Según informó el viernes la agencia británica de Reuters, citando a tres funcionarios estadounidenses amparados en el anonimato, Rusia ha despachado suministros de sangre y otros materiales médicos a la frontera ruso-ucraniana, lo que permitiría tratar a las víctimas; esto en medio de la acumulación de fuerzas de las dos partes en la zona limítrofe.
En este sentido, desde EE.UU. se mostraron preocupados ante tales medidas del país euroasiático, considerando estos tratamientos como una señal de que Moscú se prepara para invadir Ucrania.
Además, las mismas fuentes informaron que el traslado del insumo médico ocurrió durante la última semana, no obstante se negaron a dar más detalles al noticiero británico.
¿Qué se sabe de la tensión?
La noticia salió a la luz en medio de la pugna Rusia-Occidente por una imaginaria invasión rusa a Ucrania y la misma jornada en que el jefe del Estado Mayor Conjunto de EEUU, general Mark Milley, aseverara que, si Rusia optara por invadir Kiev, capital ucraniana, esto tendría un resultado “horrible” y provocaría un número “significativo” de bajas.
El Kremlin, por su parte, reiteró en que en lo referente a Ucrania “si depende de Rusia, no habrá guerra”. “Pero tampoco permitiremos que se ignoren y se pisoteen groseramente nuestros intereses”, dijo el mismo viernes el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
Kiev y sus aliados de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), liderada por EE.UU., acusan a Rusia de planear una invasión militar a Ucrania, argumentando la acumulación militar rusa en la zona.
Moscú, a su vez, ha tachado repetidamente las acusaciones como falsas e infundadas, es más ofreció una iniciativa para acabar con la tensión, aunque desde Occidente no saludaron con beneplácito las propuestas que antes de nada piden el cese de la expansión hacia el flanco occidental de Rusia por parte de la Alianza Atlántica, sobre todo en Ucrania y Georgia.
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