Los medios ucranianos informaron de que el Servicio de Seguridad de Ucrania había iniciado una investigación sobre la posible venta ilegal del 56% de las acciones de la empresa ucraniana Motor Sich a China.
Este hecho podría acarrear cambios en el enfoque que tiene Kiev hacia la cooperación técnico-militar con China, comentó a Sputnik el analista militar ruso Vasili Kashin.
Tras el colapso de la Unión Soviética, Ucrania se convirtió en la segunda fuente de tecnologías militares más importantes para China después de Rusia. Kiev tenía importantes patentes en áreas sensibles de la industria aeroespacial, de motores de aeronaves, misiles, radares y sistemas de propulsión navales.
Según el especialista en temas militares, Ucrania ha ayudado a menudo a China a evitar las restricciones para la exportación de tecnologías militares o transfería a Pekín tecnologías a un precio mucho más bajo.
Kashin explicó que a pesar de la influencia dominante de EEUU en la política ucraniana desde la década de 1990, Washington hizo poco para detener esta cooperación. Los estadounidenses intervinieron solo en casos especialmente importantes, como en el suministro por parte de los ucranianos de cierta cantidad de misiles de crucero soviéticos Kh-55 a Irán y China en la década de 2000.
Motor Sich tiene una larga historia de cooperación con China en las áreas de desarrollo, mantenimiento y suministro de motores para aviones de transporte y de combate, así como aeronaves no tripuladas y misiles de crucero. La pérdida del mercado ruso durante la crisis obligó a la empresa ucraniana a aumentar esta cooperación, señaló el analista.
Según Kashin, hasta hace poco las autoridades ucranianas apoyaban los contactos de Motor Sich con los chinos. Así, en mayo de 2017, el vice primer ministro de Ucrania, Stepan Kubiv, mencionó los planes de crear una fábrica de motores de aviación en el municipio chino de Chongqing con el uso de tecnologías ucranianas.
Es posible que esta cooperación haya atraído la atención de EEUU, sostuvo el analista.
"Si los proyectos existentes para crear empresas conjuntas y realizar transferencia de tecnología se suspenden por la presión de los agentes de seguridad de Ucrania, Pekín tendrá que volver a los viejos métodos para atraer las tecnologías de Kiev: adquirir licencias individuales e invitar a especialistas. Todo esto podría ralentizar significativamente el progreso de los programas chinos", explicó el experto.
Kashin también advirtió del posible aumento de la presión por parte de los servicios de seguridad de Ucrania respecto a otros proyectos de cooperación entre China y las empresas de la industria de defensa de Ucrania, principalmente, con el consorcio espacial Yuzhmash.
"Los riesgos asociados de cooperar con un Estado-cliente de EEUU, que no tiene su propia política exterior independiente, deberían haber sido obvios para China. El gigante asiático debería haber aprendido la lección de la cooperación técnico-militar con Israel", opinó el experto.
Kashin recordó que a principios de los años 2000, bajo la presión de EEUU, Israel suspendió la cooperación con China.
Un grave conflicto entre Israel y EEUU surgió, en particular, en relación con el acuerdo de suministrar a China los sistemas de alerta temprana. Israel iba a equipar tres aviones chinos con radares Phalcon. Sin embargo, como resultado de la fuerte presión de EEUU, en julio de 2000, Israel se vio obligado a alejarse de un acuerdo con un valor potencial de 1.000 millones de dólares.
Además, EEUU obligó a Israel a suspender la colaboración en el desarrollo del caza ligero chino J-10 sobre la base del proyecto israelí Lavi.
"Es muy probable que algo parecido pase ahora con la cooperación chino-ucraniana", concluyó Kashin.
Según Kashin, hasta hace poco las autoridades ucranianas apoyaban los contactos de Motor Sich con los chinos. Así, en mayo de 2017, el vice primer ministro de Ucrania, Stepan Kubiv, mencionó los planes de crear una fábrica de motores de aviación en el municipio chino de Chongqing con el uso de tecnologías ucranianas.
Es posible que esta cooperación haya atraído la atención de EEUU, sostuvo el analista.
"Si los proyectos existentes para crear empresas conjuntas y realizar transferencia de tecnología se suspenden por la presión de los agentes de seguridad de Ucrania, Pekín tendrá que volver a los viejos métodos para atraer las tecnologías de Kiev: adquirir licencias individuales e invitar a especialistas. Todo esto podría ralentizar significativamente el progreso de los programas chinos", explicó el experto.
Kashin también advirtió del posible aumento de la presión por parte de los servicios de seguridad de Ucrania respecto a otros proyectos de cooperación entre China y las empresas de la industria de defensa de Ucrania, principalmente, con el consorcio espacial Yuzhmash.
"Los riesgos asociados de cooperar con un Estado-cliente de EEUU, que no tiene su propia política exterior independiente, deberían haber sido obvios para China. El gigante asiático debería haber aprendido la lección de la cooperación técnico-militar con Israel", opinó el experto.
Kashin recordó que a principios de los años 2000, bajo la presión de EEUU, Israel suspendió la cooperación con China.
Un grave conflicto entre Israel y EEUU surgió, en particular, en relación con el acuerdo de suministrar a China los sistemas de alerta temprana. Israel iba a equipar tres aviones chinos con radares Phalcon. Sin embargo, como resultado de la fuerte presión de EEUU, en julio de 2000, Israel se vio obligado a alejarse de un acuerdo con un valor potencial de 1.000 millones de dólares.
Además, EEUU obligó a Israel a suspender la colaboración en el desarrollo del caza ligero chino J-10 sobre la base del proyecto israelí Lavi.
"Es muy probable que algo parecido pase ahora con la cooperación chino-ucraniana", concluyó Kashin.
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