El subsecretario de Seguridad Internacional y No Proliferación de EEUU, Christopher Ford, reclamó el lunes que el Gobierno norteamericano tiene la capacidad de utilizar las sanciones de la Sección 231, recogidas en la ley estadounidense para contrarrestar a adversarios a través de sanciones (CAATSA por sus siglas en inglés), por lo que, afirmó, en los últimos tres años, han “utilizado la amenaza de tales sanciones para privar a la industria armamentística rusa de posibles clientes en el extranjero”.
En este sentido, señaló, sin aportar pruebas para ello, que el comercio exterior de armas del Kremlin proporciona a Rusia fondos que luego serán utilizados para pagar las armas con las que se posiciona en contra de EE.UU. Asimismo, en referencia a países como Ucrania, Georgia o Siria, indicó que este comercio ayuda a Rusia a crear relaciones con clientes extranjeros para obtener ventajas estratégicas.
No obstante, enfatizó que el Gobierno estadounidense está trabajando duro para fortalecer las medidas disuasorias, a fin de evitar el financiamiento de la industria armamentística rusa.
“Si alguien avanza y adquiere nuevos equipos del Kremlin, la ley estadounidense requiere la imposición de sanciones. Se trata de sanciones obligatorias en lugar de discrecionales”, alertó.
Ford hizo estas declaraciones después de que el país norteamericano anunciara el lunes la imposición de sanciones contra Turquía por la compra del sistema antimisiles S-400 de Rusia, en un intento por presionar a Turquía para que cancele la adquisición de misiles rusos.
Por su parte, el Gobierno turco condenó la misma jornada las referidas sanciones y amenazó con represalias si EE.UU. no se retracta en su decisión.
Rusia también tachó de “ilegítimas” las sanciones estadounidenses, describiendo la acción de EE.UU. como una actitud arrogante hacia el derecho internacional y una manifestación de las medidas coercitivas unilaterales por parte de Washington.
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