Para la administración Trump, presionar a China es una parte clave de su política exterior. A principios de este año, el secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, presentó una nueva estrategia del Pentágono que identificó a China y Rusia como amenazas clave para el país y pidió una inversión financiera sostenida en el Ejército para superar "un período de atrofia estratégica".
Moviéndose en la misma dirección hacia el aumento del poderío militar, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recientemente ha manifestado su intención de retirarse del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés) al explicarlo con la necesidad de resistir no solo a Rusia, que supuestamente viola dicho acuerdo –señalamiento que Moscú rechaza vehementemente–, sino también a China. "China no forma parte de este tratado, pero debería incluirse", sostuvo el líder estadounidense este 22 de octubre.
Por su parte, el asesor de seguridad del presidente de EE.UU., John Bolton –que se percibe como una fuerza impulsora detrás de los movimientos de Trump–, ha sugerido que China podría ser incluso un factor más importante que Rusia. En este sentido dijo a los aliados de Estados Unidos que el Tratado INF pone a Washington en una "posición excesivamente débil" frente Rusia "y, lo que es más importante, contra China", según reveló a The Washington Post un diplomático bajo condición de anonimato.
"La fuerza de misiles más grande y diversa del mundo"
Con ello, China nunca ha sido parte del Tratado INF, pacto alcanzado entre EE.UU. y la entonces URSS en 1987. Por ello, Pekín no ha tenido las mismas limitaciones impuestas a sus arsenales de misiles corto y medio alcance en las últimas tres décadas. Es la razón, por la cual muchos funcionarios de seguridad nacional de EE.UU. creen que estas armas chinas amenazan los intereses militares estadounidenses en la región.
Así, durante un discurso en el Senado el año pasado antes de retirarse como jefe del Comando del Pacífico de Estados Unidos y convertirse en el embajador estadounidense en Corea del Sur, el almirante Harry Harris afirmó que el Ejército Popular de Liberación de China actualmente tiene la "fuerza de misiles más grande y diversa del mundo, con un inventario de más de 2.000 misiles balísticos y de crucero". Agregó que el 95% de esos misiles violaría el Tratado INF si China fuera signataria.
A pesar de que Pekín no ha publicado los datos cuantitativos con respecto a su arsenal de misiles, ya que suponen un secreto militar, los militares estadounidenses insisten en que sus posiciones –y las de sus aliados– en la región se ven amenazadas. Por ejemplo, a principios de este año, Eric Sayers, un asistente especial de Harris, indicó que "en la próxima década, el creciente desequilibrio militar convencional bien podría significar que Estados Unidos no podrá cumplir sus compromisos de seguridad con los aliados o tranquilizar a sus socios en la región del Indo-Pacífico frente a una China cada vez más asertiva".
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