Así es, según este medio hace solo unos días la fuerza aérea de Israel organizó una incursión en cielo sirio para testar las capacidades del nuevo sistema antiaéreo ahora en posesión de Damasco. Entonces, según la agencia, el sistema ruso pudo detectar la señal de cuatro aviones caza F-35 de Israel que estaban moviéndose en pista preparándose para despegar; ya una vez en vuelo los s-300 los pudieron seguir y poner en la mira durante todo el vuelo obligándolos a retirarse fuera de la cobertura del sistema antimisiles ruso.
Esto confirma la superioridad de los sistemas antiaéreos rusos sobre las mejores armas de occidente; tal como dijera el fabricante de estos sistemas, en el sentido de que tanto los s-300, como sus hermanos mayores, los s-400 y s-500 pueden detectar, seguir y poner en la mira de fuego a cualquier avión estadounidense, sea este de la llamada quinta generación o no.
Cabe aclarar que era de suponerse que los aviones israelíes fueran armados con misiles antirradar.
Aquí la cuestión a considerar es que los complejos s-300 tienen un alcance máximo de 300 kilometro sobre el horizonte, y una cobertura de hasta 28 kilómetros de altitud, además, pueden interactuar hasta con 100 objetivos a la vez y atacar simultáneamente a 12 de ellos.
Por otro lado, los sistemas entregados a siria, es decir, los s-300-P-M-U-2, cuentan con contramedidas electrónicas avanzadas (además de poder enlazarse directamente con los s-400 y s-500 que Rusia tiene posicionados en la base aérea de Hmeimim y dentro del mismo territorio ruso, esto con el objetivo de evitar nuevamente el derribo de algún avión ruso por accidente), esto quiere decir que en caso de algún ataque con misiles antirradar, estos sistemas pueden hacerse cargo de ellos, ya sea inutilizando sus sistemas de guía y control, o definitivamente eliminándolos con un ataque directo con un misil interceptor.
Así mismo, debemos considerar el tipo de misiles en poder de Israel, específicamente en qué tipo de misiles aire-tierra, y mas específicamente, en el tipo de misil antirradar, que posee.
Así, tenemos que hace solo unos meses Israel se jactaba de haber destruido un sistema antiaéreo sirio Pansirt-s utilizando para ello un misil Spáik N-LOS; este es un tipo de misil antitanque cuyo alcance máximo, en el mejor de los casos, no supera los 8 kilómetros. Y se entiende que no es un misil especializado contra emisiones radioelectrónicas, como las emitidas por un radar; en otras palabras, no es un misil antirradar propiamente dicho.
Pero, entonces, ¿de qué tipo de misiles antirradar dispone Israel?, pues si suponemos que cuenta con la mejor tecnología que les pueda proporcionar EEUU, este misil no podría ser otro que el AGM-88 HARM; misil que es el máximo exponente dentro del catálogo de las fuerzas armadas de EEUU.
Así que, considerando que este misil tiene un alcance máximo de 100 kilómetros, se entiende perfectamente que Israel, así como EEUU y aliados, no disponen de misil alguno que pueda destruir el S-300, y mucho menos el S-400 o el S-500, pues estos disponen de un alcance máximo de 400 y 500 kilómetros respectivamente. Esa es la razón de por que los cazas F-35 israelíes no pudieron atacar a los S-300 sirios, pues sus misiles estaban fuera del alcance de la cobertura de estos. Es decir, para que hubieran podido atacar a los S-300 se habrían tenido que acercar a menos de 100 kilómetros quedando entonces al alcance de los misiles interceptores de los S-300.
Es decir, para que Israel pueda destruir un S-300 debería de disponer de un misil antirradar de mínimo 300 kilómetros de alcance, pues de otra manera se expone al fuego directo de los S-300. Es por eso por lo que no les quedó otro remedio que retirarse a una zona segura, fuera del alcance de las baterías anti aéreas.
Por otro lado, debemos de considerar que los S-300 que Rusia entregó a siria por el momento solo son operados por oficiales rusos, pues los operadores sirios aun no disponen de los conocimientos necesarios para su operación, apenas están en capacitación. Así que, si Israel hubiera intentado destruir los S-300 entonces habría eliminado a elementos de las fuerzas armadas de Rusia, lo que hubiera generado una respuesta de Moscú y la consiguiente eliminación de los F-35 israelíes.
Para que Israel pueda eliminar las baterías antiaéreas S-300 sirias necesitaría realizar un ataque masivo, utilizando para ello gran cantidad de aviones y misiles de crucero, lo que representaría un alto costo para las fuerzas armadas de Israel, costo que no se pueden permitir, y mucho menos a arriesgarse a perder a los pocos F-35 con los que cuentan, porque ya se demostró que para nada son invisibles a los sistemas S-300.
Esta es la verdadera razón de por qué desde que Israel se implicó en el derribo del avión de reconocimiento ruso il-20 no ha vuelto a realizar ataque alguno contra siria, pues teme una respuesta rusa, y ahora no solo teme a la respuesta rusa, sino, sobre todo, a la respuesta siria.
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