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viernes, 11 de mayo de 2018

Regalo de Trump: ¿qué gana Rusia con la salida de EEUU del pacto iraní?



La decisión del presidente de EEUU de retirarse del acuerdo nuclear con Irán ya ha traído ingresos adicionales al presupuesto ruso debido al aumento de los precios del petróleo. Pero las ganancias serán mucho mayores si la UE pierde la paciencia y deja de participar en las guerras de sanciones de EEUU, opina Maxim Rúbchenko, columnista de Sputnik.

Esperanzas de Trump

El abandono del acuerdo nuclear por parte de EEUU hizo subir los precios del petróleo. Ahora el tipo Brent cotiza a 77,7 dólares por barril. Como consecuencia, el rublo se fortaleció respecto al dólar y el euro.

Actualmente, todo depende del impacto que tengan las acciones de Washington en la exportación del petróleo iraní.

Según los expertos, Trump espera que las nuevas sanciones reduzcan la propuesta del petróleo iraní en el mercado internacional en 1-1,5 millones de barriles por día, y los precios del petróleo alcancen los 85-90 dólares por barril.

"Primero, esto ralentizaría el crecimiento económico en China —Pekín para Washington es el principal competidor global—. En segundo lugar, estimularía el aumento de la producción de petróleo de esquisto. En tercer lugar, el crecimiento de las tensiones geopolíticas aumentaría el interés de los inversores en los activos en dólares, lo que permitiría a EEUU reducir el costo de los préstamos, que ahora ha alcanzado un nivel récord en 10 años", explica el autor.

Paralelamente, los principales amigos de Estados Unidos también se beneficiarían de esta situación. Arabia Saudí espera reemplazar a Irán en los mercados petroleros y aumentar las ventas de oro negro para reducir el déficit presupuestario. Israel espera que Irán debilite la actividad en Siria y el Líbano al perder la mayor parte de los ingresos petroleros.

Pronóstico realista

Sin embargo, los analistas creen que una restauración completa del régimen de sanciones internacionales contra Irán es casi imposible. Esto, en particular, se debe a la reacción de la UE a la decisión de Trump. El Reino Unido, Francia y Alemania subrayaronque no van a romper el acuerdo con Teherán.

Además, el portavoz del Gobierno francés, Benjamin Griveaux, declaró que la Unión Europea está dispuesta a desafiar en la Organización Mundial del Comercio cualquier medida unilateral de EEUU que "perjudique los intereses de las empresas europeas".

Mientras tanto, según Rúbchenko, el daño a los intereses de las compañías europeas es evidente: entre los mayores compradores del petróleo iraní están la francesa Total y la italiana Eni, para las que las decisiones de Trump sobre Irán plantean grandes problemas. El contrato de Airbus para suministrar aviones a Teherán por valor de 19.000 millones de dólares también está bajo amenaza, al igual que muchas otras transacciones.

Por lo tanto, muchos analistas creen que es probable que Trump vuelva a dar marcha atrás. Él mismo mencionó la disposición de Washington a negociar los términos del acuerdo.

Lo más probable es que el presidente estadounidense llame a Irán y a las seis potencias para celebrar un nuevo acuerdo o aplazamiento y debilite las restricciones contra las empresas europeas que trabajan con el país persa.

De lo contrario, la rebelión europea —la negativa de la UE a seguir la política de sanciones de Washington— es casi inevitable, opina el periodista.

Esta opinión la comparte también Edward Luce, analista del diario británico Financial Times, que señaló en su artículo que "Trump hacía oídos sordos a las solicitudes unánimes de los aliados estadounidenses más cercanos".

"Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí violan ahora el derecho internacional. En el otro lado, están China, Rusia, Europa e Irán. A esta lista habría que añadir a Japón, la India, Australia y Canadá", observó Luce.

Pero incluso si Europa se uniera a EEUU y se retirara del acuerdo iraní, es poco probable que Washington y sus aliados recibieran los beneficios esperados.

"Teherán vende petróleo no solo en EEUU, sino también en China y varios otros países asiáticos", comentó Anna Bodrova, analista principal de Alpari Group. "Es dudoso que todos ellos apoyen unánimemente a los estadounidenses".

Según los expertos, si Teherán pierde la oportunidad de suministrar petróleo a Europa y conserva su posición en los mercados asiáticos, reducirá las exportaciones en 250.000 barriles por día, como máximo. Esto elevará las cotizaciones del petróleo hasta 80-85 dólares por barril, pero no afectará gravemente ni a Irán ni al mercado global. "Los iraníes no sentirán ningún estrés particular en este caso", asegura Anna Bodrova.

Nueva guerra catastrófica en el Golfo

Otra consecuencia de la decisión de Trump podría ser un conflicto militar real en la región del golfo Pérsico.

"La situación en torno a Irán recuerda hoy a la preparación para la guerra en Irak, pero esta vez Estados Unidos actuará sin aliados europeos", comentó el analista Edward Luce. Los expertos no excluyen que Trump no se limite a las sanciones económicas y pase rápidamente a la fase militar del enfrentamiento.

Como provocador de la guerra podría actuar Israel, opina Rúbchenko. Con la retirada de EEUU del acuerdo, Irán podría volver a poner en marchar las centrífugas para producir uranio altamente enriquecido. En respuesta, Israel, apoyado por EEUU y Arabia Saudí, atacaría las instalaciones nucleares iraníes. Teherán, a su vez, continuaría los ataques con misiles contra Israel desde el territorio sirio, explica el periodista.

Una gran guerra en Oriente Medio devolvería fácilmente los precios del crudo al nivel de tres dígitos, puesto que incluso un simple cierre del estrecho de Ormuz debido a las operaciones militares reduciría los suministros de petróleo al mercado internacional en un 20%.

"Los analistas coinciden en que el agravamiento de las relaciones entre EEUU, Irán y Europa es beneficioso para Rusia. El incremento en los precios del petróleo proporciona ingresos adicionales al presupuesto y reduce la probabilidad de que el Gobierno introduzca nuevos impuestos. Además, todo apunta a que Europa dejará de sumarse automáticamente a las nuevas sanciones antirrusas de Washington. La UE está decidida a centrarse principalmente en sus propios intereses económicos", concluye el autor.

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