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domingo, 28 de enero de 2018

Adiós al 'Tiburón': ¿por qué retira Rusia los submarinos más grandes del mundo?



Uno de los principales símbolos de la Guerra Fría, los submarinos nucleares del proyecto 941 Akula (Tiburón, ruso), pueden convertirse en un futuro próximo en un enorme montón de chatarra. El columnista de Sputnik, Vadim Saránov, explica por qué la Flota rusa ya no necesita estos buques destacados.

Los Akula están incluidos en el Libro Guinness de los Récords como los submarinos más grandes del mundo. Una fuente de Sputnik en la industria de la construcción naval informó que, para 2020, Rusia habrá retirado dos submarinos de este tipo: el Arjanguelsk y el Severstal. El último de los Akula, el crucero submarino Dmitri Donskoi, continuará participando en las pruebas del misil Bulava.

Un misil demasiado pesado

Con una longitud de 172 metros, una anchura de 23 metros y un desplazamiento de 48.000 toneladas, el Akula fue objeto de polémica entre los expertos: unos opinaban que la idea de construir unos sumergibles tan grandes era una locura, otros estaban seguros de que era una necesidad.

"Los submarinos del proyecto 941 se veían monstruosos y terribles. El buque era tremendamente caro", comentó a Sputnik Konstantín Makienko, vicedirector del Centro de análisis de estrategias y tecnologías.



El experto subrayó que no era culpa de los constructores, porque simplemente cumplieron la tarea de crear una plataforma para un sistema de misiles.

El proyecto 941 Akula nació por el deseo de los líderes soviéticos de tener un misil balístico naval de combustible sólido. Este tipo de proyectiles tiene una serie de ventajas en comparación con los de combustible líquido: se reduce la preparación para el lanzamiento, se aumenta la fiabilidad, así como la comodidad de almacenamiento y mantenimiento.

Los estadounidenses también estimularon este desarrollo, puesto que en la década de 1970 comenzaron a diseñar misiles de combustible sólido Trident C-4 y Trident II D-5. La respuesta soviética fue el sistema de misiles Taifun D-19 con el misil sólido Osetr R-39, adoptado en 1983. Junto con las unidades de amortización del sistema de lanzamiento, el Osetr pesaba 95 toneladas, es el más pesado de todos los misiles navales. La razón principal de la 'sobrecarga' es un serio retraso de la URSS en el campo del combustible sólido para misiles. El Akula llevaba 20 R-39 a bordo.

Proyecto costoso



Los gastos para el mantenimiento y la reparación de un Akula excedían al menos dos veces el costo de operación de los submarinos del proyecto 667 BDR Kalmar, también armados con misiles, y del proyecto 667 BDRM Delfin, que estaba en construcción. Al mismo tiempo, el Delfin llevaba solo cuatro misiles (líquidos R-29RM) menos que el Akula y las características de la carga útil y el alcance de estos proyectiles eran casi las mismas.

La infraestructura de los Akula también requería unos gastos enormes. Los misiles de 90 toneladas se entregaban completamente montados y podían ser transportados solo sobre rieles. En la primera mitad de 1980, en la región de Múrmansk, se construyó para los Akula un ferrocarril de más de 40 kilómetros, que hoy en día ya está desmontado.


El peso desmesurado del R-39 supuso otro rompecabezas para los marineros: ninguna grúa de la flota podía levantarlo. Para recargar los Akula, se diseñó una grúa doble con una capacidad de 125 toneladas. Además, para transportar y colocar los misiles en los submarinos, se puso en marcha un portador de misiles naval Alexandr Brikin con un desplazamiento total de 16.000 toneladas.

Otra máquina costosa, creada para los Akula, fue el dique flotante PD-50, construido en 1980 en Suecia por orden de la Armada Soviética. Hasta ahora, se considera uno de los más grandes del mundo.

Uso alternativo


Desde 1982, la Armada contó con seis submarinos del proyecto 941. Actualmente, quedan solo tres: TK-208 Dmitri Donskoi, TK-20 Severstal y TK-17 Arjanguelsk.

Anteriormente, los medios informaron que pueden ser ajustados para un nuevo misil de combustible sólido R-30 Bulava. Los últimos R-39 fueron eliminados a medianos de la década de 2000.

Se propusieron también varios usos alternativos para los Akula.


"Los estadounidenses tienen experiencia de usar los Ohio como portadores de misiles de crucero navales. Creo que se podría hacer lo mismo con el proyecto 941-M", comentó a la agencia el capitán de navío Konstantín Sivkov.

"Si el Ohio lleva 150 Tomahawk, el Akula sería capaz de portar a bordo unos 250 misiles de crucero. Por lo tanto, creo que la decisión de retirar los submarinos del proyecto 941 es un error", añadió.

A primera vista, la idea de equipar los Akula con misiles de crucero parece tentadora: los lanzadores se montan en minas existentes, se instalan sistemas de control compactos. Pero todo cambia ante del costo de restauración y operación del Severstal y el Arjanguelsk que, según los expertos, puede ser crítico para la flota.

"El Arjanguelsk y el Severstal podrían ser adaptados para los misiles de crucero, pero la utilidad de esta decisión no es obvia dado su elevado coste. Tenemos una gran cantidad de plataformas para misiles de crucero que son mucho más baratas y más móviles", señaló, por su parte, Konstantín Makienko.

Las ideas más originales para modernizar los Akula se expresaron en los años 90. Se planeó que uno de los barcos serviría para transportar níquel de Norilsk a Murmansk. Además, Gazprom estaba dispuesto a adquirir su propia flota nuclear y transformar los Akula en portadores de gas submarino. Sin embargo, los planes para convertir los sumergibles de combate más grandes del mundo en unos buques civiles no se hicieron realidad.

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