La agencia de noticias rusa Sputnik, citando a un funcionario de Defensa del país, ha informado este martes que desde el aeródromo militar del Centro de Preparación y Aplicación a Combates de la Fuerza Aeroespacial rusa, en el polígono de Ashuluk, en la región rusa de Astracán, se realizaron varios vuelos del dron de combate Ojotnik, que puede actuar como un interceptor.
El funcionario agrega que estas operaciones se realizaron con “unas imitaciones funcionales de misiles aire-aire. Tales misiles de combate están diseñados para impactar otras aeronaves”, detalla.
El Ojotnik, desarrollado por la compañía rusa Sukhoi, está dotado del mismo motor turbofan con que se equipa a los míticos cazas Su-27 y el tres de agosto de 2019 realizó su primer vuelo de más de 20 minutos.
En la construcción de este dron se usaron materiales especiales que lo hacen casi invisible a los radares.
Los vuelos de espionaje de EE.UU. y algunos países occidentales cerca de las fronteras rusas han aumentado en los últimos años, a medida que Washington y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han incrementado su presencia militar en el este de Europa, en un claro desafío a Rusia.
Moscú considera como inadmisible amenaza directa a su seguridad nacional las actividades de EE.UU. y sus aliados occidentales cerca de sus fronteras.
Por ello, ha establecido estaciones de radar capaces de detectar objetivos de ataque a una distancia de 3000 kilómetros y de interceptar cazas sigilosos, entre otras medidas.
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