Los sistemas antiaéreos S-300, suministrados por Rusia al Ejército sirio después del derribo del Il-20, están desplegados y listos para combate. A pesar de eso Israel dejó claro que continuará sus operaciones militares en Siria. ¿Qué deben hacer los líderes militares sirios para que el S-300 sea insuperable?
"Es necesario construir un sistema de defensa antiaérea en Siria teniendo en cuenta la experiencia y el modelo del sistema ruso. Debe ser escalonado, automatizado y funcional. El sistema de defensa antiaérea incluye no solo los sistemas de misiles antiaéreos, sino también la cubierta desde el aire y las contramedidas electrónicas. Todo esto debe coordinarse desde un solo punto de control", explicó al diario ruso Vzglyad el teniente general de reserva Aitech Bizhev, excomandante en jefe adjunto de la Fuerza Aérea de Rusia responsable del Sistema Integrado de Defensa Aérea.
"El sistema en su conjunto se organiza de la siguiente manera: las tropas radiotécnicas realizan el reconocimiento, proporcionan información a un puesto de comando unificado, el comandante ve la situación general en todo el territorio. En el caso de la aparición de un avión en este campo, el comandante inmediatamente da la orden a los sistemas de misiles antiaéreos para destruir el objetivo", señaló el experto.
Por supuesto, los sistemas no se quedan inmóviles durante el bombardeo, debe haber posiciones adicionales. Además, es necesario tener posiciones falsas.
"Para cada división de misiles antiaéreos hay que crear al menos tres posiciones de reserva. Y no solo posiciones adiciones, sino también falsas, donde se colocan los sensores que emiten la misma frecuencia que la de la división, para engañar al enemigo con el fin de que ataque objetivos falsos. No deben ser visualmente diferentes", explicó Bizhev.
Al mismo tiempo, la coordinación y la interacción electrónica del sistema son extremadamente importantes.
"Debe ser un solo campo de información, un solo puesto de comando central, una distribución unificada de objetivos para que cada uno conozca su tarea. Además debe haber un buen campo de radar para que ni una mosca pase por allí. Las instalaciones de guerra electrónica deben siempre estar operando, lo que permitirá contrarrestar los bombardeos dirigidos, interrumpir el sistema de guiado de misiles y el sistema inercial", agregó Bizhev.
También es importante dónde se ubicarán los lanzadores y las estaciones de radar desde el punto de vista geográfico.
"Para cubrir el terreno, las posiciones deben elegirse de manera que los ángulos de cierre sean cero. El haz del radar no debe tener obstáculos para que no pase el enemigo. Para hacerlo existe un método de cómo cubrir el territorio, a qué distancia colocar los sistemas para una interacción correcta con el radar, de modo que los sistemas no se superpongan entre sí ni haya agujeros en el campo del radar. Esto se calcula matemáticamente", dijo el interlocutor del diario.
Es decir, resulta posible construir una fortaleza inexpugnable, o al menos una barrera muy fiable, de 24 sistemas, resumen los autores del artículo, Víktor Sokirko y Alexéi Necháyev.
"Para vencerla y destruirla, será necesario asignar un conjunto considerable de fuerzas y medios, quizás decenas o incluso cientos de aviones de ataque", señalan los periodistas.
Los autores reconocen que Israel podría destruir los S-300 sirios con un ataque masivo.
"Sin embargo, sufriría inevitablemente grandes pérdidas. Al menos dos docenas de cazas israelíes —cada uno valorado en decenas de millones de dólares— serían destruidos inmediatamente cuando intenten atacar los S-300. Seguramente no todos los pilotos lograrían salvarse. Y cada uno de los 24 misiles disparados al mismo tiempo no cuestan más de varios cientos de miles de dólares", observan Sokirko y Necháyev.
La pregunta es si Israel está dispuesto a sufrir estas pérdidas para destruir algunos sistemas S-300. Desde el derribo del Il-20 y el anuncio del suministro de los S-300 a Siria, la Fuerza Aérea israelí todavía no ha violado las fronteras del país árabe. Parece que los sistemas rusos ya están funcionando bien en Siria, concluyen los autores.
"Para cada división de misiles antiaéreos hay que crear al menos tres posiciones de reserva. Y no solo posiciones adiciones, sino también falsas, donde se colocan los sensores que emiten la misma frecuencia que la de la división, para engañar al enemigo con el fin de que ataque objetivos falsos. No deben ser visualmente diferentes", explicó Bizhev.
Al mismo tiempo, la coordinación y la interacción electrónica del sistema son extremadamente importantes.
"Debe ser un solo campo de información, un solo puesto de comando central, una distribución unificada de objetivos para que cada uno conozca su tarea. Además debe haber un buen campo de radar para que ni una mosca pase por allí. Las instalaciones de guerra electrónica deben siempre estar operando, lo que permitirá contrarrestar los bombardeos dirigidos, interrumpir el sistema de guiado de misiles y el sistema inercial", agregó Bizhev.
También es importante dónde se ubicarán los lanzadores y las estaciones de radar desde el punto de vista geográfico.
"Para cubrir el terreno, las posiciones deben elegirse de manera que los ángulos de cierre sean cero. El haz del radar no debe tener obstáculos para que no pase el enemigo. Para hacerlo existe un método de cómo cubrir el territorio, a qué distancia colocar los sistemas para una interacción correcta con el radar, de modo que los sistemas no se superpongan entre sí ni haya agujeros en el campo del radar. Esto se calcula matemáticamente", dijo el interlocutor del diario.
Es decir, resulta posible construir una fortaleza inexpugnable, o al menos una barrera muy fiable, de 24 sistemas, resumen los autores del artículo, Víktor Sokirko y Alexéi Necháyev.
"Para vencerla y destruirla, será necesario asignar un conjunto considerable de fuerzas y medios, quizás decenas o incluso cientos de aviones de ataque", señalan los periodistas.
Los autores reconocen que Israel podría destruir los S-300 sirios con un ataque masivo.
"Sin embargo, sufriría inevitablemente grandes pérdidas. Al menos dos docenas de cazas israelíes —cada uno valorado en decenas de millones de dólares— serían destruidos inmediatamente cuando intenten atacar los S-300. Seguramente no todos los pilotos lograrían salvarse. Y cada uno de los 24 misiles disparados al mismo tiempo no cuestan más de varios cientos de miles de dólares", observan Sokirko y Necháyev.
La pregunta es si Israel está dispuesto a sufrir estas pérdidas para destruir algunos sistemas S-300. Desde el derribo del Il-20 y el anuncio del suministro de los S-300 a Siria, la Fuerza Aérea israelí todavía no ha violado las fronteras del país árabe. Parece que los sistemas rusos ya están funcionando bien en Siria, concluyen los autores.
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