¿De que sirve profetizar si no hay nada mas allá de la simple profecía?. De que sirve decirte que mañana habrá guerra, o que caerá un meteorito, o que habrá un terremoto, que habrá miles o millones de muertos.
¿De que me sirve y te sirve que te diga el futuro, que beneficio traerá a tu vida?. ¿En que ayuda a la gente infundirles miedo por lo que ha de acontecer?, de nada. De nada sirve si no hay un mensaje mas profundo.
Hay por ahí muchos "profetas" que hablan y dicen que el mundo sufrirá; que a cada terremoto, tormenta, o conato de guerra, salen con sus profecías, espantando a la gente con el fin del mundo, pero solo hablan al tanteo, solo profetizan eventos que son cíclicos, y que de tiempo en tiempo se repiten; como tormentas, terremotos, o guerras.
Pero lo que me molesta es que siempre afirman tener comunicación directa con Dios, afirman que Dios les habla, que pueden oír su voz, e inclusive afirman que lo ven durante esas entrevistas. Algunos menos temerarios afirman tener visiones transmitidas desde el cielo.
En mi caso, yo no soy profeta, nunca me he identificado como tal, jamas he puesto palabras en la boca de Dios, jamas he afirmado: "Dios me dijo", o oí a Dios, o tuve una visión de parte de El, no, nunca lo he hecho, por que mentiría si lo hiciera.
Si solo me dedicara hacer predicciones sin ton ni son, sería como un címbalo que retiñe, pero nada mas. Pero lo que debe haber detrás de toda profecía, es un mensaje de esperanza, un mensaje de que las cosas pueden ser mejor. Debe haber una exhortación al arrepentimiento, a hacerse una auto-evaluación, para comprender que hemos hecho mal.
Y ese quiero que sea mi mensaje. Un mensaje al arrepentimiento,una exhortación a volver a los valores morales y éticos, no importa si eres musulmán, católico, hindú, o como yo, evangélico.
Lo que debes comprender es que hay esperanza y salvación en Dios, en el creador y Señor del universo, en YAHVE, el Dios de Israel, y de todo el que le quiera aceptar como su Dios y salvador.
Pero cuando hablo de salvación y esperanza, no solamente lo digo en la carne, por que tu carne morirá, por que esa es la ley de la vida. Dios tal vez te libre de la prueba que sobrevendrá al mundo, o tal vez pasemos por las tribulaciones, y nuestros cuerpos materiales mueran en el transcurso, pero tu vivirás por siempre, si aceptas el perdón y salvación que Jesucristo te ofrece, Jesucristo, el hijo del Dios viviente.
Yo como dije, no soy profeta, en todo caso soy amante del conocimiento, y es en base al conocimiento que poseo que hago algunas predicciones, pero me gusta compartir ese conocimiento. Y algunas veces acierto en mis vaticinios, pero no son mensajes de Dios, son solo mis palabras; por que si lo que quieres es palabra de Dios, esa la puedes encontrar en la Biblia, ahí encontraras la verdadera profecía, y la crónica del futuro.
Esos profetas que pululan por ahí, tienen compromiso con su bolsillo, lanzan profecías buscando crear expectativa, para de esa manera atraer gente a su iglesia o ministerio, y así obtener un ingreso económico, pero yo no tengo compromiso con nadie, no busco llevar gente a mi iglesia u organización, no obtengo ningún beneficio económico por difundir mis ideas y predicciones, solo lo hago por la satisfacción de hacerlo y de hacer conciencia en la gente. Pero mas que nada, busco acercar a la gente al conocimiento de Dios.
Yo soy un simple mortal, pero el mensaje que quiero dar, y el que verdaderamente deseo te quedes con el; es que hay salvación y esperanza para la humanidad, hay la posibilidad de trascender a esta vida, a la carne, a la vida material. Hay la opción de vivir por siempre en un mundo de armonía y paz, y esa esperanza esta en mi señor Jesucristo. Aunque pierda la vida, obtendré la eternidad a través del perdón de Jesucristo.
Ese es el llamado, a volver a la vida cristiana, a volver abrazar los valores que se han perdido, ha volver a respetar al prójimo, a actuar da la manera correcta, a actuar con los demás como uno quisiera que fueran con nosotros. Ese es el fin de la profecía, redargüir y exhortar al arrepentimiento.
La gloria sea al Altísimo, por los siglos de los siglos, amen.
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