China observa de cerca la guerra entre Rusia y Ucrania, así como la situación cada vez más tensa entre Israel y Gaza. Evalúa los pros y los contras de un ataque a Taiwán en relación con otros factores cruciales que influyen en todas estas guerras.
25 de marzo de 2024en Zona de guerra
Ante el aumento de las tensiones entre China y Taiwán, alimentado por una China cada vez más audaz y desafiante, así como la intensificación del escrutinio mediático de la relación entre ambas, están surgiendo especulaciones preocupantes sobre la posibilidad de una inminente invasión china de Taiwán, potencialmente prevista para finales de este año. Sin embargo, es probable que China opte por no proceder a una invasión de Taiwán en el verano de 2024.
La realidad es que China ciertamente alberga intenciones coercitivas y anexionistas hacia Taiwán, su vecino insular al otro lado del estrecho. Esto no implica, sin embargo, que la acción militar convencional sea inevitable. Aunque se dan las condiciones para ello, la posibilidad de que China lleve a cabo una invasión total de Taiwán este año parece reducirse considerablemente. Varias consideraciones estratégicas, observaciones contextuales y reflexiones merecen atención.
Esencialmente, antes de aventurarse a predecir un posible ataque chino contra Taiwán, es crucial evaluar si China puede alcanzar sus objetivos en Taiwán sin recurrir a la guerra armada. Este factor será determinante en la decisión de iniciar o no la agresión.
Exploración de alternativas a la confrontación militar a través del Estrecho
¿Es posible que China alcance sus objetivos en Taiwán sin lanzar una ofensiva militar? Otras preguntas pertinentes son: ¿Es prohibitivo para China invadir, o es más costoso optar por una estrategia a largo plazo? ¿Qué plazos considera China aceptables para las estrategias no militares, y cuáles son los riesgos asociados a cada opción?
Actualmente, carecemos de respuestas definitivas a muchas de estas preguntas y es poco probable que lleguemos a comprender plenamente el análisis de riesgos y beneficios que están llevando a cabo Xi Jinping y el Partido Comunista Chino. Sin embargo, basándonos en lo que sabemos sobre China y Taiwán, especialmente teniendo en cuenta otros acontecimientos mundiales, un ataque directo a Taiwán parece poco probable en un futuro próximo, dadas diversas razones económicas y militares.
Consideraciones estratégicas en el contexto internacional
China observa de cerca la guerra entre Rusia y Ucrania, así como la situación cada vez más tensa entre Israel y Gaza. Evalúa los pros y los contras de un ataque a Taiwán en relación con otros factores cruciales que influyen en todas estas guerras.
Estos factores incluyen la voluntad de Estados Unidos de seguir apoyando a sus aliados, unas inminentes elecciones presidenciales estadounidenses que podrían dar lugar a un cambio de liderazgo en noviembre, y preocupaciones geopolíticas más amplias para China que se verían afectadas por una invasión.
Teniendo en cuenta estos elementos, si China contemplara seriamente la posibilidad de invadir antes de las elecciones estadounidenses, debería iniciar los preparativos para una invasión convencional con mucha antelación, dada la magnitud de lo que ello supondría. En resumen, China se enfrenta a una multiplicidad de consideraciones y un tiempo limitado para deliberar.
Riesgos y cálculos en la estrategia de proyección de poder de China
En segundo lugar, la proyección de poder por parte de regímenes autoritarios mediante la guerra exterior para distraer y unificar a poblaciones descontentas internamente es una táctica históricamente reconocida. En la actualidad, China se enfrenta a importantes desafíos económicos y demográficos que, en teoría, podrían inclinar la balanza a favor de una guerra exterior como medida de distracción. Sin embargo, una invasión convencional en Taiwán no está exenta de riesgos considerables.
La alicaída economía china, y su creciente dependencia de las manufacturas y las exportaciones, requiere un mercado mundial dispuesto a adquirir sus productos, incluido, de manera crucial, Estados Unidos. Surge entonces la pregunta: “¿Se beneficiaría China económicamente de una invasión que probablemente desestabilizaría la economía mundial y podría desencadenar una guerra global?”.
Evaluación de la capacidad y preparación militar de China para 2024
En tercer lugar, la viabilidad de un asalto militar de China a Taiwán este año es cuestionable, teniendo en cuenta una serie de factores militares. A pesar de que el ejército chino ha experimentado un rápido desarrollo, una invasión a gran escala de Taiwán supondría un desafío monumental. Aunque probablemente breve, una campaña de este tipo requeriría una amplia logística, compromiso, planes de contingencia y un importante apoyo material.
Aunque las fuerzas militares chinas superan ampliamente en número a las taiwanesas, cualquier eventualidad que prolongue la duración de la ofensiva china —como una resistencia tenaz en zonas montañosas y urbanas una vez que las fuerzas chinas pisen suelo taiwanés— exigiría un aumento de recursos, personal, paciencia, sacrificios y tesoros a lo largo del tiempo.
Capacidad de China para sostener operaciones de combate prolongadas
La alicaída economía china, y su creciente dependencia de las manufacturas y las exportaciones, requiere un mercado mundial dispuesto a adquirir sus productos, incluido, de manera crucial, Estados Unidos. Surge entonces la pregunta: “¿Se beneficiaría China económicamente de una invasión que probablemente desestabilizaría la economía mundial y podría desencadenar una guerra global?”.
Evaluación de la capacidad y preparación militar de China para 2024
En tercer lugar, la viabilidad de un asalto militar de China a Taiwán este año es cuestionable, teniendo en cuenta una serie de factores militares. A pesar de que el ejército chino ha experimentado un rápido desarrollo, una invasión a gran escala de Taiwán supondría un desafío monumental. Aunque probablemente breve, una campaña de este tipo requeriría una amplia logística, compromiso, planes de contingencia y un importante apoyo material.
Aunque las fuerzas militares chinas superan ampliamente en número a las taiwanesas, cualquier eventualidad que prolongue la duración de la ofensiva china —como una resistencia tenaz en zonas montañosas y urbanas una vez que las fuerzas chinas pisen suelo taiwanés— exigiría un aumento de recursos, personal, paciencia, sacrificios y tesoros a lo largo del tiempo.
Capacidad de China para sostener operaciones de combate prolongadas
¿Está China en condiciones de soportar operaciones de combate intensas, prolongadas y a gran escala contra una resistencia formidable y fuerzas contrarias bien alineadas? Un estudio realizado en 2023 por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (C-SIS) incluía juegos de guerra simulados sobre una guerra entre China y Taiwán. Los resultados sugirieron que, incluso asumiendo bajas significativas en los activos estadounidenses, japoneses y taiwaneses, China no lograría imponerse en la mayoría de los escenarios planteados.
A pesar de contar con la ventaja geográfica y la superioridad de tropas, un ataque chino contra Taiwán requeriría un monumental esfuerzo de armas combinadas, que implicaría el despliegue de todas las esferas del poder nacional hacia el objetivo.
Esto incluiría desembarcos aerotransportados en el interior, incursiones anfibias en las limitadas playas disponibles, una campaña aérea sostenida, un ciberataque masivo destinado a inutilizar el mando y control (C2) junto con la infraestructura civil, y un intenso bloqueo naval para asfixiar la economía taiwanesa. Pero, ¿está China realmente preparada para acometer semejante empresa a corto plazo, de tres a seis meses?
La resolución y los preparativos de defensa de Taiwán refuerzan su postura
Por último, aunque China planifica a largo plazo y ha reforzado el apoyo mundial a la noción de “una sola China”, el pueblo taiwanés también tiene una voz decisiva sobre su destino.
A pesar de las preocupaciones previas sobre la capacidad y preparación de sus fuerzas de defensa, hay indicios de que Taiwán se está tomando en serio la defensa de su soberanía. La elección de Lai Ching-te como presidente y el creciente interés taiwanés por la preparación defensiva son indicativos de una identidad nacional y una determinación en materia de seguridad cada vez más consolidadas.
Aunque la evolución futura es incierta, es probable que los desafíos planteados por China sigan siendo una preocupación a largo plazo. La evidente aspiración de China hacia Taiwán sugiere que podría llegar a considerar la posibilidad de actuar.
Ante estas incertidumbres y cuestiones sin resolver, es crucial mantener una vigilancia, atención y preparación constantes frente a la dinámica China-Taiwán.
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