El presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, han acordado este sábado al término de su reunión en Buenos Aires una 'tregua' de 90 días en su disputa comercial, mientras los dos países intenten ultimar un acuerdo duradero sobre la propiedad intelectual, el robo de tecnología y las barreras comerciales no arancelarias.
Washington acordó suspender, al menos de momento, sus planes para aumentar las tarifas a partir del próximo 1 de enero, mientras la parte china aceptó comprar "una cantidad aún no acordada, pero muy importante, de productos agrícolas, energéticos, industriales" de EE.UU. para reducir el enorme déficit comercial entre ambos países, según un comunicado de la Casa Blanca.
Condiciones de la 'tregua'
"El presidente Trump y el presidente Xi acordaron comenzar de inmediato las negociaciones sobre cambios estructurales relacionados con la transferencia forzada de tecnología, la protección de la propiedad intelectual, las barreras no arancelarias, las intrusiones y los robos cibernéticos, los servicios y la agricultura", reza el comunicado.
"El presidente Trump acordó que el 1 de enero de 2019 mantendrá los aranceles a productos por un valor de 200.000 millones de dólares a una tasa del 10%, y no los elevará al 25% en este momento", afirmó la Casa Blanca. Sin embargo, si los dos países no logran llegar a un acuerdo en un periodo de 90 días, los aranceles existentes se incrementarán, aseveró.
"El presidente Trump acordó que el 1 de enero de 2019 mantendrá los aranceles a productos por un valor de 200.000 millones de dólares a una tasa del 10%, y no los elevará al 25% en este momento", afirmó la Casa Blanca. Sin embargo, si los dos países no logran llegar a un acuerdo en un periodo de 90 días, los aranceles existentes se incrementarán, aseveró.
"Posibilidades ilimitadas"
El mandatario estadounidense, que calificó la reunión de "increíble y productiva", se refirió a las "posibilidades ilimitadas tanto para EE.UU. como para China" que puede conllevar su colaboración, y añadió que es "un gran honor trabajar con el presidente Xi".
En el arranque de la cena, el jefe de la Casa Blanca subrayó que tiene una relación "muy especial" con el presidente Xi, y expresó la esperanza de lograr "algo que será bueno para China y bueno para Estados Unidos".
Por su parte, Xi subrayó que la cooperación entre ambos países contribuye a la paz y la prosperidad mundiales, razón por la que -dijo- esperaba "con interés" esta reunión.
"Ambiente amistoso y sincero"
El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, enfatizó que las negociaciones se llevaron a cabo "en un ambiente amistoso y sincero" y que las dos partes acordaron que "pueden y deben tener relaciones bilaterales correctas".
"La discusión sobre temas económicos y comerciales fue muy positiva y constructiva", sostuvo el jefe de la diplomacia china, subrayando que "los dos jefes de Estado llegaron a un consenso para detener el aumento mutuo de nuevas tarifas".
Asimismo, expresó que China está dispuesta a aumentar las importaciones "de acuerdo con las necesidades de su mercado interno y las necesidades de la población", incluidos los productos de EE.UU., de tal forma que se pueda "aliviar gradualmente el desequilibrio en el comercio bilateral".
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