Las tecnologías desarrolladas específicamente para hacer un seguimiento y controlar el ser humano se han estado perfeccionando durante al menos dos décadas.
En el mundo virtual, los softwares actuales son capaces de observarnos en tiempo real, yendo tan lejos como para predecir nuestro comportamiento futuro y enviar alertas a una estación de monitoreo de manera que un algoritmo informático catalogue nuestras actividades. Esto de por sí resulta escalofriante.
Lo que puede ser aún más aterrador, sin embargo, es lo que está sucediendo en el reino físico. Según las investigaciones el que haya humanos con microchips insertados es sólo una cuestión de tiempo.
De hecho, quizá usted ya esta llevando un par de microchips RFID. Y si es así, ellos están enviando un número de 15 dígitos que lo identifica y ese número puede ser recogido por un escáner compatible con ISO y que están en todas partes. (tarjeta de movilización, tarjeta de identidad, pasaporte…)
En la actualidad nos hicieron tan indispensable el uso del celular que ya “no es posible interactuar con la sociedad” a menos que tengas el dispositivo. Y todo indica que los chips implantables en humanos seguirán la misma ruta.
Y todo esto no es ficción. Usar el microchip, no será una cuestión opcional (vídeo)
Su reacción inicial a esta idea puede ser de incredulidad.
Piense en esto. Durante décadas, los norteamericanos rechazaron la idea de ser sometidos a algún tipo de rastreo, o de ser vigilados. Sin embargo, casi todos los estadounidenses hoy tienen un teléfono móvil. Y hoy es de uso tan frecuente que es considerado un “derecho”, lo que llevó al gobierno asubsidiar a aquellos que no pudieran pagar uno.
Dentro de cada uno de esos teléfonos hay un chip que puede realizar un seguimiento detallado de todos nuestros movimientos a través de GPS o a través de triangulación de torres. Por otra parte, los micrófonos y las cámaras que vienen en los aparatos pueden activarse de forma remota (una característica que existe desde el 2000).
Pero a pesar de lo intrusivos que son estos dispositivos, son aceptadas como algo “normal” por miles de millones de personas en todo el mundo. No sólo eso, sino que nadie tuvo que “forzar” a ninguno de nosotros a usarlos. Somos, en la práctica, los dueños de nuestra propia esclavitud.
Por supuesto, uno bien pudiera desconectarse de “la red” y tirar el teléfono celular. Pero, en la dirección que estas nuevas tecnologías de vigilancia se están moviendo, junto con la expansión de la vigilancia por parte de los gobiernos, indica que la tecnología de microchips en humanos no será opcional, sino que será una “necesidad”. O al menos eso es lo que los gobiernos desean.
Michael Snyder de The Truth Wins en su reciente articulo pregunta:
“¿Qué vas a hacer cuando ya no puedas comprar ni vender sin someterte a la identificación biométrica?” Y agrega:
“Esta tecnología se va a seguir extendiendo, y cada vez va a ser más y más difícil de evitar.
Es fácil imaginar lo que un gobierno tiránico podría hacer con este tipo de tecnología. Si quisiera, podrá utilizarlo para realizar un seguimiento minucioso de -literalmente- cualquiera.”
“Y un día, este tipo de tecnología será tan invasiva que usted no podrá abrir una cuenta bancaria, obtener una tarjeta de crédito, o incluso comprar cualquier cosa sin tener ya sea la mano o la cara escaneada primero.”
Es difícil imaginar a un pueblo someterse libremente a tal esclavitud digital. Pero de igual forma como ha sucedido con la degradación de la vida privada y de los derechos individuales en Estados Unidos, esto no se convertirá en ley de la noche a la mañana.
En primer lugar, la tecnología debe ser aceptada por la sociedad. Se empezará con productos de consumo basados en tiempo real como el Google Glass. Las generaciones mayores pueden rechazarlo, pero en un par de años, usted puede apostar que decenas de millones de niños, adolescentes y adultos jóvenes vagarán por las calles portando sus aparatos de navegación web interactivo con la capacidad de grabar todo lo que les rodea y subirlo a la Internet al instante.
A continuación, como ya estamos viendo los primeros usuarios, la personas voluntariamente accederán a llevar estos chips bajo la piel para todo, desde el acceso a los edificios de alta seguridad a las compras de tienda de comestibles.
Finalmente, una vez “que el concepto” sea aceptado por la mayoría, se convertirá en la nueva cédula de identidad.
Para acceder a los servicios oficiales, usted tendrá que ser un humano verificado. Sin verificación usted ni siquiera será capaz de comprar una cerveza, y mucho menos recibir atención médica.
Nos guste o no, este es el futuro . Cada compra que usted haga y cada paso que dé, será monitoreado por un diminuto microchip pasivo, lo que significa que la única manera de “apagarlo” será la eliminación física de su cuerpo.
En esencia, pronto vamos a vivir en un mundo de seguimiento “Always On”. Nuestros hijos y nietos ―por lo menos la mayoría de ellos― probablemente no sólo se someterán al implante de buena gana, sino que pagarán los costos de manera que ellos también pueden “interactuar con la sociedad.”
Alternativos.cl
En el mundo virtual, los softwares actuales son capaces de observarnos en tiempo real, yendo tan lejos como para predecir nuestro comportamiento futuro y enviar alertas a una estación de monitoreo de manera que un algoritmo informático catalogue nuestras actividades. Esto de por sí resulta escalofriante.
Lo que puede ser aún más aterrador, sin embargo, es lo que está sucediendo en el reino físico. Según las investigaciones el que haya humanos con microchips insertados es sólo una cuestión de tiempo.
De hecho, quizá usted ya esta llevando un par de microchips RFID. Y si es así, ellos están enviando un número de 15 dígitos que lo identifica y ese número puede ser recogido por un escáner compatible con ISO y que están en todas partes. (tarjeta de movilización, tarjeta de identidad, pasaporte…)
En la actualidad nos hicieron tan indispensable el uso del celular que ya “no es posible interactuar con la sociedad” a menos que tengas el dispositivo. Y todo indica que los chips implantables en humanos seguirán la misma ruta.
Y todo esto no es ficción. Usar el microchip, no será una cuestión opcional (vídeo)
Su reacción inicial a esta idea puede ser de incredulidad.
Piense en esto. Durante décadas, los norteamericanos rechazaron la idea de ser sometidos a algún tipo de rastreo, o de ser vigilados. Sin embargo, casi todos los estadounidenses hoy tienen un teléfono móvil. Y hoy es de uso tan frecuente que es considerado un “derecho”, lo que llevó al gobierno asubsidiar a aquellos que no pudieran pagar uno.
Dentro de cada uno de esos teléfonos hay un chip que puede realizar un seguimiento detallado de todos nuestros movimientos a través de GPS o a través de triangulación de torres. Por otra parte, los micrófonos y las cámaras que vienen en los aparatos pueden activarse de forma remota (una característica que existe desde el 2000).
Pero a pesar de lo intrusivos que son estos dispositivos, son aceptadas como algo “normal” por miles de millones de personas en todo el mundo. No sólo eso, sino que nadie tuvo que “forzar” a ninguno de nosotros a usarlos. Somos, en la práctica, los dueños de nuestra propia esclavitud.
Por supuesto, uno bien pudiera desconectarse de “la red” y tirar el teléfono celular. Pero, en la dirección que estas nuevas tecnologías de vigilancia se están moviendo, junto con la expansión de la vigilancia por parte de los gobiernos, indica que la tecnología de microchips en humanos no será opcional, sino que será una “necesidad”. O al menos eso es lo que los gobiernos desean.
Michael Snyder de The Truth Wins en su reciente articulo pregunta:
“¿Qué vas a hacer cuando ya no puedas comprar ni vender sin someterte a la identificación biométrica?” Y agrega:
“Esta tecnología se va a seguir extendiendo, y cada vez va a ser más y más difícil de evitar.
Es fácil imaginar lo que un gobierno tiránico podría hacer con este tipo de tecnología. Si quisiera, podrá utilizarlo para realizar un seguimiento minucioso de -literalmente- cualquiera.”
“Y un día, este tipo de tecnología será tan invasiva que usted no podrá abrir una cuenta bancaria, obtener una tarjeta de crédito, o incluso comprar cualquier cosa sin tener ya sea la mano o la cara escaneada primero.”
Es difícil imaginar a un pueblo someterse libremente a tal esclavitud digital. Pero de igual forma como ha sucedido con la degradación de la vida privada y de los derechos individuales en Estados Unidos, esto no se convertirá en ley de la noche a la mañana.
En primer lugar, la tecnología debe ser aceptada por la sociedad. Se empezará con productos de consumo basados en tiempo real como el Google Glass. Las generaciones mayores pueden rechazarlo, pero en un par de años, usted puede apostar que decenas de millones de niños, adolescentes y adultos jóvenes vagarán por las calles portando sus aparatos de navegación web interactivo con la capacidad de grabar todo lo que les rodea y subirlo a la Internet al instante.
A continuación, como ya estamos viendo los primeros usuarios, la personas voluntariamente accederán a llevar estos chips bajo la piel para todo, desde el acceso a los edificios de alta seguridad a las compras de tienda de comestibles.
Finalmente, una vez “que el concepto” sea aceptado por la mayoría, se convertirá en la nueva cédula de identidad.
Para acceder a los servicios oficiales, usted tendrá que ser un humano verificado. Sin verificación usted ni siquiera será capaz de comprar una cerveza, y mucho menos recibir atención médica.
Nos guste o no, este es el futuro . Cada compra que usted haga y cada paso que dé, será monitoreado por un diminuto microchip pasivo, lo que significa que la única manera de “apagarlo” será la eliminación física de su cuerpo.
En esencia, pronto vamos a vivir en un mundo de seguimiento “Always On”. Nuestros hijos y nietos ―por lo menos la mayoría de ellos― probablemente no sólo se someterán al implante de buena gana, sino que pagarán los costos de manera que ellos también pueden “interactuar con la sociedad.”
Alternativos.cl
Ay, perros hijos de satanás.
ResponderEliminarPor DIOS vivo que no quedaréis ni tan solo uno...
Qué asco y repugnancia.
Si el Padre, lo permite, yo estaré allí para ver como descenderéis a las tinieblas más absolutas.
Así será, cerdos obámicos.
Alabado sea el SEÑOR!.