En declaraciones concedidas a los medios locales, publicadas este domingo, el mandatario ruso comentó cómo los países occidentales inicialmente “se rieron” de las nuevas armas de Rusia y las evaluaron como algo “fake”, pero, luego, desesperados ante el avance de la industria militar rusa, urgieron a incluir estas armas tácticas y estratégicas en las negociaciones sobre la disuasión de la carrera armamentista.
Putin subrayó que la misma situación ocurrió cuando Moscú desarrolló su vacuna nacional y logró enfrentar la pandemia mejor que los países europeos y Estados Unidos, a pesar de que cuentan con sistemas de salud avanzados, pero luego cambiaron su opinión drásticamente.
“Allí vemos un fracaso. Tienen un alto nivel en la sanidad y la industria y tienen logros magníficos. Nosotros todavía estamos lejos de ellos en algunos ámbitos, es evidente. Pero, lo tienen para un grupo específico, y nosotros lo tenemos para la gran mayoría de la población”, resaltó.
Al respecto, Putin señaló que Rusia registra 12 personas infectadas por cada 100 mil habitantes, mientras ellos tienen 45, y calificó de “incomparable” la movilización del sistema de salud ruso con el de los países occidentales.
La vacuna rusa Sputnik V es la primera del mundo contra el nuevo coronavirus. Los resultados de la última fase de los ensayos publicados el 2 de febrero en la revista médica The Lancet aseguran que la vacuna rusa ofrece alrededor de 91 % de protección contra el virus.
La publicación de este análisis ha llevado a la Unión Europea a barajar el uso de la vacuna rusa. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha dicho que su país está abierto a recibir el fármaco y la canciller alemana, Angela Merkel, también se ha mostrado favorable.
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