EE.UU. ha fijado el 2 de febrero como fecha del inicio de su retirada del Tratado INF con Moscú, que advierte de las consecuencias que tendrá romper ese pacto.
Andrea Thompson, subsecretaria de Estado para el Control de Armas y Asuntos de Seguridad Internacional, ha anunciado hoy miércoles que Washington comenzará el proceso de salida unilateral del tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) el próximo 2 de febrero.
La decisión de abandonar el acuerdo, ha explicado la funcionaria, se tomó en reacción a una presunta falta de cumplimiento por parte de Rusia de las disposiciones del tratado.
Thompson ha añadido que Washington no dudará en “suspender” sus obligaciones a partir de la fecha anunciada, a menos que la contraparte presente “pruebas de cumplimiento”.
Pese a todo ello, Washington dejará abiertas vías para el diálogo con Moscú sobre la estabilidad estratégica y el control de armas, ha afirmado la funcionaria.
Mientras justificaba la medida, Thompson se negó sin embargo a referirse a los reiterados intentos de Rusia por que Washington presentara los detalles técnicos sobre los que basa sus acusaciones de la presunta infracción del acuerdo.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, ha acusado a su vez este mismo miércoles al Gobierno de EE.UU. de “ignorar” todas las propuestas “constructivas” de Moscú para salvar el Tratado INF, suscrito en 1987 sin fecha de caducidad por EE.UU. y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) entonces existente.
Distintos analistas advierten de que una eventual salida de EE.UU. del tratado INF llevará a una nueva carrera armamentística, y consideran que el objetivo de Washington es acumular fuerzas militares en el continente europeo.
¿Qué es el Tratado INF?
El tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, firmado hace más de 30 años por los entonces líderes de la URSS y EE.UU., Mijaíl Gorbachov y Ronald Reagan, ha tenido hasta hoy una importancia primordial para la seguridad mundial.
El acuerdo obligó a las dos partes a eliminar todos los misiles, tanto nucleares como convencionales, que tuvieran un alcance de entre 500 y 1000 kilómetros —de corto alcance— y de entre 1000 y 5500 kilómetros —de medio alcance—. En mayo de 1991, las partes habían eliminado un impresionante número de más de 2500 misiles.
Con el paso de tiempo, la viabilidad del tratado ha sido puesta en duda sin embargo por distintos actores políticos. En los últimos años han surgido varias propuestas para deshacerse del acuerdo, pero nadie se atrevía a ponerle fin, excepto el actual presidente de EE.UU., el republicano Donald Trump.
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