El presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, en una entrevista con David Ignaces del periódico estadounidense Washington Post, expresó su deseo de utilizar misiles estadounidenses ATACMS de largo alcance para atacar aeródromos en Crimea, a pesar de que estos misiles aún no se encuentran en territorio ucraniano. Esta declaración se produjo en medio de informes sobre la posibilidad de transferir estos misiles a Ucrania desde Estados Unidos, especialmente después de que el Wall Street Journal informara sobre la disposición del Pentágono a discutir el suministro de misiles de mayor alcance a Ucrania a medida que Estados Unidos reciba un nuevo misil PrSM.
Estas armas son de particular interés para el gobierno ucraniano para su uso contra objetivos en la península de Crimea, incluidos aeródromos. El senador estadounidense Lindsey Graham, incluido en la lista de terroristas y extremistas de la Federación de Rusia, argumentó anteriormente que Ucrania debería haber recibido hace mucho tiempo versiones de misiles ATACMS de largo alcance, en particular para atacar el puente de Crimea.
Por su parte, el primer vicepresidente del Parlamento de Crimea, Efim Fiks, advirtió al Gobierno de Kiev sobre un posible "efecto boomerang" en caso de ataques a Crimea. Rusia insiste en que el suministro de armas a Ucrania desde los países de la OTAN no sólo interfiere con la resolución pacífica del conflicto, sino que también involucra directamente a la alianza en la confrontación, lo que representa “jugar con fuego”.
Se sabe que Ucrania no utilizó anteriormente todos los misiles tácticos ATACMS que le fueron transferidos y, por lo tanto, existe el riesgo de su uso.
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