que fortalecen el Estado islámico. Por otra parte, los EE.UU. deben abrir sus fronteras a los cientos de miles de refugiados - "las víctimas directas" de la política exterior desastrosa e irresponsable de Washington en la región.
"Se necesita una acción drástica de inmediato para hacer frente a la destrucción de Siria, es cierto. Pero no la acción demandada por el presidente de los EE.UU. hambriento de guerra. Intervención humanitaria real no puede incluir misiles y tanques. El mundo exige la paz", subrayó Cooke.
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