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lunes, 13 de agosto de 2018

Trump lanza una 'guerra en el espacio' contra Rusia y China



Tres días después del 73 aniversario del bombardeo nuclear lanzado por EEUU contra Hiroshima y el mismo día del onomástico de su lanzamiento de otra bomba nuclear sobre Nagasaki, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, anunció ante el Pentágono la creación de una Fuerza Espacial.

En un discurso muy duro contra las supuestas amenazas de Rusia, China, Corea del Norte e Irán en el espacio, Mike Pence envió al Congreso una iniciativa para crear una sexta rama militar, Fuerza Espacial, con el fin de contener específicamente a Rusia y a China.



Pence explicó que esta nueva Fuerza Espacial se debe a la creciente competencia y a las amenazas de Rusia y China, por lo que EEUU debía asegurar su "dominio" en el espacio como "el nuevo gran capítulo en la historia de las fuerzas armadas, para prepararse para el próximo campo de batalla".

El presidente Trump celebró el anuncio de Pence con un tuit: "Vamos con todo con la Fuerza Espacial".

Llamó la atención que Trump no haya hecho el anuncio quizá debido a no desear empeorar su relación personal con Vladímir Putin, a quien, por otro lado, le propinó a su país una nueva oleada de sanciones.

Según Pence, Rusia, China, Corea del Norte e Irán "buscan interrumpir los sistemas espaciales de EEUU y desafiar su supremacía como nunca antes". Sin aportar prueba alguna, alegó que "han estado trabajando para llevar nuevas armas de guerra al espacio".

En forma específica, Pence acusó a Rusia de desarrollar láseres en el espacio para interrumpir los sistemas espaciales de EEUU, mientras que China ha exhibido su capacidad para rastrear y destruir satélites con misiles: "ambos, China y Rusia, han conducido actividades altamente sofisticadas en órbita que pueden permitirles maniobrar sus satélites en estrecha cercanía a los de EEUU".


Los satélites proveen espionaje, comunicaciones y navegación que son fundamentales para la economía y los militares y EEUU se ha vuelto cada vez más dependiente de sus satélites que no son fáciles de proteger como antaño.

Existe mucha desinformación de las agencias de espionaje de EEUU que citan sin demostración fehaciente que Rusia y China prosiguen el desarrollode armas antisatelitales de carácter "no destructivo y destructivo" para ser usadas en una guerra a futuro, sin contar los abultados "ciberataques" que pudieran paralizar la tecnología satelital que dejaría sin amparo a las fuerzas de combate carentes de comunicaciones electrónicas o del posicionamiento de su geolocalización.

El Gobierno de EEUU ha solicitado al Congreso en su próximo presupuesto de febrero 8.000 millones de dólares para los siguientes 5 años con el fin de que la nueva rama del Ejército, que sería la sexta —junto al Ejército de tierra, la Aviación, la Armada, el cuerpo de marines y los guardacostas—, sea operativa en el 2020.

Para un proyecto de esta magnitud, Trump solicita la tercera parte de lo que costaría 'su muro' con México, primordialmente proyectado en la frontera con Texas, gobernado por el Partido Republicano.

Según Deutsche Welle, "su creación no es un hecho, ya que debe ser aprobada por el Congreso y el concepto ha recibido cierto escepticismo por parte de legisladores y funcionarios de Defensa que desconfían del costo y de la burocracia añadida".

El medio alemán categoriza cuatro puntos:

La creación de un 'Comando del Espacio', en similitud a los otros comandos que mantiene EEUU en el mundo; La 'especialización' de las tropas; La creación de una 'Agencia Espacial', cuyo objetivo sería la "investigación e innovación" y Un nuevo subsecretario de Defensa para el Espacio, que sería un civil.

Según Le Monde, "el espacio se encuentra actualmente bajo la responsabilidad de la Fuerza Aérea de EEUU", por lo que la Administración Trump considera que crear una nueva rama permitirá desbloquear mayores recursos.


Ha sido intrépida la voltereta del secretario de Defensa, James Mattis, quien el año pasado en una carta dirigida al Congreso indicó que "no deseaba agregar un servicio separado", lo cual crearía una nueva burocracia muy costosa.

Un año después, Mattis declaró estar a favor de la creación de un nuevo comando militar para el espacio sin especificar su adhesión a una 'sexta rama'.

Para Mattis, el espacio es parte del "interés vital nacional".

Desde el pasado junio, Trump afirmó junto con los miembros del Consejo Nacional del Espacio (NSC, por sus siglas en inglés) que "no es suficiente tener una presencia estadounidense en el espacio cuando se trata de defender a EEUU", sino que se tratadel "dominio estadounidense en el espacio", como "sexta rama de las fuerzas armadas".

Existe resistencia del alto mando militar y escepticismo en el Congreso. Pero quienes apoyan la nueva fuerza en el espacio alegan que "Rusia y China han creado ramas militares separadas para sus respectivas operaciones en el espacio y ambos desarrollan armas antisatelitales y de guerra electrónica".

El Ejército de EEUU ostenta un Comando del Espacio bajo el mando de la Fuerza Aérea, en Peterson Air Force Base, Colorado.

El nuevo Comando desligado de la Fuerza Aérea tendría 30.000 empleados con sus actividades unificadas.


La Agencia de Desarrollo Espacial tendrá la tarea de desarrollar y adquirir nuevas capacidades, mientras que la Fuerza de Operaciones en el Espacio servirá para reclutar, entrenar y retener personal como ingenieros, científicos y expertos en espionaje.

El senador demócrata por Florida, Bill Nelson, miembro del Comité de los Servicios Armados del Senado ha declarado que la nueva rama "costaría demasiado dinero y duplicaría las tareas", mientras que el senador republicano por Oklahoma, James Inhofe, comentó en junio pasado que se encuentra vacilante para crear una Fuerza Espacial enteramente separada.

Más allá de que el Gobierno de Trump sortee el obstáculo en el Congreso y en la opinión pública —que reclama mayor asignación de recursos al gasto médico y social, en lugar de la militarización del espacio—, no se puede soslayar la existencia del Tratado del Espacio Sideral, del que forma parte EEUU desde 1967, además del Reino Unido y la ex-URSS y que prohíbe a los países la militarización del espacio, además de impedir el establecimiento de bases militares en la luna y en otros cuerpos celestiales.

Este Tratado prohíbe la colocación de armas de destrucción masiva en la órbita terráquea cuando el espacio sideral no es sujeto de la apropiación nacional o al reclamo de soberanía mediante su uso u ocupación.



Un grave problema radica en que EEUU se ha negado a continuar con otros tratados y hasta acuerdos multilaterales, como fue el caso del acuerdo nuclear que consiguió Obama en forma creativa con Irán.

Hasta ahora, Pekín, motivo de la feroz guerra comercial empezada por Trump, no ha comentado la nueva amenaza de EEUU en el espacio.

Tampoco el Gobierno ruso ha reaccionado hasta ahora de forma oficial a las acusaciones del vicepresidente, Mike Pence, debido a que en Rusia están más pendientes, por el momento, de la nueva tanda de sanciones asfixiantes que han provocado la caída de su bolsa y la devaluación de su divisa, el rublo.

La escalada de sanciones tanto de la Administración Trump como de los halcones del Congreso —alebrestado por los pugnaces senadores John McCain y Lindsey Graham, del Partido Republicano, y Bob Menendez, del Partido Demócrata— están orillando a una guerra con Rusia, según el anterior representante texano del Partido Republicano, Ron Paul.

El siguiente paso ominoso sería la militarización del espacio por EEUU: el único país que ha lanzado dos bombas nucleares sobre poblaciones civiles en la historia de la humanidad.

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