Un avión de combate F-35C de EE.UU. se estrelló el lunes tras un accidente durante el aterrizaje sobre la cubierta del portaviones USS Carl Vinson (CVN-70) en el mar de la China Meridional durante unas operaciones de vuelo rutinarias, dejando a seis marineros y al piloto heridos, que salió disparado del avión antes de que cayera al mar, según la Marina estadounidense.
El incidente se convirtió en una nueva área de competencia entre Estados Unidos y China, que reclama casi todo el mar como su propio territorio, para rescatar y encontrar el referido avión.
Esto debido a que el caza estadounidense más avanzado, un avión furtivo que cuesta más de 100 millones de dólares, está repleto de tecnología altamente clasificada y, si se encuentra, representaría una bendición de inteligencia para Pekín, según varios informes.
No obstante, el portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Zhao Lijian, rechazó el jueves que Pekín tenga ganas de recuperar los restos del avión de combate estadounidense, señalando que esto no es la primera vez que Washington sufre un accidente en tales aguas.
“No tenemos ningún interés en su avión. Instamos al país en cuestión a hacer cosas que conduzcan a la paz y la estabilidad regionales, en lugar de flexionar los músculos en la región”, hizo hincapié el diplomático chino.
El mar de la China Meridional es una extensión muy disputada del océano Pacífico. Pekín reclama casi un 90 % de los territorios, mientras que varios países, entre ellos Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi, también reivindican su soberanía.
A pesar de que EE.UU. y sus aliados occidentales no tienen reclamos sobre esas aguas, están muy involucrados en la disputa, enviando sus buques militares al mar de la China Meridional, bajo el pretexto de proteger la “libertad de navegación”.
Sin embargo, China ha considerado una y otra vez que Washington es la mayor amenaza para la paz y la estabilidad de este mar y sus acciones solo intentan caldear los ánimos entre los países de la región.
No hay comentarios:
Publicar un comentario