Misiles ATMACA de largo alcance han pasado este sábado su última prueba y golpeado con éxito un blanco de prueba previsto en el mar. Ahora están listos para entrar “pronto” en el inventario militar, según ha comunicado el director de Industria de Defensa de la Presidencia turca, Ismail Demir.
“ATMACA voló esta vez una larga distancia. Golpeó con éxito un blanco ubicado de más de 200 kilómetros de distancia y está listo para entrar en el inventario de armas del Ejército turco”, ha indicado Demir en su cuenta en Twitter.
Los misiles de crucero en cuestión, desarrollados en 2009 y capaces de golpear blancos fijos y móviles marítimos en cualquier condición climática, se desplegarán en las plataformas de MILGEM (proyecto de Sistema de Guerra Antisubmarina y Buque de Patrulla Marítima) de la Armada turca.
La dirección de la Industria de Defensa turca firmó en 2018 un contrato con el fabricante de misiles Roketsan para producir en serie los ATMACA, para responder a la necesidad de misiles de crucero entre barcos.
Conforme el contrato firmado, la producción en serie de los misiles, capaces de volar hasta 250 kilómetros, se realiza por Roketsan y la de sistemas de control de disparos y de materiales suplentes por Aselsan.
El exitoso lanzamiento se realiza en medio de tensiones con Francia. Las tensiones entre París y Ankara se han recrudecido en las últimas semanas hasta el punto de que Francia ha abandonado la misión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la que participaba.
Según París, la fragata francesa Courbet fue iluminada el 10 de junio, tres veces con radares de control de tiro —que se utilizan para calcular la distancia y la trayectoria de disparo— por naves turcas mientras trataba de detener un barco turco que navegaba rumbo a Libia con el transpondedor desconectado y que se negaba a comunicarse. La Armada francesa acusó a su contraparte turca de tener un comportamiento “hostil e inaceptable”. Ankara, no obstante, niega la versión francesa y asegura que fue el buque de guerra francés el que se mostró agresivo.
El presidente galo, Emmanuel Macron, dijo días después el 22 de junio, que el incidente naval cerca de las costas libias prueba la “muerte cerebral de la OTAN”.
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