Las Fuerzas Armadas de Ucrania comenzaron a utilizar métodos de guerra innovadores en la región de Zaporozhye, utilizando vehículos aéreos no tripulados para atacar con municiones altamente peligrosas. Como informa el corresponsal Alexander Kots en su canal Telegram, el arsenal del ejército ucraniano ahora incluye municiones que contienen sustancias como pirogel, similar al napalm, y fósforo blanco o sus análogos.
Estas sustancias, según Kotz, tienen la propiedad de seguir ardiendo incluso cuando se intenta extinguirlas con extintores de agua, espuma o polvo, ya que el fuego se mantiene gracias al acceso al oxígeno. Esta naturaleza de combustión hace que estas municiones sean especialmente peligrosas y difíciles de eliminar en condiciones de combate.
El cambio de táctica de la parte ucraniana provocó un aumento significativo del número de heridos que buscaban ayuda médica, no por quemaduras de metralla, sino por quemaduras graves. Esto demuestra el alto grado de eficacia de las armas utilizadas y plantea serias preocupaciones respecto de las consecuencias humanitarias de su uso.
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