En el mercado del transporte marítimo de contenedores ha comenzado un fuerte aumento en las tasas. Los precios han crecido hasta diez veces. Varios operadores incluso han dejado de aceptar solicitudes de envío por falta de contenedores.
Un nuevo factor se suma a la anual escalada en la demanda fruto de la Navidad y la pandemia: una aguda escasez de contenedores. El tradicional desequilibrio del comercio de China con Estados Unidos y Europa —con los flujos procedentes de China muchas veces mayores que los procedentes de otros países— ha empeorado, y se ha acumulado multitud de contenedores vacíos en América del Norte.
La situación ya está afectando a las medianas empresas, para las cuales el precio del flete se ha vuelto inasequible, y puede dar lugar a un aumento de los costos de los bienes y componentes, así como a plazos de entrega más largos.
Los transportistas, expedidores de carga y responsables de la logística que trabajan con China apuntan a un aumento drástico en los precios de los envíos de contenedores. Las tasas que se imponen de China a Europa comenzaron a aumentar a partir de junio de 2020. El primer aumento significativo fue en septiembre; el segundo, en noviembre, y ahora tiene lugar el tercero. El precio del envío de un contenedor de 40 pies (una versión estandarizada de 67,7 metros cúbicos de volumen una masa de 3,9 toneladas) de China a Europa es ahora el doble que hace un año, señalan los expertos.
Muchos factores de este crecimiento están claros, desde una pandemia con la demanda aplazada hasta la anticipación de las vacaciones de Navidad. Pero también hay una nueva: el déficit de contenedores vacíos en China, que es una consecuencia del desequilibrio comercial entre los productores de Asia y el Pacífico y el sur de Asia y los consumidores de América del Norte y la Unión europea—.
China ha dejado de comprarle productos a EEUU, mientras que el país norteamericano sigue comprándole a Pekín, así que los contenedores van hasta América del Norte sin volver, ya que no es rentable que regresen sin carga. En los primeros nueve meses de 2020, el tráfico de contenedores de América del Norte a Asia disminuyó un 14%, y en la dirección opuesta aumentó un 12%.
Como consecuencia, el costo de otros tipos de transporte, como el transporte aéreo ha aumentado entre 1,5 y 3 veces. Los importadores están considerando la posibilidad de repensar completamente la logística y pasar al transporte por ferrocarril.
China sigue dominando el mercado mundial
China sigue dominando los mercados de exportación, y la guerra comercial con EEUU no hace sino aumentar la cuota que acapara China en las exportaciones mundiales. Según revela el análisis de 3.800 productos básicos realizado por Nikkei, había 320 mercancías en el 2019 en la exportación, de las cuales el gigante asiático tenía más del 50%. En comparación, en el momento de la adhesión de China a la OMC en 2001, solo había 61 productos de ese tipo.
Al mismo tiempo, crece la participación de China en las exportaciones de electrónica tecnológica. Así, Pekín produce alrededor del 66% de todas las computadoras portátiles del mundo, más de la mitad de todos los cristales líquidos utilizados en las PC y más del 50% de los teléfonos inteligentes y los aparatos de aire acondicionado.
Paradójicamente, la demanda de exportaciones chinas comenzó a crecer incluso durante la pandemia. Mientras que en febrero de este año la participación de las exportaciones chinas en el total de las exportaciones de los países de la OCDE más China era del 14%, en marzo la cifra ya se ha elevado al 17% y, en abril, al 24%.
Desde entonces, la participación de China en las exportaciones de la OCDE ha superado por regla el 20%, mientras que el pico fue solo del 19% en 2015.
China sigue siendo la fábrica del mundo. Según la División de Estadística de las Naciones Unidas, en 2018 el gigante asiático representó el 28% de la producción industrial mundial. Además, durante la pandemia demostró ser el principal proveedor mundial de suministros médicos y equipo de protección personal. Este año, las exportaciones chinas de los productos mencionados crecieron casi un tercio, lo que se convirtió en un importante motor de crecimiento de las exportaciones chinas.
En solo dos meses, de marzo a mayo, China exportó 70.600 millones de mascarillas médicas. En comparación, el año pasado el mundo entero produjo solo 20.000 millones de cubrebocas.
Otros países a veces no tienen más remedio que comprarle los bienes necesarios a China, señala a Sputnik Jia Jinjing, asesor del director del Centro de Investigación Financiera Chungyang de la Universidad Popular de China.
"China ha controlado más o menos rápidamente la epidemia recuperando la producción, y su propia capacidad de mercado también es alta, por lo que la cadena de suministro de China está en buenas condiciones. Y en esta situación, a veces otros países no tienen más remedio que comprar productos chinos", explica Jia.
Asimismo, China ya no es una fuente de mano de obra barata. Desde la adhesión de China a la OMC, el PIB per cápita ha aumentado varias veces y ahora supera los 10.000 dólares. Naturalmente, el aumento de los ingresos de los hogares también afecta a la estructura de las exportaciones chinas. Ahora, Pekín ha comenzado a dominar la fabricación de productos de mayor valor añadido, y ha ascendido así en la cadena de valor mundial, agrega el experto.
"Según el efecto Balassa-Samuelson, si la economía de un país, así como el ingreso per cápita, aumenta, inevitablemente conduce a una moneda nacional más fuerte. Después de todo, a medida que aumentan los ingresos de las personas, también aumenta la necesidad de bienes de lujo de alta calidad, por ejemplo, en el sector de los servicios. Y en esta situación, tanto las exportaciones como las importaciones crecen", aclara Jia.
A medida que los productos se vuelven más complejos, sus respectivas cadenas de suministro sufren el mismo efecto. Los productos de exportación chinos se están desplazando gradualmente a otro nicho, el de los productos de calidad. Por lo tanto, la participación de las exportaciones chinas en el comercio mundial aumentará, concluye.
La entrada de China en nuevos acuerdos comerciales puede aumentar aún más la participación de sus productos nacionales en los mercados mundiales. Así, según el Instituto Peterson de Economía Internacional, la reciente firma del acuerdo de Asociación Económica Integral Regional —un acuerdo de libre comercio entre los diez estados miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y cinco Estados de Asia y Oceanía— puede aportar 186.000 millones de dólares anuales adicionales a la economía mundial.
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