En marzo de 1999, la OTAN inició una devastadora campaña de bombardeos en la República Federal de Yugoslavia, incluso después de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas rechazara la intervención en el conflicto interno yugoslavo entre albaneses y serbios.
Apenas tres días después del comienzo del bombardeo, el 27 de marzo, las fuerzas yugoslavas derribaron un F-117 Nighthawk, uno de los símbolos más destacados del poderío militar estadounidense y uno de los primeros aviones de sigilo operativos.
Se suponía que la pintura de dispersión de ondas de radar de baja visibilidad, la forma angular y el revestimiento resistente al radar del avión iban a hacer que desapareciera de la capacidad de detección del enemigo. Tras el derribo, surgió la frase: "Lo sentimos, no sabíamos que era invisible".
Sin embargo, otro piloto que voló un F-117 durante ese conflicto se ha referido ahora a un segundo Nighthawk que los yugoslavos lograron atacar con fuego antiaéreo. En este caso, el piloto logró volver a la base.
El teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea de EEUU Charles Tuna Hainline relató el incidente en un episodio reciente del pódcast The Afterburn.
Según Hainline, que comenzó a volar los Nighthawk poco después de que salieran de su manto de secreto en 1990, los sigilosos aviones negros normalmente volaban en pares durante sus misiones de ataque terrestre sobre Yugoslavia. Ya que volaban desde la base aérea de Spangdahlem en Alemania, las misiones solían durar unas seis horas.
Hainline reveló que durante una misión, él y su compañero, que corría por una pista paralela a unos 16 kilómetros de distancia, sufrieron una lluvia de fuego antiaéreo, incluyendo misiles tierra-aire. Detalló que era sobre el oeste de Budapest y, aunque el expiloto no mencionó ninguna fecha en la entrevista, pudo haber sido el 30 de abril.
A pesar de su reputación de ser invisibles, los aviones de sigilo no son 100% indetectables para el radar. No obstante, funcionan mejor cuando están apoyados por inhibidores de radar como el EA-6B Prowlers u otros más modernos como el E-18 Growlers, según The War Zone. Sin embargo, esa noche, los cazas furtivos no tenían ese tipo de protección.
"Miré a mi derecha sobre Belgrado y vi este enorme misil acercándose, parecía algo como el Saturno V", dijo Hainline al presentador del pódcast John Waters, refiriéndose a los enormes cohetes utilizados para lanzar misiones estadounidenses a la Luna.
"Sabía que mi compañero estaba allí en alguna parte. Luego veo otro lanzamiento, este gran resplandor e incluso desde tan lejos se podían ver muchos detalles. La cola, el humo que se va y luego solo esta bola de fuego que viene hacia ti... A medida que me dirijo hacia este objetivo, un misil explota y el otro va hacia el espacio. (...) No sé si le dio", detalló.
Mientras que su avión salió ileso, el otro F-117 no tuvo tanta suerte. Hainline indicó que perdió la pista de su compañero durante un tiempo hasta que reapareció misteriosamente en un encuentro de abastecimiento de petróleo, mucho después de la hora en que debería haber llegado, con todas sus luces apagadas e incapaz de igualar la velocidad del KC-135 Stratotanker para repostar.
"Su avión no estaba en muy buena forma", recordó Hainline. Sin embargo, el piloto se las arregló para repostar después de que el petrolero disminuyera la velocidad, y el avión "como que desapareció de nuevo" hasta llegar de nuevo a la base de Spangdahlem.
Por sus esfuerzos para que su compañero de ala regresara a la base, Hainline recibió una Cruz Voladora Distinguida por "heroísmo o logro extraordinario mientras participaba en un vuelo".
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