El gobierno israelí no ha confirmado oficialmente que las FDI hayan atacado posiciones de Hezbolá en el Líbano, hace dos días.
Según fuentes no oficiales, el ataque fue muy breve, cuidadosamente preparado y contra baterías de misiles de largo alcance SS 21 que se dirigían a las bases del grupo terrorista.
Una de las razones por las que Israel no informa sobre este ataque es que de hecho se llevó a cabo en territorio sirio y no en el Líbano, en Nabi Chiit una región montañosa llegando a más de 1600m.
De hecho, la frontera entre Líbano y Siria ya no existe y las armas se mueven de un país al otro sin ningún tipo de control del ejército libanés. Israel no tiene intención de intervenir en la guerra civil, sino por acciones puramente humanitarias.
Sin embargo, desde el inicio del conflicto, Israel teme un desbordamiento de la guerra hacia su frontera septentrional y ha definido una línea clara roja, a saber, el cambio de la relación de fuerzas introduciendo armas de largo alcance o no convencionales en territorio libanés.
En varias ocasiones, Hezbollah ha tratado de cruzar la línea roja, a pesar de las advertencias del Estado Mayor israelí y a pesar de su difícil situación frente a las fuerzas jihadistas sunitas en Líbano. Es difícil creer que Hezbolá ahora esté tratando de abrir un nuevo frente con Israel, mientras la mayor parte de sus tropas siguen comprometidas en el conflicto sirio y habiendo sufrido fuertes pérdidas en los combates de los últimos meses. Sin embargo, parece que la alianza Irán -Siria- Hezbollah está a punto de superar a sus rivales en la guerra civil y mantendrá a Assad en el poder en Damasco. El fortalecimiento del régimen alauita – chií en las últimas semanas permitirías pensar en el regreso de los miembros de Hezbollah dentro de unos meses, reemplazados gradualmente por mercenarios europeos contratados por el régimen sirio, y cuyo número supera el millar hasta la fecha. A fin de preparar los futuros movimientos, tanto dentro del Líbano como contra Israel, la estrategia de Teherán y Damasco es proporcionar un poderoso arsenal a Nasrallah. Los envíos de armas procedentes de Rusia y China se han incrementado en los últimos meses, en cantidades muy superiores a las necesidades de Hafez al- Assad, quien ha decidido almacenar una parte en las bases de Hezbollah.
A pesar de las discusiones en la conferencia internacional sobre Siria, Assad y su ejército nunca han sido tan fuertes desde el inicio del conflicto. El comandante de la Marina israelí ha expresado ayer en una entrevista, su preocupación por las enormes cantidades de armas en el Líbano y el Tzahal subió ayer su nivel de alerta. Desde principios de 2013, esta es la sexta vez que el ejército israelí interviene para mantener el frágil equilibrio militar en la región.
Hay que esperar que el mensaje haya sido entendido por el destinatario, aunque las experiencia anteriores lo hacen dudoso.
Chronique de Michaël Bar-Zvi | Khaf Zain Adar alef 5774 27 février 2014
Europe-Israél
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