“Fuimos testigos de acciones dentro del edificio del Capitolio que fueron incompatibles con el Estado de derecho. Los derechos de libertad de expresión y reunión no le dan a nadie el derecho a recurrir a la violencia, la sedición y la insurrección”, reza un comunicado emitido el martes por el Estado Mayor Conjunto del Ejército estadounidense.
La declaración, firmada por el general de mayor rango del Ejército estadounidense, Mark Milley, ha condenado en duros términos el violento asalto, del 6 de enero, de los partidarios del saliente mandatario, Donald Trump, al Capitolio que dejó cinco personas muertas.
En el texto, el Estado Mayor Conjunto del Ejército ha reiterado su compromiso con proteger “los valores e ideales de la nación”, defender la Constitución y apoyar al presidente electo del país, Joe Biden.
A su vez, y ante la inminente investidura de Biden el próximo día 20 de enero en Washington, el Ejército ha prometido trabajar de manera conjunta con el Servicio Secreto para investigar si hay un riesgo de extremismo entre los efectivos de la Guardia Nacional durante la ceremonia de toma de posesión.
Una fuente de la Guardia Nacional, a su vez, ha expresado su apoyo a Biden y ha advertido que “no hay lugar para el extremismo en el Ejército”.
Las preocupaciones sobre una tensa transición de poder surgen después de que miles de partidarios de Trump, azuzados por el mismo republicano, irrumpieran en el Capitolio con el objetivo de detener una sesión legislativa conjunta para certificar la victoria de Biden en las elecciones del pasado 3 de noviembre.
El caos, que dejó cinco muertos, ha sido considerado por muchos críticos de Trump como un “intento de golpe de Estado”.
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