Putin también negó que Moscú tuviera la intención de responder al clamor de los transnitrios, quienes pidieron que su región fuera incorporada a la Federación Rusa, siguiendo el ejemplo de la península ucraniana de Crimea, anexada a Rusia en un proceso tan controvertido como vertiginoso. Sin embargo, diez días después de su firma, el Pacto de Ginebra parece haber quedado enterrado y la prensa mundial da por probable que Putin invadirá el este de Ucrania en cualquier momento. ¿Qué cabría esperar de la OTAN en ese caso? Deutsche Welle habló al respecto con Jan Techau, director del think tank Carnegie Europe con sede en Bruselas. Carnegie Europe es financiado por el Fondo Carnegie para la Paz Internacional, una organización privada pero sin fines de lucro que propicia el involucramiento de Estados Unidos en tópicos clave de la política internacional. Esta institución es conocida por haber editado la revistaForeign Policy hasta 2008.
- DW: ¿Cómo reaccionaría la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) si Rusia invadiera el este de Ucrania?
Jan Techau, director del think tank Carnegie Europe con sede en Bruselas. Jan Techau: Yo estoy convencido de que la OTAN condenaría severamente esa invasión. Pero si la gente espera que la OTAN proteja al este de Ucrania mediante una misión militar, están muy equivocados. No creo que ningún Estado miembro de la alianza atlántica esté dispuesto a enviar tropas para que defiendan a Ucrania Oriental. No vamos a ver acción militar de la OTAN en ese país. Esa es una apuesta segura y el señor Putin lo sabe.
- Ucrania no es socio de la OTAN. Pero, ¿no cree usted que Polonia y otros países bálticos que sí lo son se sentirían aún más amenazados si Rusia invade Ucrania y la OTAN no hace nada?
Los países bálticos se sienten amenazados desde hace tiempo por lo que está ocurriendo en Ucrania. Hemos visto a la OTAN planeando el incremento de sus tropas en los países de Europa Oriental para darles una mayor sensación de seguridad a esos Estados y para dejar claro que las fronteras mencionadas en el artículo 5 –las fronteras de la solidaridad de la OTAN– serán protegidas. En estos momentos, Estados Unidos está realizando maniobras militares en Polonia. Alemania organiza una patrulla aérea del área báltica para mediados de año. Y otros países de la OTAN están haciendo contribuciones similares. Eso es lo correcto. Pero una acción militar de la OTAN como respuesta a un ataque contra Ucrania es casi impensable.
- ¿Qué efecto ha tenido sobre Rusia la intensificación de la presencia de la OTAN en las fronteras orientales de la alianza?
Es difícil decir cómo Moscú está percibiendo esto. En este instante, la meta de las políticas del Gobierno ruso es recuperar el control político sobre toda Ucrania, a corto plazo o en el curso de los próximos dos años. Rusia ha dado pasos de manera sistemática en las últimas semanas porque, a juicio de Putin, lo que está en juego es importante. A sus ojos, Rusia ‘perdió’ a Ucrania. El propósito de Putin es corregir ese error histórico; su objetivo operacional no es echarle mano a los territorios del artículo 5 de la OTAN… al menos no por ahora.
- ¿Le entendí bien? ¿Dice usted que el propósito de Putin es recuperar el control político sobre toda Ucrania, incluido el occidente del país, incluida la ciudad de Kiev?
Yo estoy hablando del control político sobre toda Ucrania por parte de Putin, no de la ocupación territorial de todo el país por parte de Rusia. Estoy bastante seguro de que a los rusos no les interesa tener una operación militar en toda Ucrania. Lo que Moscú sí quiere es volver a tener control sobre las personas que gobiernan al país. Rusia pensaba que llevaba las riendas cuando la presidencia de Ucrania estaba en manos de Víktor Yanukovich.
Ellos apostaron mucho para que él protegiera la fortaleza y permaneciera en el poder, incluso durante las protestas en la Plaza de la Independencia de Kiev. Está claro que el Kremlin calculó mal. Yanukovich tuvo que huir y ahora Moscú necesita recuperar el control sobre Kiev. La meta estratégica de Rusia es conservar a Ucrania tan cerca como sea posible a su área de influencia. Al final, lo que a ellos les importa es tener a alguien en la silla de mando que sea amigo de Rusia. Ese no es el caso en este momento y eso es algo que quieren cambiar. Ahora se está haciendo todo lo posible en Moscú para infiltrar al nuevo Gobierno de Kiev, para que no tenga éxito, ni pueda consolidar a Ucrania como país independiente. Para que no pueda llevar adelante un proceso constitucional razonable en los próximos meses, ni tampoco consolidar la economía nacional. La gran incógnita es si Rusia orquestará estos sabotajes en el futuro inmediato –de aquí a las elecciones de finales de mayo– o a largo plazo, de aquí a dos años.
- Las condiciones del acuerdo de paz que se selló en Ginebra recientemente nunca se cumplieron. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dice que Rusia violó el pacto y que nuevas sanciones económicas deberán ser impuestas, de manera conjunta, por Washington y Bruselas. ¿Cree usted que las sanciones más severas lleguen a decretarse contra Moscú?
Hay algo que debo decir antes de hablar sobre las sanciones: el 17 de abril no podíamos saberlo a ciencia cierta, pero ahora está claro que Rusia asistió a las negociaciones de Ginebra con el objetivo de que éstas le permitieran ganar tiempo. Inmediatamente después de haber aceptado el pacto, Rusia tergiversó las condiciones de ese acuerdo y acusó al nuevo Gobierno de Kiev de haberlo violado. Fue una jugada muy interesante y muy inteligente de Rusia para legitimar sus propias acciones.
En lo que respecta a las presiones internacionales: las sanciones más severas contemplan medidas económicas muy duras. Yo no creo que los europeos quieran transitar ese camino; y no solamente debido a las reservas exhibidas por Alemania. Ese recurso es riesgoso para Europa, aún si Rusia decide invadir el este de Ucrania. Otro factor que dificultará la aprobación de las ‘sanciones de tercer nivel’ contra Rusia es la división que existe entre europeos y estadounidenses. Los últimos han decidido jugar rudo con Rusia, pero los europeos apuestan a la diplomacia y a las sanciones suaves.
- En otras palabras: Ucrania no puede contar con el apoyo de Occidente porque los europeos y los estadounidenses están divididos. ¿Puede Ucrania seguir siendo un país soberano?
Esa es otra incógnita que permanece en el aire. Todo apunta a que la actual crisis se prolongará y el tiempo no está a favor de Ucrania. Eso es negativo para Europa porque el sistema de paz que desarrolló tras el final de la Guerra Fría se resiente. Antes estaba claro que la integridad territorial de los países debía ser aceptada y garantizada. Pero ahora vuelve a prevalecer la ley del más fuerte; el país más robusto y atrevido puede redibujar las fronteras en el mapa. Esa no es una Europa muy atractiva.
Fuente: http://www.dw.de/
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