Si bien la agenda oficial tenía a la Amazonía y el reconocimiento a los pueblos indígenas de la zona como uno de sus puntos más llamativos, la visita del presidente francés, Emmanuel Macron, a Brasil esconde según analistas un objetivo principalmente geopolítico: intentar acercar al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a la postura más dura de Europa contra Rusia.
Macron y Lula se fotografiaron sonrientes en la ciudad de Belém, donde acordaron reunir más de 1.000 millones de dólares para proyectos de economía sustentable para la Amazonía, tanto en territorio brasileño como en Guayana Francesa, territorio francés en Sudamérica.
Sin embargo, una parte importante de la agenda entre ambos mandatarios puede quedar lejos de los lentes fotográficos: la relacionada con el conflicto en Ucrania y la posición en torno a Rusia, campo en el que Macron se ha mostrado particularmente duro en las últimas semanas.
"Macron de alguna manera va a intentar acercar a Lula al tema Ucrania, buscando algunos puntos comunes entre los dos países, aunque tienen posiciones muy lejanas al respecto. Esto no es del interés de Brasil, que no quiere poner el tema en un punto de relieve", dijo a Sputnik el politólogo brasileño Marcio Olimpio.
El analista sostuvo que el presidente francés lleva adelante una "estrategia" para intentar poner la cuestión Ucrania en primera plana, tanto al interior de Francia como en ámbitos como el G20.
Carlos Pereyra Mele, analista político y director de la revista Dossier Geopolítico, comentó a Sputnik que, más allá del "canto de sirenas de las políticas medioambientales" se encuentra la necesidad de Francia de encontrar un aliado en términos geopolíticos.
"Macron va a intentar influir para que Brasil deje de apoyar a sus socios del BRICS e intentará que Brasil sancione económicamente a Rusia", advirtió el experto.
Sin embargo, es posible que las intenciones de Macron no se cumplan durante esta gira y el mandatario brasileño no se pliegue a su postura sobre Ucrania.
Para Olimpio, los esfuerzos de Macron se chocan con la postura de Lula, que no solo evitará plegarse a una postura belicista, sino que intentará, según el analista, recordar al mandatario francés la "responsabilidad sistémica" de su país como potencia nuclear. "Brasil espera que Francia no contribuya al aumento de las tensiones de la OTAN en relación con Rusia", señaló el experto.
Pereyra Mele apuntó que la política exterior desarrollada por Lula en su tercer Gobierno se enmarca estrictamente en su respaldo a los BRICS y la promoción del sur global, buscando tener voz propia en zonas como África u Oriente Medio.
"Macron no tiene ningún poder para presionar a Lula. Más bien es Francia la que debería estar preocupada porque necesita seguir manteniendo sí o sí los acuerdos firmados con la anterior gestión de Lula (2003-2011) en materia de armamento, sobre todo después de la cachetada que le dio Australia en 2021 con los contratos para la provisión de submarinos nucleares", sostuvo.
En efecto, en el segundo día de su visita a Brasil, Macron visitó junto a Lula el astillero Itaguaí, cerca de Río de Janeiro, para participar del bautismo del submarino Tonelero de la Marina de Brasil, construido en el marco del programa Prosub, firmado en 2008 y a través del cual Francia aportó unos 6.700 millones de dólares.
Para Pereyra Mele, Macron busca ejercer en el mundo una política exterior "queriendo instalar que Francia es un jugador importante en Europa y en la OTAN" cuando, advirtió el analista, se trata de "un jugador de segundo nivel que cada año va perdiendo más capacidades de influencia".
Con Macron, Lula quiere consolidarse como líder global
A pesar del desacuerdo en relación con Ucrania, la visita de Macron a Brasil acerca a Lula a uno de los objetivos de su política exterior: consolidarse como un líder a nivel internacional.
Olimpio destacó que el encuentro con Macron, por quien Lula tiene una especial "simpatía personal" a pesar de las diferencias políticas, permite al líder del Partido de los Trabajadores mostrarse hacia el interior de Brasil como un mandatario "capaz de invitar y recibir en el país a un líder global como Macron".
"La presencia de Macron va a ser usada por Lula para poner en relieve el hecho de que el presidente brasileño es un líder mundial y que es visto con respeto por otros líderes mundiales, algo que no solo es importante para los negocios internacionales de Brasil sino también en relación a disputas políticas que se desarrollan al interior del país sudamericano", argumentó el analista brasileño.
Olimpio consideró, además, que mostrarse junto a Macron sirve a Lula para mostrarse ante "el público occidental, de EEUU y de Europa" como un actor "más prooccidental", ya que, en virtud de su papel en los BRICS, Brasil "no es visto en Europa y EEUU como un país neutral en relación a Ucrania".
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