El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China propuso en enero un proyecto legislativo que prevé entablar un control más estricto sobre la producción y la exportación de tierras raras que agrupan a 17 elementos químicos. Hoy en día, Pekín controla casi el 80% del suministro mundial de esta materia prima.
"El Gobierno quiere saber si Estados Unidos puede tener problemas para fabricar los aviones de combate F-35 si China impone una prohibición a las exportaciones", señaló al periódico británico un asesor gubernamental cercano a las consultas que prefirió mantenerse en el anonimato.
Actualmente, la producción de los cazas F-35 depende en gran medida del suministro de tierras raras. Se utilizan para fabricar componentes críticos de esta aeronave, incluidos sistemas de suministro eléctrico e imanes. Según un informe del Servicio de Investigación del Congreso, cada F-35 requiere 417 kilogramos de estos materiales.
Además, estos minerales son fundamentales en la fabricación de productos como teléfonos inteligentes, vehículos eléctricos y turbinas eólicas.
Pekín busca entender cuán rápido es capaz de conseguir EEUU fuentes alternativas y aumentar su propia capacidad de producción de estas materias primas, agregaron los interlocutores de Financial Times.
En 2020, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China comunicó que sancionaría a los fabricantes aeronáuticos de EEUU Lockheed Martin, Boeing y Raytheon por vender sus armas a Taiwán.
Pese a la posibilidad de causar un serio daño a la Defensa de EEUU, establecer un régimen de control más estricto sobre las exportaciones de las tierras raras es un truco dudoso, advierten algunos analistas y funcionarios chinos. Argumentan que esta medida podría impulsar a los rivales de China a acelerar sus propias capacidades de producción, lo que socavaría su dominio en esta industria.
"El control sobre las exportaciones es un arma de doble filo que debe aplicarse con mucho cuidado", advirtió Zhang Rui, analista de la consultora china Antaike, respaldada por el Gobierno en Pekín.
El Pentágono se muestra cada vez más preocupado por la dependencia de EEUU de China en cuanto al suministro de tierras raras que se utilizan en la producción de todo tipo de productos de alta tecnología, desde misiles guiados hasta aviones no tripulados.
Ellen Lord, la principal funcionaria de adquisiciones del ente castrense de EEUU, declaró en octubre del 2020 que EEUU necesitaba acumular reservas de ciertas tierras raras y restablecer el procesamiento nacional de estos minerales.
En los últimos meses, el Pentágono ha firmado contratos con mineros estadounidenses y australianos en busca de aumentar su capacidad para refinar dichos elementos químicos y reducir su dependencia de los suministradores chinos.
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