“La falta de compromiso directo de la Administración Joe Biden con Corea del Norte no debe verse como una indicación de que el desafío planteado por sus programas de armas [nucleares] no era una prioridad”, afirmó el viernes Ned Price, portavoz del Departamento de Estado estadounidense.
Durante sus declaraciones, realizadas en una rueda de prensa, recogida por la agencia británica de noticias Reuters, Price aseveró que, Corea del Norte continuó avanzando en sus programas nucleares y de misiles en los últimos años, “lo que hace que esta sea una prioridad urgente para Estados Unidos”. Por tanto, según sus comentarios, “Washington sigue comprometido con la desnuclearización del país”.
Asimismo, la portavoz de la Casa Blanca, Jane Psaki, a su vez, afirmó recientemente que el programa de armas nucleares de Corea del Norte representaba una seria amenaza para Estados Unidos y sus aliados, y que Washington estaba desarrollando una nueva estrategia para contrarrestarlo.
El pasado 3 de febrero, medios norcoreanos anunciaron que Pyongyang comenzará la producción en masa de drones de reconocimiento si no hay ningún problema en las pruebas de estabilidad. Según los informes, las pruebas de estabilidad del sistema serán hasta finales de marzo y ahora la aeronave está en la fase final de su desarrollo.
No obstante, pese a que el país norcoreano sigue fortaleciendo su poder militar, asegura que sus actividades tienen carácter de autodefensa ante las provocaciones y el belicismo de EE.UU. y Corea del Sur.
El líder norcoreano Kim Jong-un asegura que Estados Unidos es el “mayor enemigo” de Corea del Norte y no importa que ahora el país norteamericano tenga un nuevo mandatario, pues la verdadera naturaleza de este país y sus posturas hacia Pyongyang no experimentarán un giro copernicano.
En las últimas décadas, Estados Unidos ha desplegado muchas tropas en el vecino Corea del Sur y ha pedido repetidamente el desmantelamiento de Corea del Norte, pero Pyongyang ha prometido garantizar su seguridad y supervivencia.
Las autoridades de Corea del Norte en repetidas ocasiones han instado a sus pares surcoreanos a poner fin a los innumerables ejercicios militares conjuntos que vienen realizando a menudo con las fuerzas estadounidenses, por considerar estos juegos de guerra como amenazas a su integridad territorial.
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