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martes, 22 de mayo de 2018

Rusia vuelve al Mediterráneo por la puerta grande (y con una escuadra de asalto)



La Armada de Rusia ha aumentado su presencia en la región del Mediterráneo. ¿Qué objetivos estratégicos persigue Moscú al desplegar sus buques militares dotados de misiles Kalibr en esta zona?

Según fuentes del Ministerio de Defensa de Rusia, el objetivo principal de esta medida es neutralizar las amenazas de grupos terroristas que actúan en esta región turbulenta. No obstante, Moscú podría tener otras metas a medio plazo.

Pese a que los militares rusos suelen utilizar los misiles Kalibr en la lucha antiterrorista —desde 2015 estas armas han servido para eliminar decenas de objetivos del ISIS, agrupación yihadista proscrita en Rusia y otros países, además de cientos de vehículos blindados y millares de terroristas—, inicialmente, este proyectil fue creado con otros fines.

Según recordó a Sputnik el experto militar Konstantín Sivkov, en la época de la Guerra Fría la denominada 5 Escuadra Operativa de la Armada de la URSS operó en el Mediterráneo para proteger la parte sur de la región de posibles ataques de EEUU a través del territorio de Turquía en caso de que se iniciara un conflicto armado entre las dos superpotencias.

"Obviamente, la unidad marina de la Armada de Rusia que ha estado operando en el Mediterráneo desde 2013 tiene objetivos similares, mientras que la presencia permanente de buques equipados con misiles Kalibr aumenta considerablemente sus capacidades de combate", explicó el experto.

Sivkov agregó que la unidad rusa usa la misma táctica de vigilancia que en la época soviética. Así, en mayo, la fragata rusa Yaroslav Mudri escoltó al portaviones nuclear estadounidense USS Harry S. Truman (CVN-75), que está al frente del grupo de ataque de la Marina de EEUU en el Mediterráneo oriental. El buque ruso fue totalmente visible desde el portaviones y actuó como un 'buque de vigilancia directa' (KNS, por sus siglas en ruso)
Aun si se iniciara una guerra [entre EEUU y Rusia] y los estadounidenses destruyeran el KNS, este tendría tiempo de entregar las coordenadas de la unidad de portaviones al comando", indicó. Afirmó que este sería el momento preciso para utilizar los Kalibr y atacar los buques del adversario desde los buques, submarinos nucleares del proyecto 949 y sumergibles del proyecto 636.3 Varshavianka.

"A su vez, la aviación apoyaría a la flota. Los aviones de asalto Su-34 y Su-24 despegarían desde la base aérea de Hmeymim, mientras que los portamisiles de largo alcance Tu-22M3 se sumarían al ataque", subrayó. Según el experto, para inutilizar un portaviones solo hace falta destruir su cubierta de despegue o atacar su casco para que se escore.

No obstante, pese a que Oriente Medio es una zona en conflicto permanente y se ha visto afectada por numerosas guerras durante el siglo XX, los buques rusos pueden también desempeñar un papel pacificador y contener las aspiraciones agresivas de algunos Estados y grupos, así como ayudar a los aliados de Moscú y garantizar la navegación segura de la flota mercante y la seguridad de los ciudadanos rusos que residen y trabajan en la región.

Otro objetivo del reforzamiento de la escuadra rusa en el Mediterráneo es el de apoyar a la Flota del Mar Negro en caso de que se deterioren las relaciones con la OTAN. Así, si la organización militar bloqueara el estrecho del Bósforo e impidiera que los buques de la Flota del Mar Negro penetraran en el Mediterráneo, la escuadra rusa en este mar se podría hacer cargo de realizar tareas militares en este teatro.

"Asimismo, los misiles de crucero de la escuadra mediterránea son capaces de alcanzar las costas de Malta y cubren una parte del golfo Pérsico y la mayor parte del territorio de todos los países costeros, además del canal de Suez. En caso de necesidad, los buques rusos incluso podrían acudir en auxilio de la India, nuestro aliado en el BRICS. Los proyectiles de largo alcance ayudan a la escuadra mediterránea a resolver problemas estratégicos y no permiten que el enemigo se acerque", declaró a Sputnik el experto militar Alexéi Leonkov.

Pese a que todavía no se sabe qué buques formarán parte de la nueva escuadra de ataque rusa, las unidades de este tipo suelen estar formadas por varios submarinos, un crucero, un buque antisubmarino y una fragata. El reforzamiento de la escuadra con navíos dotados con misiles Kalibr sugiere que la unidad dispondrá de varios buques patrulleros y corbetas equipados con estos proyectiles, que tienen un alcance de hasta 2.500 kilómetros y son capaces de alcanzar una velocidad de más de 2 mach (2.450 km/h).

Por su parte, EEUU ya ha reaccionado ante los planes de Rusia de desplegar los Kalibr en el Mediterráneo. Así, el comandante de la Armada de EEUU en Europa y África, el almirante James Foggo, declaró que los buques estadounidenses están listos para defenderse de los misiles de crucero rusos pero no quieren una escalada del conflicto.

"A los estadounidenses no les gusta mucho que alguien en el mundo tenga misiles de crucero de largo alcance que no cedan ante sus Tomahawk", afirmó Leonkov. Añadió que los Kalibr rusos representan una amenaza para los buques estadounidenses Ticonderoga y Arleigh Burke.

"Quisiera recordar que el estridente ataque con misiles sobre Siria del 14 de abril por parte de EEUU y sus aliados fue realizado desde un 'escondite'. Tuvieron que moverse al sur del Mediterráneo para no entrar en la zona de alcance de los misiles antibuque Kalibr", explicó Leonkov. Agregó que esta fue la razón por la que el sistema de defensa antimisiles siria logró interceptar la mayoría de los proyectiles.

La presencia de buques militares rusos lejos de sus costas también constituye un buen entrenamiento para los tripulantes, ya que hasta hace muy poco —en términos históricos— la Flota rusa prácticamente no participaba en misiones marítimas de largo alcance.

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